El movimiento Regenuary: la idea sobre el consumo de carne que avala a Garzón


El movimiento se desmarca del veganismo y pone el foco en cómo se produce lo que comemos
La idea de "regeneración" se refiere al impacto ambiental y social en el entorno
Comer de manera más sostenible, pero sin eliminar la carne. Mirar no sólo qué comemos, sino también cómo se produce. Así podría resumirse el movimiento Regenuary, que en España resuena en medio de la polémica sobre las macrogranjas y las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón.
La palabra viene de un movimiento más austero, llamado Veganuary, una combinación de las palabras inglesas vegan y January. Un enero vegano. 31 días sin alimentarse de nada que provenga de animales. El movimiento empezó en 2014.
De esta idea surgió hace 3 años otro enfoque que cambia la atención no tanto a los que comemos como al impacto ambiental y social que tienen nuestras elecciones a la hora de alimentarnos. Se llama Regenuary. En este caso el foco del propósito de año nuevo es la idea de la regeneración.
Se trata de utilizar como fuente de alimentación comida de productores que utilicen métodos de regenerativos para el entorno, para promover una ganadería y una agricultura que mejoren la calidad medioambiental y social de sus comunidades.
La fundadora de este movimiento es Glen Burrows. Fue vegetariana durante 25 años para volver después a la carne, pero manteniendo su principio ético de tener en cuenta el trato que se da a los animales de los que nos alimentamos. Comenta en The Guardian que volver a comer carne le dio una fuerza extra, como si estuviera dopada.
Lo que quiere Burrows es cambiar el enfoque, según su criterio demasiado simple, de pensar que los vegetales son buenos y la carne mala. En vez de eso, quiere que nos fijemos en cómo se produce lo que comemos y en el impacto que tiene.
Regenuary por lo tanto propone comer productos de temporada de explotaciones que tengan un impacto ambiental y social beneficioso para el entorno. La idea de regeneración, se refiere a la actividad humana que mejora el medioambiente, aporta beneficios sociales y suministra alimentos. Todo puede ser "regenerativo": de la producción láctea a la moda.
Por ejemplo, si uno de los problemas de la producción cárnica es la cantidad de hectáreas que utiliza y de las que priva a las especies salvajes, una ganadería regenerativa conviviría en el espacio con la fauna y flora del entorno, utilizando menos productos químicos.
El movimiento no gusta a todos. Los veganos más convencidos creen que podría convertirse en una coartada para sin más comer carne, beber leche y comer queso, y distrae la atención sobre los estudios que apuntan a que las dietas basadas en plantas y frutas son mejores para el planeta.
Si para los regenuarios, los veganos establecen una división demasiado simple, para los veganos esta nueva tendencia corre el riesgo de adentrarse en una zona confusa y cruzar muchas líneas rojas. ¿Basta comer mejor carne sin importar la cantidad o es necesario comer además menos carne?
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