Nuria, dos años con covid persistente y fiebre cada día: "Estoy rota en lo social y en lo laboral"


Este 11 de marzo Nuria lleva enferma 730 días, la tratan cuatro especialistas diferentes y está muy lejos de volver a ser la que era
"Hay días que no me salen las palabras, que no sé ni donde estoy, vivo en la incertidumbre perpetua", explica Nuria
Según Sanidad se estima que aproximadamente en España hay más de un millón de personas afectadas por la covid persistente
"He pasado de ser una persona sana con 37 años a tomar cinco pastillas al día e inyectarme bótox en cabeza frente y cuello con casi 40. Llevo dos años con covid persistente", cuenta Nuria Tabuenca, enfermera de un Hospital de Zaragoza. Hace exactamente dos años comenzó con síntomas compatibles con la covid. "En ese momento, en los pasillos, íbamos solo con mascarilla quirúrgica. Había muy pocos casos y no sabíamos casi nada. Me contagié el 11 de marzo de 2020".
Empezó con dolores de cabeza, luego fiebre, astenia y problemas respiratorios. Los días pasaban y los síntomas, lejos de remitir, aumentaban. Cada día era una cosa nueva. Disnea, taquicardias, palpitaciones, dolor de cuerpo, pérdida de memoria, falta de concentración. Así durante 730 días, dos años enteros. Todos los días tiene febrícula, 37,5. Pero lo peor es la pérdida de memoria y los terribles dolores de cabeza. Tanto es así, que le están inyectando a día de hoy una toxina botulínica, es decir, botox en la frente, el cuello y la cabeza para que el dolor remita. "Tras cuatro tratamientos distintos en el neurólogo ya no sabían qué hacer y están probando con esto. Me han dicho que hasta la segunda sesión no notaré mejoría".
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Como Nuria, el ministerio de Sanidad estima que aproximadamente en España hay más de un millón de personas afectadas por la covid persistente, lo cual representa al menos el 10% de contagiados por la COVID-19. "Aunque no hay registro oficial ni aparecemos en las estadísticas. Mínimo 1,2 millones en España, pero podrían ser más. La mayoría llevan ya dos años con sus vidas truncadas, sin unidades de atención integral, sin formación a los profesionales de la Salud, con altas automáticas, despidos, problemas de escolarización", dicen desde la Asociación Long Covid.
Pérdida de memoria y falta de concentración
Nuria cruza los dedos cada mañana, pidiendo encontrarse mejor. Y cada mañana es diferente a la anterior. "Hay día que tengo tal despiste que le digo a mi madre; 'mamá te pongo la moto y lo quiero decirle es te pongo la manta'. Pero así con todo. No me salen las palabras. Otros días estoy mejor, como hoy que puedo mantener contigo una conversación aunque de manera pausada y me fuerzo a concentrarme".
Este 11 de marzo de 2022, se cumple el segundo aniversario de la declaración de pandemia mundial por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a la llegada a nuestras vidas del virus SARS-CoV-2, dos años de los primeros contagios oficiales y del confinamiento en España, unos días más tarde.
Nuria explica que queda mucho por hacer. "Hoy en día, millones de personas en el mundo han desarrollado unos síntomas persistentes de la enfermedad, sin recibir la atención sanitaria adecuada, la investigación necesaria, ni todavía la comprensión de muchos profesionales de la salud o de las instituciones. Somos los pacientes invisibles".
Enfrentarse cada mañana al reto de levantarse de la cama es muy complicado para ella. Necesita ducharse en tres partes debido a la fatiga. "A veces me dan taquicardias y el ritmo cardíaco me sube a 150 pulsaciones por minuto, necesito descansar un buen rato". Las migrañas le causan a su vez fotofobia y sonofobia, es decir, le afecta muchísimo la luz y el sonido y tiene que meterse en una habitación con la luz apagada y en silencio.
Diagnóstico tardío
Nuria estuvo de baja un año hasta que le diagnosticaron covid persistente. Y sigue de baja. Ve a cuatro especialistas distintos: neurólogo, cardiólogo, médico de cabecera y neumólogo. Cada uno le trata una cosa. "El problema es que no se trata como una enfermad conjunta. Tienes covid persistente. No. Van tratando cada síntoma en un sitio. Y muchas veces por lo privado. En Aragón, por ejemplo, no hay rehabilitación neuronal para la perdida de memoria y la falta de concentración y voy a un médico privado. Y así con todo", dice Nuria.
Al principio nadie sabía lo que tenía, aunque ella estaba segura de que era covid de larga duración. "Tuve que hacerme, de manera privada, un análisis de inmunidad celular para demostrar que tenía covid persistente". Como fue de las primeras en contagiarse no había información, iban a ciegas. Pasaba de un especialista a otro, más que nada para descartar alguna patología. "Durante estos dos años los síntomas han sido constantes y duraderos, otros son más intermitentes pero nunca he vuelto a ser la Nuria que era", aclara.
"No sé si volveré a trabajar, a ser enfermera"
Vivir en la incertidumbre destroza a cualquiera. No saber que va a pasar hoy, no saber que va a ser de su futuro, no saber si puede tomar un café con alguien porque quizá esté mal. No hay estabilidad laboral, ni social. Afrontar el día a día es muy duro. Y eso que Nuria es positiva y lo toma con paciencia, pero son ya demasiados días. "No sé si voy a volver a trabajar, a ser enfermera. Ahora mismo no podría ni suministrar un medicamento, me crea mucho estrés pensar que vuelvo y cometo un error con los pacientes. No estoy bien, el cuerpo no me responde".
Ha tenido que irse a vivir con su madre, ella sola no podía estar. Es optimista y confía en la investigación y en que avance. Agradece a la Sociedad Española de Medicina General que no ha parado de buscar respuestas para el covid persistente y lucha por ellos. "Por suerte soy muy fuerte mentalmente y no me he llegado a romper en el sentido de abandonarme. Pero estoy rota laboralmente, y rota socialmente. No he vuelto a tener un buen día desde hace dos años", cuenta Nuria.
Y de momento no hay un tratamiento. "Estoy polimedicada. Yo era una persona activa en todos los sentidos y ahora me siento mayor. Tomo cinco pastillas al día, pero eso es para tratar lo más gordo, si me tratara de todo lo que tengo tomaría 10. Hay que investigar, hay que luchar, hay que seguir porque a día de hoy los médicos no saben como afrontar el covid persistente", concluye Nuria.