Patricia Ripoll: "La migraña me ha hecho pasar 10 años de mi vida en la cama"


Más de cinco millones de personas padecen migrañas en España, un millón de ellos más de 15 ataques al mes
El 12 de septiembre es el Día De Acción Internacional contra la Migraña
A los siete años tuvo sus primeras naúseas y dolor de cabeza extremo. Lo recuerda porque el malestar la postró en la cama en pleno verano, haciéndole perderse jornadas de piscina con los primos. Desde entonces Patricia Ripoll sufre migrañas, a temporadas hasta 20 o 25 al mes. Esta licenciada en administración de empresas de 43 años ha calculado cuánto tiempo le ha robado su enfermedad: "Empecé a hacer un diario de mis migrañas, y al contarlo he descubierto que 10 años de mi vida me los he pasado en una cama. Es un 25% de mi existencia".
También ha sumado las pastillas que se ha tomado para paliar sus ataques de migraña: 25.000. Tuvo que dejar su trabajo, en el que llegó a ser directora comercial, porque no es fácil combinar una ocupación presencial y por cuenta ajena, con un horario, y su enfermedad. En la peor época de sus migrañas éstas eran tan fuertes que necesitaba ingreso hospitalario y los médicos le aplicaban el protocolo de los pacientes que están sufriendo un ictus.
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Por eso los últimos años se ha dedicado a divulgar sobre una dolencia que ella llama "invisible" y que reivindica "poco comprendida". Tiene su propia página web y redes sociales, www.mamatienemigraña.com, organiza cursos y pone en contacto a otros pacientes como ella. Que los hay, y muchos. Según la Sociedad Española de Neurología, en España cinco millones de personas tienen diagnosticada migraña, y alrededor de un millón y medio sufren la llamada crónica, como Patricia: la que provoca más de 15 ataques al mes.
"Con el blog y las redes de Mamá Tiene Migraña quiero dar voz a la migraña, para compartir mi dolor, para compartir mi sufrimiento, para que deje de sentirme culpable y que los demás le den la importanciaMamá Tiene Migraña que merece. Pero también quiero compartir que con la migraña soy feliz, que he aprendido mucho de ella, que cada día aprendo nuevas cosas, y que debemos convivir con ella y no malvivir con ella", explica.
De 30 ataques al mes a 12
"Uno de mis ataques fue tan fuerte que veía todo en horizontal, me dio un vértigo lateral que era como que todo el mundo se caía. Este ataque me duró meses: con dolor constante, no me podía ni mover", cuenta. Con mucho tratamiento y terapia que le ayuda a prever los ataques -"aunque a veces llegan de repente por mucho que hagas", advierte- ha conseguido tener solamente 12 ataques al mes. Es decir, 12 días en los que no puede ni levantarse de la cama y tiene que pasarlos a oscuras.
"Para cualquiera sería insoportable, pero después de pasarme meses enteros incapacitada, para mí es vida. La que me ha tocado, pero vivo", relata con tranquilidad. Patricia, además, tiene dos hijos que están creciendo con su madre enferma, y que saben que a veces "su mamá no está con ellos, aunque sea un día importante". Por eso ella siempre lleva encima su kit de migraña, que incluye medicación, bolsa para vomitar, tapones para los oídos o un antifaz. Porque si le da, le da, y puede que necesite oscuridad en plena calle, o en la oficina, o haciendo la compra: "Yo he llegado a encerrarme en un baño con el antifaz puesto, y dejar pasar 15 minutos para recuperarme".
Aún así, es consciente de que la migraña le va a robar muchos momentos: "El día del ataque te lo pasas en la cama, vomitando, a oscuras, durmiendo... Y dos o tres días después sigues teniendo mucho dolor que te incapacita para casi todo". De hecho, ha enseñado a sus hijos a ser autosuficientes, prepararse la comida y no depender de ella, porque a veces, simplemente, no puede estar.
No solamente dolor de cabeza
Los síntomas son muy variados. No solamente necesita oscuridad y silencio sino que sufre náuseas, vómitos... "A mi me han visto vomitar en un árbol y la gente decirme: Anda, vaya borrachera... Ojalá fuera eso", lamenta Patricia.
Otras veces, dice, le salen "puntos blancos en los ojos, que se empiezan a hacer más grandes y pierdo la visión. O se me paraliza la parte derecha del cuerpo, se me traba la lengua, empiezo a hablar mal, no puedo hablar...". Cosas difíciles de explicar, de entender y de compartir. Y que le impiden hacer una vida normal: "Hay veces que me levanto por la mañana y tengo tanto dolor que me tengo que volver a dormir y medicarme a ver si se me pasa un poco, para volver a empezar a funcionar".
Sus trucos
Patricia empezó su diario de migrañas para intentar darse cuenta de cuándo le iban a dar los ataques. Y así ha descubierto que cuando empieza a bostezar, se avecina una migraña. "Son bostezos incontrolables, en reuniones de trabajo me han hecho pasar un mal trago... Yo pensaba que era de cansancio. Que estaba cansada y por eso me daba el ataque, pero no, es una manera de mi cerebro de avisarme", cuenta.
Los cambios de rutina no le benefician, o los viajes, en los que descansa peor. Hacer ejercicio intenso también le provoca ataques, con lo cual intenta caminar y poco más. "O el tema de dormir: tengo que ser muy constante e intentar dormir siempre las mismas horas. Dormir en exceso o muy poco puede provocarme ataques de migraña", suma Patricia una peculiaridad de su vida.
Datos sobre la migraña
La migraña es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, una enfermedad que muchos pacientes sufren sin ser diagnosticados. Es una dolencia que no se cura y que solo puede intentar paliarse.
- Más de un 40% de los pacientes está sin diagnosticar.
- Más del 50% se automedica con analgésicos sin receta.
- Solo un 17% de los pacientes utiliza una medicación correcta para el tratamiento sintomático de sus crisis de migraña.
- Solo un 25% de los pacientes es diagnosticado en menos de 2 años.
En España un 70% de los diagnosticados con migraña presenta una discapacidad grave y un 14% una discapacidad moderada.
“Sin embargo, a pesar del alto impacto de esta enfermedad que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo, la migraña sigue siendo muy poco reconocida, diagnosticada y tratada y además adolece de falta de apoyo en la investigación", comenta Sonia Santos, Coordinadora del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.