Mikita, el niño ucraniano con cáncer que llega a España tras el SOS de su madre en televisión

Una pareja española les vio en las noticias y se movilizó para ayudarles
El hospital Niño Jesús ha acogido al pequeño para que pueda seguir su tratamiento contra la leucemia
Estaban refugiados en un hospital de Chernígov (Ucrania),
Hace unos días Yana, desde un hospital de Chernígov (Ucrania), salió en informativos Telecinco contando lo que le pasaba. Su pequeño hijo Mikita, de tan solo dos años y medio, había tenido que suspender la fase final de su tratamiento contra la leucemia por culpa de la guerra. Yana enfadada comentaba a cámara que estaba harta de que le pidiesen paciencia, que no tenía tiempo para estar calmada.
Y entre tantas noticias de guerra, entre tanta desgracia el mensaje de Yana llegó al corazón de una pareja española que veía las noticias. "Nosotros tenemos dos niñas pequeñas y no nos queríamos ni imaginar lo que estaban pasando, en ese momento mi marido dijo: Tenemos que ayudar", cuenta Gema.
Y dicho y hecho, Gema y su marido Iván han logrado que Mikita y su madre estén ya en el hospital Niño Jesús de Madrid a punto de reiniciar su tratamiento contra el cáncer.
Para lograrlo la pareja española llamó a unos amigos ucranianos que viven en España que les ayudaron a localizar el hospital en el que estaban.
"La zona donde se encontraban estaba siendo muy bombardeada. Ellos estaban resguardados en el sótano del hospital, pero gracias a nuestros amigos, contactamos con otros ucranianos que lograron sacarlos de allí y llevarlos a Sarajevo, desde donde les pagamos un billete para España", resume emocionada Gema.

Una cadena humana de solidaridad que ha logrado que en menos de una semana Mikita esté ahora jugando con una tablet en una habitación del Niño Jesús alejado de las bombas y ajeno a la felicidad que muestra ahora su madre que por fin se permite respirar.
El viernes pasado cuando llegaron al Adolfo Suarez Madrid Barajas el pequeño Nikita se echó a los brazos de Iván y con ese gesto compensó todo. Las lágrimas de su madre, el esfuerzo y los nervios pasados.

"Yana no se relajó hasta que llegamos al hospital, no entendía por qué le ayudábamos, pero cuando vio a los médicos, a las enfermeras, se tranquilizó", relata una conmovida Gema quien confirma que para que todo esto haya sido posible ha sido necesaria que se implicaran muchas personas. No solo de los ucranianos que las localizaron, también desde el hospital infantil madrileño que se ha volcado para acoger al enfermo. "Le estaban esperando para que empezara cuanto antes", cuenta.
Por eso ahora el pequeño se prepara para seguir luchando contra la otra guerra a la que tienen que hacer frente, la leucemia, pero al menos lo hará alejado de las bombas. Y bajo su mascarilla, vestida con una camiseta con el símbolo de la paz, la mirada de su madre feliz lo dice todo.

"No sabe hablar español pero ha aprendido a decir gracias" cuenta Gema, quien también está feliz de que, por esta vez y gracias a su gesto, los informativos puedan contar por fín una buena noticia.