Lecciones de un campamento de verano para una vuelta segura a la escuela

Las medidas aplicadas en este estudio podrían servir como modelo para prevenir la expansión del virus en escuelas y universidades
Los asistentes se hicieron pruebas PCR y guardaron cuarentena antes de asistir al campamentos y una vez allí
La división por grupos permitió aislar los brotes y que el virus no se siguiese propagando
Cuando faltan apenas dos semanas para que comience el curso escolar, siguen existiendo muchas dudas sobre si será posible evitar los contagios entre los más pequeños. Sin embargo, las medidas de seguridad aplicadas en diferentes campamentos de verano estadounidenses han demostrado que controlar los brotes de coronavirus entre los jóvenes es posible.
El estudio, aprobado por la Universidad de Virginia, se llevó a cabo en cuatro campamentos de verano en Maine (EE.UU.) que acogieron a cientos de niños entre los meses de junio y agosto. De los 1.022 asistentes, 642 eran niños y el número restante, 380, miembros del personal. Todos ellos provenían de 41 estados o países internacionales.
Todos los asistentes recibieron instrucciones de hacerse pruebas PCR aproximadamente a siete días de viajar al campamento y también guardar cuarentena con su familia (a menos que los padres fueran trabajadores esenciales) durante los 14 días previos. Este primer paso permitió detectar cuatro casos asintomáticos que tuvieron que retrasar su llegada al campamento hasta cumplir los días correspondientes de cuarentena.
Una vez en el campamento, los asistentes fueron divididos en grupos y pasaron otra cuarenta de 14 días en contacto solo con los miembros de su grupo. Aproximadamente una semana después de la llegada al campamento, todos los asistentes sin un diagnóstico previo de Covid-19 fueron examinados de nuevo y se identificaron tres casos asintomáticos (dos miembros del personal y un niño). Tras el aislamiento de estas personas y la cuarentena de sus contactos, se pudo evitar cualquier tipo de transmisión secundaria.
Junto a la cuarentena y las pruebas PCR previas y posteriores, los campamentos aplicaron algunas medidas como:
- Toma de temperatura diaria y una breve evaluación para detectar posibles síntomas
- Uso de mascarillas y cumplimiento de la distancia de seguridad
- División de los asistentes en grupos reducidos
- Más actividades al aire libre y limitación de las actividades en espacios interiores
- Limitación de los deportes que no permitían el distanciamiento físico
- Horarios escalonados para comer (o hacerlo al aire libre)
- Uso de los baños por grupos o de forma escalonada
- Desinfección frecuente de material y zonas comunes
Junto a los tres casos asintomáticos detectados la primera semana, los controles diarios de síntomas identificaron a 12 personas (un miembro del personal y 11 niños) con signos o síntomas compatibles al Covid-19; las personas sintomáticas fueron inmediatamente aisladas y examinadas, y sus compañeros de grupo fueron puestos en cuarentena hasta que los resultados de las pruebas estuvieron disponibles. Cuando las personas aisladas dieron negativo en las pruebas, pudieron reincorporarse con el resto del grupo.
El equipo que ha llevado a cabo el estudio asegura que las pruebas PCR y las cuarentenas realizadas, tanto en los días previos al viaje como una vez llegaron a las instalaciones, fueron esenciales para identificar y prevenir posibles contagios, ya que los casos detectados pudieron ser rápidamente aislados y controlados, evitando que el virus se propagase entre el resto de los asistentes.
Los expertos que han desarrollado el estudio consideran que los hallazgos hechos en este estudio podrían servir como ejemplo para prevenir o mitigar la expansión del virus en escenarios similares como colegios y universidades, próximos a reabrir sus puertas en varios países como en España.