Hosteleros gallegos ante la prohibición de fumar: “Ya teníamos que pelear por la mascarilla y ahora esto”


Entra en vigor en Galicia la norma que prohíbe fumar en la calle o en cualquier espacio público si no puede mantenerse la distancia de seguridad de dos metros con otras personas
Los dueños de bares y cafeterías están preocupados por la problemática que les puede acarrear el incumplimiento de la norma por parte de los clientes
Las policías locales gallegas controlan si se la medida se respeta en la calle y sancionarán con 100 euros a quien no lo haga
En Galicia, a partir de este jueves, los fumadores tienen que mirar a su alrededor antes de encender un cigarrillo. Tienen que cerciorarse de que no hay personas a menos de dos metros de distancia. Ya sea en la calle o en cualquier otro espacio público. Por ejemplo, en la terraza de una cafetería. Si las hay, su acción podría ser castigada.
Así lo especifica la orden que ha sido publicada hace unas horas en el Diario Oficial de Galicia (DOG) y que ya ha entrado en vigor esta medianoche. Una norma pionera en Europa, que será de obligado cumplimiento en toda la comunidad y con la que se pretende reducir los casos de COVID-19, al considerar que el humo del tabaco incrementa las posibilidades de contagio.
Las policías locales, junto con el resto de fuerzas y cuerpos de seguridad, serán las encargadas de controlar el cumplimiento de la nueva medida. De imponer las sanciones pertinentes en el caso de que no se respete. Pero, también, supone una preocupación adicional para los hosteleros. “Ya teníamos que pelear por la mascarilla y ahora esto”, confiesa Marta González a NIUS.
Ella tiene dos locales de hostelería en el casco histórico de Pontevedra. Dos terrazas con unas doce mesas cada una. “La coletilla de si no se mantiene la distancia de seguridad va a traer cola”, dice. Considera que la nueva norma va generar múltiples conflictos. De ellos con los clientes e, incluso, entre la propia clientela. “Además de la gestión del negocio, de la limpieza y del control de mascarillas, ahora tendremos que vigilar que el cliente no fume si no existe esa distancia con los que están en su mesa o en otras. Estoy segura de que se producirán problemas entre los propios clientes, discusiones de si hay entre ambos esa distancia o es menor. Vivimos en una tensión constante porque nosotros también somos responsables de que la ley se cumpla en nuestros locales", comenta esta hostelera.

No quieren ser guardias de seguridad
Al igual que Marta, la mayoría de los hosteleros consultados por NIUS están a favor de cualquier medida que pueda evitar la transmisión del virus. Son conscientes de que un empeoramiento de la situación y, en especial un nuevo confinamiento, tendría consecuencias fatales para el sector. Sin embargo, muchos coinciden en que tendrá un impacto negativo en la economía de estos negocios.
Pero lo que más les preocupa es que la irresponsabilidad de la clientela a la hora de acatar las normas les pueda acabar afectando. “Si un cliente enciende un pitillo, en una terraza, a menos de dos metros de otra distancia de otra persona... ¿De quién es la culpa? ¿De ese cliente? ¿Del local? ¿De ambos?”, se pregunta César Ballesteros, el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería de Pontevedra. "Hay cosas que no se especifican en la norma", lamenta.
“Lo que no queremos es tener que ejercer de vigilantes en las terrazas”, afirma Sara Santos, de la Asociación Hostelería Compostela. Insisten en que pueden advertir a los clientes, si los ven. Aunque, según apunta César Ballesteros, la mayoría de los negocios no cuentan con personal suficiente para sacar el trabajo adelante y controlar lo que hace cada cliente. “Muchas veces no tenemos capacidad de control", recalca.
Por eso, lo que piden es que, en ningún caso, la irresponsabilidad que un fumador pueda cometer en sus terrazas pueda suponer un perjuicio para sus negocios. “Entendemos que nosotros no tenemos que ser los vigilantes de la norma y esperamos que las posibles sanciones no recaigan en los locales, sino en el fumador que no acata la normativa”, añade el responsable de los hosteleros de Pontevedra.
Rondas policiales para advertir, no multar, en este primer día
Las policías locales de los ayuntamientos, además del resto de fuerzas y cuerpos de seguridad, ya han empezado a vigilar si la norma se cumple o no en las calles. “Hay que tener en cuenta que no se prohíbe de forma generalizada fumar en las vías públicas, sino en determinadas situaciones. Cuando vamos caminando tiene que haber una distancia de dos metros. Al igual que en las terrazas. No es una prohibición total”, puntualiza Manuel Omil, portavoz de la Policía Local de Pontevedra.
En este primer día de aplicación de la norma, en esta ciudad los agentes municipales han sido benévolos. “Hoy todavía no sancionaremos. Informaremos de la nueva medida a los fumadores que no la cumplan. Entendemos que la mayoría la conoce, pero puede haber personas que todavía no estén enteradas”, explica Manuel Omil, portavoz de la Policía Local de Pontevedra.
La sanción por incumplir la norma, al igual que en el caso de las mascarillas, será de 100 euros. Una multa que podría ser mayor en el caso de que el infractor reincidiese.