Las mascarillas que debemos llevar en las celebraciones de Navidad


Las FFP2 son las que más partículas filtran, pero lo más importante es usarlas bien
La oferta, tras nueve meses de pandemia, es amplia: de tela, con filtro y sin él, quirúrgicas azules, de colores o estampadas, y hasta FFP2 con motivos navideños. La cuestión es qué mascarilla debemos usar para las comidas y cenas navideñas. La norma oficial establece que basta con las de tela homologadas o con las higiénicas desechables. Con esas, bien usadas, ajustadas y llevadas por todos los presentes, se evitaría la circulación de la mayor parte de partículas.
La Organización Mundial de la Salud publicó a principios del otoño una nueva guía de medidas de protección ante la covid-19 en interiores. En ella establecía que si recibes visitas y no puedes mantener la distancia o la ventilación de tu domicilio no es la adecuada, debes ponerte la mascarilla.
En concreto, la OMS apuesta por el uso de mascarillas "cuando hay un visitante que no es miembro del hogar y se sabe que la ventilación es deficiente, con apertura limitada de ventanas y puertas para la ventilación natural, o el sistema de ventilación no puede evaluarse o no funciona correctamente, independientemente de que se pueda mantener una distancia física de al menos 1 metro". Asimismo, también apuesta por su uso "en entornos interiores de los hogares que tienen una ventilación adecuada si no se puede mantener una distancia física de al menos 1 metro".
Las más seguras son las FFP2
El problema es que en esa recomendación la OMS sigue la premisa de que el SARS-CoV-2 se transmite por gotas que expelemos al hablar, cantar, reír o estornudar. Sin embargo, cada vez hay más evidencia científica del papel que juegan los aerosoles (minúsculas partículas que exhalamos los humanos, incluso al respirar) en el contagio de la covid. Por eso el científico José María Lagarón, investigador del Instituto de Agroquímica y Técnica Alimentaria (IATA-CSIC), afirma rotundo que se deben usar FFP2. Lagarón es el creador de las mascarillas FFP2 patentadas por el CSIC y está implicado en su comercialización.
Guadalupe Fontán, enfermera del Consejo General de Enfermería, coincide. "Las que más protegen son las FFP2 o FFP3. Si te las puedes permitir, son las más seguras".
José Luis Jiménez, profesor profesor de Química y Bioquímica de la Universidad de Colorado (EE.UU.) experto en aerosoles, tranquiliza a los que no se puedan permitir una FFP2: "las mascarillas, sean quirúrgicas o FFP2, están diseñadas de manera que tienen una eficacia de filtración muy alta. Utilizan muchas capas de fibras entrelazadas, lo que las hace más filtrantes. Y tienen un campo eléctrico que atrae a todas las partículas, desde las más grandes hasta las más pequeñas. Este mecanismo se llama atracción electroestática". Es por ello, también, por lo que hay que cambiárselas cada cierto tiempo: porque con el uso, al ir humedeciéndose, van perdiendo esa carga electroestática y pierden eficacia.
Él las compara con un abrigo: todos hacen algo, pero algunos abrigan más que otro. Pues con las mascarillas, igual: las FFP2 filtran el 95% de las partículas y las quirúrgicas el 87%.
La importancia del ajuste
Pero lo más importante para este experto no es el tipo de mascarilla que usar, sino cómo usarla. Porque cualquier hueco que quede entre el producto y la piel puede hacer que se escapen aerosoles, y con ellos el virus. "Los aerosoles no son proyectiles que hay que parar, están en el aire que se cuela tranquilamente por los huecos de la mascarilla si no va ajustada. Hay que llevarla siempre al hablar, y no digamos al gritar. Al hablar se emiten diez veces más aerosoles que al respirar, y al gritar se emiten 50 veces más”, enfatiza.
Los aerosoles no son proyectiles que hay que parar, están en el aire que se cuela tranquilamente por los huecos de la mascarilla si no va ajustada", insiste José Luis Jiménez, profesor de la Universidad de Colorado (EE.UU.)
Guadalupe Fontán explica que "las mascarillas higiénicas, por ejemplo, no tienen ajuste estanco, y pueden salir los virus, porque son partículas muy finas".
Vicente Soriano, profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud y Centro Médico de la Universidad Internacional de La Rioja, va más allá y da pautas sobre cómo usar correctamente la mascarilla: "solo retirarla de modo transitorio si hay que comer o beber. Hay que llevarla bien puesta, cubriendo nariz y boca, que es donde están los receptores que utiliza el coronavirus para infectar el cuerpo humano". Es decir, que no hay que quitársela cuando empecemos a comer y ponérnosla cuando acabemos, lo que nos puede llevar horas: retirarla para ingerir y volver a colocarla nos mantendrá más seguros.