Guardias civiles armados y protegidos hasta los dientes contra el COVID-19 en una operación antidroga

Una veintena de agentes de la Guardia Civil se desplazan por callejones de la zona antigua de Muros (A Coruña). Es de noche. La imagen impacta porque los agentes no solo van armados y equipados con cascos, escudos, chalecos antibalas y armas. Van protegidos hasta los dientes. Llevan guantes, gafas, mascarillas y monos blancos. Así es una redada antidroga en tiempos de coronavirus.

La Guardia Civil de Noia había podido saber que un hombre estaba dedicándose al tráfico de drogas en este municipio gallego durante el estado de alarma. A través de una investigación constataron que este vecino había convertido su casa en un punto de venta de droga. Hasta allí se desplazaban los clientes, favoreciendo el incumplimiento del estado de alarma y convirtiendo el domicilio en un posible foco masivo de infección.

Dicen desde el instituto armado, que el riesgo de contagio por Covid-19 era enorme, ya que a lo largo del día el hombre dispensaba una gran cantidad de estupefacientes. Por eso, los agentes tuvieron que equiparse igual que lo hacen los sanitarios para poder entrar en la vivienda previa orden judicial. 

Detenido por un delito contra la salud pública

Una vez dentro del domicilio, los agentes pudieron intervenir una gran cantidad de dinero en metálico (20.510 euros), además de 420 gramos de cocaína, 110 gramos de hachís. Para pesar la droga, contaba con básculas de precisión y también encontraron munición del calibre 12 y del 22 en el registro que realizaron en la vivienda.

El hombre ha sido detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas.