Lorenzo, el primer peregrino que llega a Santiago tras la pandemia: ”No hay mejor terapia que el Camino”

Este enamorado de la ruta jacobea no se lo pensó y cogió su mochila nada más abrirse la movilidad entre provincias: ha hecho 100 kilómetros del Camino Primitivo
Vive en Fene (A Coruña) y se trasladó a Lugo para emprender la ruta: “Mi gran obsesión durante la cuarentena era hacer el Camino”, cuenta a NIUS
Ya ha peregrinado cerca de cien veces y quiere demostrar que la ruta puede hacerse y de forma segura: “No hay actividad más sana”
Son las tres y media de la tarde. Lorenzo entra en una plaza del Obradoiro desierta. Lo hace solo. Nadie le acompaña. Le cuesta reprimir las lágrimas. Su cansancio es proporcional a la emoción. Es el primer peregrino que llega a Santiago de Compostela por el Camino Primitivo después de que las rutas jacobeas se cerrasen a cal y canto por la pandemia. “Mi gran obsesión durante la cuarentena era hacer el Camino. Pensaba: el primer día que pueda pisarlo, lo haré”, comenta Lorenzo Medín.
Y así fue. Dicho y hecho. El lunes, el primer día en el que se permitía la movilidad interprovincial en Galicia, Lorenzo pidió a su mujer que lo llevase desde Fene (A Coruña), donde vive, hasta Lugo. Su intención era hacer 100 kilómetros del llamado Camino Primitivo. Era la distancia mínima que debía caminar para poder obtener la Compostela cuando llegase a la capital gallega.
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Un Camino en absoluta soledad
Lorenzo es un enamorado del Camino de Santiago. “Es mi pasión”, afirma. Lleva haciéndolo desde 1993. “En 27 años es la primera vez que me encuentro solo”, confiesa. El único sonido que ha escuchado a lo largo de estos días de ruta ha sido el de sus pasos. “Nada más. Eso, y la banda sonora original de los pájaros”, apostilla. No se ha cruzado con ningún otro peregrino, una situación inédita. “Ha sido una experiencia muy emocional y también muy surrealista”, afirma.

Lorenzo dice que a él, el Camino se lo ha dado todo. Hace diez años, en una de sus rutas, conoció a la que actualmente es su mujer. También, el motivo por el cual se mudó desde su Albacete natal a Galicia. Además, desde hace seis, trabaja como guía oficial en una empresa de turismo, precisamente, acompañando a grupos que hacen las diferentes rutas jacobeas. El Camino le ha dado a Lorenzo amor y trabajo pero, también, salud. “Yo hace unos años pesaba 165 kilos. Tenía una obesidad mórbida. Ahora peso ochenta y pico”, comenta.
En total, entre experiencias personales y profesionales, ha hecho cerca de un centenar de peregrinajes a Santiago. “He hecho todas las rutas. El Camino Francés, el Primitivo, el Portugués, el Inglés... E incluso el Mozárabe, desde Granada. Unos veinte los he hecho a nivel personal, con mi mochila, y el resto como guía”, explica.

Un peregrinaje para reivindicar que el Camino es seguro
Una de las cosas que más ha impresionado a Lorenzo es ver como, en apenas dos meses, la hierba se había comido algunos caminos. “He ido abriendo sendas”, asegura. Él pretende ser el primero de muchos. “Este es un Camino reivindicativo. He venido por responsabilidad peregrina individual, para demostrarle a todo el mundo que se puede hacer y en condiciones de seguridad”, comenta. “El encierro ha sido muy duro. Yo la cuarentena la he pasado en un piso, sin balcón, sin terraza y bajando al garaje a caminar como si estuviera loco. Considero que, tras el confinamiento, no hay actividad más sana, más humana y mejor para desconectar que esta. No hay mejor terapia que el Camino”, añade.
Reconoce que durante las cuatro etapas que ha durado su travesía no ha sido fácil encontrar alojamiento. “Está casi todo aún cerrado”, comenta. Aún así, todos los días ha encontrado un lugar para hospedarse. “Los albergues se están adaptando para que el Camino sea un lugar seguro. Ojalá a partir del 1 de julio se vuelva a llenar”, comenta.
En su mochila, como él, los peregrinos deberán llevar mascarilla y gel desinfectante. “¿Qué daño le haces a nadie?”, se pregunta. “Aquí, cuando haya gente, si quieres guardar veinte metros los guardas. Estás al aire libre. No hay un sitio mejor”, insiste.
La Catedral, la Oficina del Peregrino y los albergues públicos abrirán el 1 de julio
Como avanzó NIUS la pasada semana, los caminos se abrirán oficialmente el día 1 de julio. Esa es la fecha en que la comisión organizadora del Xacobeo 2021 ha acordado abrir la Catedral compostelana, la Oficina del Peregrino y los albergues que son titularidad de la Xunta de Galicia. En el caso de los alojamientos, la apertura se producirá de forma gradual.
La prioridad de las autoridades es garantizar la seguridad de los que recorren las rutas. Por eso, en coordinación con el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), se trabaja en la elaboración de un protocolo único de medidas y recomendaciones para los diferentes itinerarios jacobeos.