María Sande, especialista en medicina preventiva: “La doble mascarilla no protege más”

Esta sanitaria insiste en la importancia de un uso correcto de la mascarilla, lavado de manos y mantener la distancia de seguridad
La expansión del virus por todo el territorio nacional genera sensación de preocupación entre los ciudadanos. La mascarilla se ha convertido ya en un accesorio imprescindible y obligatorio en nuestro día a día. El mercado ofrece mascarillas quirúrgicas, higiénicas o reutilizables y cada una de ellas tiene diferentes características. Pero, ¿es recomendable usar una doble mascarilla?
María Sande es jefa de servicio de Medicina Preventiva del hospital de Ourense. Para ella, “la eficacia de filtración de la doble mascarilla quirúrgica no es superior a cuando se utiliza una sola. No hay ninguna evidencia científica de que una doble mascarilla proporcione una mayor protección contra la enfermedad”.
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Esta sanitaria reconoce además que utilizar una doble mascarilla puede “generar incomodidad y provocar una mayor resistencia a la respiración. A ello hay que añadir que el ajuste facial puede ser peor y puede producir que haya un mayor número de manipulaciones de la misma, con el riesgo de que aumente la contaminación”.
Entonces, ¿por qué se ve a muchos sanitarios llevando dos mascarillas? Es por una cuestión de ahorro. Las mascarillas FFP2 son más caras, y no se proporcionan tan fácilmente a los trabajadores. Por eso, cuando atienden a pacientes que pueden toserles en la cara, o sacan sangre, o hacen procedimientos que pueden hacer saltar fluidos, se ponen encima de la FFP2 una quirúrgica, que es la que recibe las manchas. Así la de mayor filtración les dura un turno entero de trabajo, y no tienen que cambiarla al mancharse.
¿FFP2 o quirúrgica?
Mientras en países como Francia o Alemania ya es obligatorio usar mascarillas FFP2 en el transporte público o el comercio, en España el debate sigue abierto. María Sande reconoce que “las mascarillas FFP2 son técnicamente superiores al resto pero la eficacia de una mascarilla depende de muchos factores”. Entre ellos destaca el uso correcto de la mascarilla, comprar siempre las que sean homologadas. Todo esto es clave sobre todo en espacios cerrados donde el riesgo de contagio es mucho mayor”.
"La FFP2 se recomienda en procedimientos donde se generen aerosoles, ámbito laboral, ambientes muy cargados. En un lugar cerrado durante mucho tiempo, con poca ventilación, es recomendable, pero no creemos necesario hacerlo obligatorio", coincide Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene. E insiste en que "lo importante es guardar distancia, ventilar y el lavado de manos… con esas medidas es suficiente si se hace todo bien". Considera que las administraciones deberían asegurar los aforos, por ejemplo, del transporte público, y que si se cumplen y se guarda distancia interpersonal, las mascarillas quirúrgicas serían suficientes para evitar la circulación del virus en gran medida.
Más que su capacidad de filtrado de partículas Ortí considera que la mayor ventaja de las FFP2 frente a las mascarillas quirúrgicas es su ajuste: "Se ajustan más y mejor a la cara, dejan menos huecos tanto para dejar salir aerosoles como para evitar que entren".