Nolotil, ibuprofeno, aspirina y otros fármacos tienen más efectos secundarios graves que AstraZeneca

¿Que me duele la garganta y me la veo un poco roja? Me tomo un ibuprofeno. ¿Que me duele mucho, pero mucho, la cabeza? Un Nolotil. ¿Y para la acidez de estómago? Un omeprazol antes de comer. Son medicamentos comunes, que tenemos muy interiorizados como seguros, pero que pueden causar efectos secundarios más graves y más frecuentes que la vacuna de AstraZeneca. Por ejemplo, el uso continuado de aspirina se ha asociado a úlceras en entre 1 y 10 pacientes de cada 100 personas, y a daño cerebral súbito en entre 1 y 10 de cada 1.000. Mientras, en Europa, a fecha de 4 de abril se ha informado de un total de 222 casos de trombosis entre 34 millones de vacunados con AstraZeneca, lo cual equivale a 1 caso de cada 150.000.

La posibilidad de sufrir un trombo por la vacuna de AstraZeneca es de 1 sobre 100.000. Y sin embaro el Nolotil, según su propio prospecto, puede provocar agranulocitosis en 1 de cada 10.000 personas. Es una disminución severa de los glóbulos blancos que puede producir la muerte debida a infecciones grave. Y a una afectación de una persona entre 10.000 se le llama efecto adverso muy raro.

Sigamos con el omeprazol, que además de la ya mencionada agranulocitosis en una de cada diez mil personas que lo toman, puede provocar problemas graves de riñón en uno de cada mil pacientes. O el primperán, que ayuda a combatir las náuseas, pero que en una de cada diez personas puede causar síntomas similares a la enfermedad de Parkinson (rigidez, temblor), y en una de cada 100, alucinaciones. Seguro que usted, lector, ha tomado alguno de estos fármacos alguna vez, sin tener el mismo miedo que puede provocar la vacuna de AstraZeneca.

Iván Espada, responsable del área de Información del Medicamento del Consejo General de Farmacéuticos, opina que el miedo es humano y que aunque la probabilidad sea baja "la gente puede temer ser ese uno entre un millón", pero advierte que no hay que pensar en eso sino en el riesgo que se corre si uno no se vacuna. "Riesgo beneficio, que es en lo que se basa la administración de todas las medicaciones. Por ejemplo, si me han pautado Nolotil tras una operación, hay que tomarlo, pero no guardarlo y usarlo en otras ocasiones", explica.

Y añade un ejemplo más de medicamento con una aceptación generalizada pero cuya intoxicación puede ser mortal: el paracetamol. "Diez gramos de paracetamol en un corto espacio de tiempo pueden causar la muerte, y cualquier caja que compramos sin receta te vienen esos diez gramos", reflexiona Espada.

Según el prospecto, la dosis diaria máxima de paracetamol es de cuatro gramos, ya que a partir de cinco pueden provocarse daños en el hígado. Y no, no es difícil pasarse, porque además de en las típicas pastillas el paracetamol está en muchos medicamentos para los resfriados o la gripe. En España se venden más de 30 millones de envases de paracetamol al año.

Insiste Espada en que se debe confiar en la seguridad de la vacuna de AstraZeneca, y advierte que "todos los medicamentos, todos, tienen efectos secundarios. Otro ejemplo: los antitusivos cuyo principio activo es el dextrometorfano, una sustancia que bloquea directamente el impulso nervioso que genera la tos. En dosis altas puede causar una depresión nerviosa, es decir una bajada de la actividad del sistema nervioso que se refleja en movimientos lentos, mala coordinación y problemas para respirar", explica. El farmacéutico añade que en Europa se anbaliza cada efecto adverso de un fármaco, y que precisamente por eso se está continuamente analizando la vacuna de AstraZeneca, o cualquier otra.

Y si nos fijamos en los riesgos de trombosis, que son el efecto adverso que se investiga en relación con AstraZeneca, Ramón Lecumberri, portavoz de la Sociedad Española de Hematología, explica que por ejemplo la píldora anticonceptiva femenina aumenta mucho el riesgo de sufrirlas. "En las mujeres hay entre 0,5 y 1 casos de trombosis por cada mil mujeres al año, pero si toman anticonceptivos se multiplica por dos. Aún así, es poco porque serían 2 casos por cada mil mujeres", cuenta, y aclara que estas trombosis no son las que se están investigando de AstraZeneca, que son aún más raras, específicas del cerebro y con un mecanismo que las desencadena muy concreto.

Lecumberri tranquiliza sobre el uso de AstraZeneca: "Es que hasta la vida sedentaria, no moverse, una hospitalización prolongada, los viajes largos e incluso algunas quimioterapias también se asocian con complicaciones trombóticas, pero al comparar el beneficio con el riesgo siempre se inclina claramente a favor de su administración".