Mas de 500 personas participan en un concierto sin apenas medidas anticovid para poner a prueba los test de antígenos


Los asistentes han tenido que realizarse una prueba de antígenos para la detección del virus que permitirá calibrar la efectividad de las mismas
Un total de 540 personas participan en esta experimento que pretende evaluar también el riesgo de contagio
La Sala Apolo de Barcelona ha celebrado durante la tarde de este sábado un concierto que ha traslado a los asistentes un espectáculo similar a los de antes del estadillo de la pandemia. Más de medio millar de personas han acudido al local con mascarilla, pero en el interior no han estado obligados a guardar la distancia física y han podido estar de pie Se trata de un experimento para comprobar el riesgo de contagio en un acto sin apenas medidas anticovid con la esperanza de que un buen resultado permita más música en directo y recuperar uno de los sectores más afectados.
El ensayo clínico, puesto en marcha por el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, que persigue validar las pruebas rápidas para la detección del coronavirus como estrategia en este tipo de eventos, ha contado un total de 540 voluntarios. Los asistentes vienen sometiéndose a pruebas de antígenos y PCR desde la mañana del sábado.
En el estudio han participado más de mil voluntarios, de entre 18 y 59 años y sin enfermedades de salud previas, que se han inscrito a través de una aplicación móvil. Entre ellos, 540 han asistido al evento, mientras que el resto también forman parte del grupo de control, pero no han acudido. A todos ellos se les han hecho test de antígenos. Con esta división en dos grupos, persiguen ver la diferencia entre los que entran y los que no y definir si las salas de conciertos constituyen un foco de contagio.
Dentro de la sala, no han estado obligados a guardar la distancia de seguridad, pero sí han seguido haciendo uso de la mascarilla. Tras esta cita, el próximo 20 de diciembre se repetirán las pruebas para comprobar la eficacia.
El concierto estaba previsto que se llevara a cabo en octubre y que lo hiciera con hasta un millar de asistentes. Sin embargo, la segunda ola de la pandemia y las cifras de contagio en Cataluña, ha llevado a los organizadores a aplazarlo hasta ahora y reducir el aforo.
La cita ha dado comienzo a las cinco de la tarde, pero desde el mediodía ya se ha podido ver a los asistentes esperando a las puertas de uno de los espacios musicales más conocidos de Barcelona. Guardando la distancia en el exterior, los participantes se han ido realizando pruebas para la detección del virus y se les ha tomado la temperatura antes de su entrada.
La Asociación de Festivales de Música-FMA se ha sumado a la iniciativa impulsada por el festival Primavera Sound, la Fundación Lucha contra el SIDA y las enfermedades infecciosas y el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona.
Recuperar la música en directo
Pese a que las salas de conciertos han podido recuperar su actividad con el Plan de desescalada diseñado por la Generalitat de Cataluña, aún deben regirse por restricciones como la limitación del aforo al 50% y la obligatoriedad de que el público permanezca sentado y guardando la distancia de seguridad.
"Llevo sin pisar una sala de conciertos desde enero", reconoce una de las asistentes, mientras espera en la cola de entrada. "Sí hay un poco de miedo porque te estás exponiendo al virus, pero sabiendo que todos los que estamos dentro somos negativos, me arriesgo", añade.
Si en algo parecen coincidir los asistentes es en la seguridad que les genera la cita: "Me parece un experimento seguro, además esto puede significar volver a disfrutar de la cultura como lo hacíamos antes de la pandemia".