Obligada a cerrar una hostelera insumisa tras invertir 34.000 euros en un sistema para purificar el aire

Rosa Esteva, propietaria del restaurante Mordisco: "Me he gastado una fortuna para que el aire esté tan limpio como en un quirófano"
Hacia cinco meses había adquirido Mosquito, un robot que ya está instalado en hospitales como el Gregorio Marañón o el Hospital Clínic
La policía se ha presentado en el negocio sobre las cinco de la tarde y ha acabado ordenando el cumplimiento del decreto aprobado por la Generalitat para frenar los contagios
Las puertas del restaurante Mordisco, en Barcelona, seguían este sábado abiertas y sus mesas con comensales durante el mediodía. Rosa Esteva, propietaria del negocio, decidía no bajar la persiana, pese al decreto de medidas anunciado por la Generalitat que obliga a bares y restaurantes a cerrar durante los próximos quince días. Sin embargo, tras el almuerzo la Guardia Urbana se ha presentado en el lugar para ordenar su cierre.
En el segundo día de nuevas medidas en Cataluña, el Mordisco, situado en una de las zonas más céntricas de Barcelona, seguía recibiendo clientes. Según su propietaria, "no puede cerrar un negocio" en el que ha invertido "hasta 34.000 euros para que sea tan seguro como un quirófano".
La solución para el restaurante, según argumenta, ha sido la instalación de Mosquito hace cinco meses. Se trata de un dispositivo capaz de purificar 2.000 metros cúbicos de aire cada hora, reteniendo el 99,97% de las partículas y asegurándose de que el aire que libera está libre de bacterias o virus, según explica la empresa desarrolladora Urban Air Purifier.
"En mi restaurante he querido cuidar a los clientes y también a los trabajadores, garantizando que el aire que respiran es seguro", explica Esteva, histórica empresaria catalana ligada al sector de la restauración desde hace décadas con el popular grupo Tragaluz, que acumula varios reconocidos restaurantes en la ciudad condal.
Se muestra indignada con las últimas medidas acordadas por las autoridades para frenar el avance del virus: "No se puede ordenar cerrar todos los bares y restaurantes porque no todos estamos actuando igual para frenar los contagios. Yo he dedicado este tiempo a prevenir y ahora no puedo acatar el cierre".
Durante esta tarde de sábado, mientras Rosa Esteva atendía a Nius y después de haber servido a los clientes que han seguido compartiendo mesa este mediodía, la Guardia Urbana ha llegado al local para ordenar su cierre y proceder a sancionarla.
Asegura que en ningún momento a buscado un enfrentamiento con las decisiones adoptadas por la Generalitat, pero sostiene que la situación es insostenible: "Me preocupan los miles de trabajadores que ahora se quedarán en ERTE. Si todos cerramos y nos vamos al paro quién va a seguir pagando impuestos".
"¿No tienen calculadora los políticos?", añade Rosa, lamentando la situación en la que prevé que quedará Cataluña con el cierre decretado.
Dispositivos para purificar el aire
Aunque la policía ha acabado con las intenciones de apertura, en la fachada del Mordisco un cartel ratificaba la decisión: "Gracias a esta máquina, Mosquito, seguimos abiertos".
"El dispositivo cuenta con un filtro HEPA 14 y una lampara de luz ultravioleta, que permite descomponer el ADN de los virus, que se quedan retenidos en el filtro. Puede funcionar 24 horas y no resulta perjudicial para la salud", sostiene Mateo Cusí, gestor comercial de Urban Air Purifier.
Hace un año presentaron su proyecto en colaboración con universidades, como la Universidad Politécnica de Cataluña y la Universidad de Castellón, y el CSIC. El estallido de la pandemia en España ha hecho que Mosquito esté presente en hospitales de todo el país como el Hospital Clínic de Barcelona o el Gregorio Marañón en Madrid. También se han instalado en centros comerciales, fábricas y restaurantes como el Mordisco.
Pese a la inversión realizada por Esteva para contar con un aire más puro, esta tarde de sábado ha bajado la persiana de su negocio con el temor de no volver a abrir. "He visto como compañeros de profesión, con años de tradición en la restauración, han sido incapaces de volver a recuperarse después del primer cierre durante el confinamiento. No sé qué pasará con nosotros", sostenía mientras acababa su conversación con los agentes a las puertas, ya cerradas, de su restaurante.