La vida del geriátrico de Lleida donde los trabajadores se han confinado con los ancianos

22 empleados viven con los 89 residentes para evitar el contagio de coronavirus
"Todos nos ayudamos. Somos una especie de familia", cuentan los trabajadores
"Nos hemos quedado recluidos para que no entren unos bichos raros y vamos aguantando. Ninguno está enfermo", explica Antoni Torrado, uno de los 89 residentes del Centre Geriàtric Lleida donde los trabajadores se ha ido a vivir con los usuarios para evitar el contagio del coronavirus. De momento, la iniciativa está surtiendo efecto, no hay positivos ni entre empleados ni en residentes.
La primera en irse a vivir con ellos fue la directora del centro, Carol Mitjana. Lo decidió el pasado 13 de marzo: "Al principio implantamos turnos de tres días seguidos, vine a vivir para poder coordinarlo, pero llegó el fin de semana y los empleados decidieron espontáneamente venirse a vivir aquí. Creyeron que era la forma más coherente para evitar el contagio a residentes", explica.
22 trabajadores encerrados
Ahora 22 trabajadores compartiendo las 24 horas del día en la residencia con los ancianos. Los empleados cuentan 11 días encerrados y Mitjana ya lleva 20 sin pisar su casa. Lo decidieron espontáneamente en el grupo de whatsapp que tienen. Llegaron con su maleta hace dos lunes: "Los técnicos y auxiliares nos apoyamos, levantamos personas, los duchamos. Todos nos ayudamos. Somos una especie de familia", explica el fisioterapeuta Maikel Berenguer, que también vive sus momentos duros: "Es difícil trabajar todos los días sin tener descanso y sin ver a los tuyos, pero nos apoyamos muchos entre nosotros", añade.
Los residentes están tranquilos: "Bebemos cada día vitamina C a ver si nos animamos y tenemos más energía", explica Ana en el comedor. "Estamos bien. Lo vamos a superar", dice Manuela Maldonado mientras se peina, presumida, en su habitación. "Lo llevamos muy bien. ¿Tú cómo lo llevas sin ver a tus hijos?", le preguntan José y Vicente a la directora, que tiene dos hijos de 2 y 5 años: "Bien, nos vemos por teléfono", les responde intentando mantener altos los ánimos.
Vulnerables a las noticias que llegan del exterior
Esta tranquilidad no siempre ha sido así. "Limitamos las visitas de familiares muy pronto, el 8 o 9 de marzo, y con el boom de noticias y lo que les explicaban sus familiares del exterior hubo un momento de histeria entre los residentes", explica Mitjana. Así que el equipo decidió filtrar las noticias: "Están informados pero no se pasan todo el día frente a la tele", añade.
"Estamos en un centro con personas muy vulnerables. Cuando quieren saber algo, nos juntamos en pequeños grupos y les facilitamos el contacto con el exterior. También les organizamos actividades lúdicas y cognitivas como risoterapia, cafés en grupo o bingos para que se distraigan", explica Marta Illana, psicóloga del centro donde también vive desde hace días.
Catalunya cifra en 362 los ancianos muertos en residencias catalanas a causa del coronavirus. Los profesionales sospechan que son muchos más ya que a muchos fallecidos no se les ha realizado el test.
¿Cómo se pueden contener estos contagios? Mitjana lo tiene claro: "Hay residencias con Covid dentro que son residencias y no hospitales, no tienen gente para atenderlos", lamenta y cree que hacen falta recursos humanos: "Las personas que no tenemos gente vulnerable en casa tenemos que ayudarnos. Además de mascarillas y guantes, faltan manos, y creo que los jóvenes tenemos que salir y ayudar", sentencia. Ella y sus compañeros ya lo llevan haciendo desde hace unas semanas.