La pelea por los datos de Sanidad y Madrid: cómo ve cada uno la situación de la pandemia


Illa y Ruiz Escudero aseguran ambos basarse en datos, pero dibujan un panorama opuesto
Fue una suerte que el ministro Salvador Illa compareciese el lunes, como dijo, en calidad de "persona preocupada". Si lo hubiese hecho como filósofo, habría quedado perplejo ante tanta contradicción sobre la situación de Madrid. También tuvo fortuna Enrique Ruiz Escudero ofreciese su rueda de prensa como consejero de Sanidad. Si lo hubiera hecho como médico, estaría confuso ante un paciente crítico y a la vez fuera de peligro.
Así se escenificó el problema de dos administraciones que, en su lucha por defender soluciones distintas, se empeñan en no ponerse de acuerdo en el diagnóstico de lo que sucede en Madrid. Illa y Escudero dijeron los dos hablar de acuerdo con datos y con el criterio de la ciencia; pero su visión no podía ser más dispar.
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¿Controlado o fuera de control?
- El ministro de Sanidad resalta que “Madrid ha comunicado 13.449 casos más desde el viernes. Es la mayor cifra de notificaciones de la Comunidad de Madrid en esta segunda ola. 1.458 casos más que el fin de semana anterior”.
- El consejero de Sanidad madrileño dice: “Los ingresos crecen, pero en menor número. Han ingresado 264 personas frente a las 591 de la semana anterior”. El ritmo de crecimiento se reduce un 55%. “Desplome” es el verbo utilizado por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Sanidad resalta el alto nivel de contagios, Madrid defiende que crece a un ritmo menor y Fernando Simón da la vuelta al argumento: aunque a menor ritmo, sigue creciendo.
¿La capacidad de detección es buena o mala?
- Madrid alega que tiene más casos porque es la región con más población y densidad, y porque en las últimas semanas ha multiplicado por diez su capacidad de diagnóstico para hacer test.
- Sanidad entiende que esa capacidad es insuficiente, porque la tasa de positividad (porcentaje de casos positivos sobre el total de test realizados) es del 20,7%, el doble que la media española. Si se hiciesen las pruebas necesarias, ese número sería menor.
Situación de los hospitales
- Illa resalta que los hospitales de la región dan muestras de tensión, con un 41% de las camas uci ocupadas por enfermos de covid.
- Escudero replica que también el incremento de ocupación de las uci se ralentiza un 11% (en la rueda de prensa hablará de "descenso", una confusión que arrima el ascua a su sardina).
Madrid considera que éste es su punto fuerte. Tiene una gran capacidad hospitalaria y medios para ampliarla, por eso pide que no se tenga sólo en cuenta la situación epidemiológica. En su búsqueda de datos a favor, destaca que en una semana los ingresos hospitalarios se han reducido en 30 pacientes sobre un total de más de 2.500. Nadie se acordó ayer del lamento de que no hay más sanitarios para contratar.
Criterios técnicos
- El ministerio pide que se restrinja la movilidad allá donde la incidencia acumulada supere los 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
- Madrid exige que se justifique por qué ese dato y no otro. Y reclama que se explique por qué se le aplica a la región y no a otras comunidades.
- Sanidad responde que no hay otra comunidad con tantos contagios que tenga un volumen de población, densidad y movilidad como Madrid. Una localidad pequeña puede tener esa incidencia con 15 casos, una magnitud controlable. Madrid acumula 51.000 en dos semanas.
- Escudero, después de la reunión del lunes y de escuchar estos argumentos, dice que sigue a la espera de una explicación.
“Les voy a hablar de datos y de ciencia”, dice el ministro de Sanidad. "Datos y criterios técnicos", responde Escudero. La pandemia es la misma, pero la lectura de los datos no puede ser más diferente. Difícil entenderse. Como complicado es comprender que Illa, en tono grave, afirme que "ya vamos tarde", pero siga sin fijar un plazo para aplicar unas restricciones que considera urgentes.
"Cuando uno va al médico, uno quiere que le digan la verdad", aseveró el ministro. Quienes le escucharon a él y al consejero madrileño, con sólo unos minutos de diferencia, bien podrían pedir una tercera opinión.