Los Mossos desalojan por la fuerza un local de ocio nocturno en Barcelona

Los Mossos explican que los varios jóvenes en el interior del local se resistieron a la autoridad
Los responsables del establecimiento sostienen que los agentes se extralimitaron y que la gente presente en el local no estaba haciendo nada malo ni molestando a nadie
El coto al ocio nocturno en Cataluña para evitar posibles focos de contagio por coronavirus se deja sentir en las calles de Barcelona con patrullas de los Mossos d' Esquadra que tratan de contener a los numerosos grupos de jóvenes que se congregan en las calles de Barcelona.
Este férreo control policial se ha saldado la pasada noche del viernes con un altercado en el local 'Shisha Lounge' en el barrio de Horta-Guinardó de la ciudad condal en el que los Mossos han irrumpido, según informa el cuerpo policial, tras advertir que un hombre estaba consumiendo sustancias ilegales en la puerta del establecimiento y que además portaba un arma blanca.
Una vez en el interior del local, según la versión aportada por los Mossos d`Esquadra, varias de las personas allí presentes se resistieron a la autoridad y se produjo algún intento de agresión a los agentes por lo que se vieron obligados a actuar y detuvieron al dueño del local por resistencia a la autoridad.
La versión de las personas que estaban en el establecimiento y la de los dueños del mismo es muy distinta. Afirman que los agentes entraron sin orden judicial -- no la necesitan en este tipo de actuaciones -- y que les agredieron cuando ellos "no estaban haciendo nada ni molestando a nadie" según explica a las cámaras de Mediaset uno de los testigos, hermano del dueño del local, que ha resultado herido leve en el altercado y que afirma que los Mosos lo han agredido con una porra en el cuello y le han golpeado en la cara.
En las imágenes de lo sucedido en el interior del 'Shisha Lounge' que fueron recogidas por los teléfonos móviles de varias de las personas que se encontraban allí, se puede apreciar como los agentes hablan con un grupo de chicos y en un momento se produce un forcejeo entre un joven y uno de los agentes. Tras este forcejeo se aprecia como los agentes reducen y se llevan al joven fuera del local entre los gritos del resto de las personas que estaban en el interior al grito de "hijos de la gran puta".
Los responsables del establecimiento insisten en que en el interior había 18 personas y que no molestaban a nadie. Se quejan también de lo numerosos desperfectos que, afirman, han provocado los agentes en el local.
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