Los sanitarios y la 'operación salvar la Semana Santa': "Es absurdo y repetiríamos el error de Navidad"


Los expertos aseguran que con la incidencia actual de casos, junto a la variable británica y el retraso de la vacuna, es impensable poder salvar la Semana Santa
La ministra de Industria asegura que Pascua puede ser la fecha de reinicio de los viajes nacionales
Se quiso salvar el verano, y llegó la segunda ola. Se quiso salvar la Navidad, y comenzó la tercera. Y, aun así, hay quien habla ahora de salvar la Semana Santa. Ahí están las declaraciones de la ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, que ha señalado que Pascua "puede ser la fecha de reinicio de los viajes nacionales si se dan las condiciones de seguridad". Sus afirmaciones han dejado perplejos a los expertos. "Me parece absurdo, fuera de la realidad. Es un mensaje propagandístico. ¿En base a qué cálculos dice esto? Quedan 55 días para Semana Santa, estamos en una situación de ocupación hospitalaria y de UCI altísimo, tenemos la variante británica, con una transmisibilidad más alta, que se está extendiendo día a día y que va a ser mayoritaria. No hay nada que haga pensar que podamos salvar la Semana Santa", señala el investigador Álex Arenas, que desarrolla predicciones matemáticas de la pandemia.
El presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, Tato Vázquez Lima, insiste en lo mismo: "Yo no sé si en este país hemos llegado a tal extremo de locura como para poder hablar de salvar la Semana Santa. Yo no sé si nuestros políticos viven en otra esfera diferente a la que vive la sanidad y la población. Quedan días muy duros por llegar, quedan dos o tres semanas intensas". Políticos como el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig (PSOE) tampoco lo ven posible: "Salvar la Semana Santa no es ninguna prioridad. En estos momentos no estamos en condiciones de pensar que entonces estaremos en una situación de normalidad".
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Este año las vacaciones de Pascua caen a finales de marzo, principios de abril. Quedan ocho semanas por delante para llegar a esa fecha y conseguir una incidencia acumulada (IA) de 25 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, la cifra mágica fijada por las autoridades sanitarias en la que estiman que la pandemia está controlada. "Creo que es demasiado aventurado apostar por que podemos abrir en Semana Santa y reiniciar viajes", asegura Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología. "Estamos con unas cifras elevadísimas y con una presión asistencial a tope iniciando febrero. Nos va llevar todo el mes de febrero, si no empeora, controlar la situación en los hospitales. Llegaremos a marzo y las cifras irán bajando de incidencia pero no creo que lleguemos a unas cifras de 25 por 100.000 habitantes que sería lo único que nos podría permitir abrir. Y la campaña de vacunación para Semana Santa no va a estar muy avanzada, por lo cual, desde mi punto de vista, es totalmente de riesgo", advierte este inmunólogo.
Si nos atenemos a los datos de la segunda ola, se tardó un mes en bajar desde el pico de la curva en IA en 14 días (9 de noviembre, con 529 casos por cada 100.000 habitantes) al punto más bajo de ésta (10 de diciembre, con 188 casos) antes de que volviese la curva a remontar. Entonces, el pico no superó los 529 casos de IA, mientras que en esta tercera casi ha sobrepasado los 900.
El catedrático de Salud Pública Ildefonso Hernández calcula que en la situación actual se tardaría al menos dos meses completos para llegar a una incidencia de casos aceptable, aunque advierte que esta predicción depende mucho del comportamiento de la población. "Hay un factor a favor, y es que hubo un elemento supercontagiador en las vacaciones navideñas y a partir de entonces se ha disminuido la interacción social a unos niveles máximos por lo que es posible que se llegue un poco más rápido. La parte mala es que el global de casos es muy alto en España y aunque se queden en casa, los contagios familiares tardan muchas semanas en liquidarse", explica.
En cualquier caso, Hernández señala que para llegar a una "situación segura" en Semana Santa deberían darse tres condiciones: una IA por debajo de 30, una capacidad de rastreo masivo de contagios para cortar la cadena de transmisión y un porcentaje significativo de personas de alto riesgo vacunadas para no colapsar los servicios sanitarios. "Y no creo que esto se consiga para Semana Santa", asegura.
Aunque la evolución de contagios desde hace unos días es mejor que hace unas semanas, la situación sigue siendo muy grave. "Será aceptable cuando estemos en incidencias de 50, 100, 150 casos por 100.000 habitantes en 14 días, pero desde luego no será aceptable si estamos en 500 ni en 400 ni en 300 ni en 250, ni en 200. Con lo cual, yo no sé cuándo es Semana Santa, ni sé cómo estaremos en ese momento", advirtió este lunes el director de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
Conseguir bajar la incidencia a 25 casos por 100.000 habitantes dependerá de las restricciones que se sigan aplicando. "Tenemos que hacer una estrategia de supresión y no de mitigación, porque esto es pan para hoy y hambre para mañana. Estamos desangrando la economía, no hay ninguna estrategia de cómo bajar de manera absolutamente firme la curva y una vez bajada hasta los datos que queremos, empezar con un rastreo implacable y un control de fronteras muy preciso", advierte Arenas.
Con este panorama, tampoco ayudan los retrasos en la campaña de vacunación que está sufriendo España y el resto de la Unión Europea. "Estamos dejando todo a manos de la vacuna y no habrá una campaña de vacunación masiva hasta abril. Siendo realistas, no vamos a poder vacunar al 70% de la población antes de final de año", señala Arenas.
En cualquier caso, los efectos de la vacuna comenzarán a verse pronto en la mortalidad. En España casi la mitad de los fallecidos eran personas de alto riesgo, la mayoría de residencias. "La protección de las vacunas se comenzará a ver en breve en la mortalidad. Pero ni mucho menos todavía en una bajada de incidencia porque los tantos por cientos que tenemos de vacunación actualmente son muy bajos", apunta Arenas. Y asegura: "No vamos a llegar todavía a la inmunidad de grupo para que se noten los efectos".