El plasma frío: la tecnología que elimina el coronavirus en superficies y en el ambiente en un 99,99%


A diferencia de la radiación ultravioleta o el ozono, el plasma frío se puede utilizar en presencia de personas sin riesgo para la salud
Un estudio de la universidad italiana de Padua ha certificado la efectividad antiviral contra la COVID-19 de esta tecnología
Hasta la llegada de la actual pandemia, el uso del plasma frío estaba restringido a industrias, principalmente del sector agroalimentario, donde las medidas de higiene y seguridad requieren sistemas avanzados de desinfección e higienización de espacios. Pero, la actual crisis sanitaria ha provocado el desarrollo de nuevas aplicaciones del plasma frío para su utilización en diversos sectores de actividad como consultas médicas, comercios, viviendas particulares e, incluso, en colegios. Para poder hacerlo, ha sido necesario modificar la tecnología, utilizando por ejemplo un tipo de gas diferente, para que sea compatible con la presencia de personas sin poner en riesgo su salud.
Esta es la gran ventaja que ofrece el plasma frío con respecto a otras tecnologías con efectos antivirales similares, tales como la radiación ultravioleta (UV) o el ozono. Además, el hecho de ser compatible con la presencia de personas permite una protección en tiempo real, algo que no pueden ofrecer otras tecnologías. “Nosotros tenemos el sistema desde el inicio de la pandemia en el comercio y nos da mucha seguridad. Lo tenemos puesto noche y día en la tienda porque somos varias personas trabajando y además pasan muchos clientes”, explica María Colomina, propietaria de una tienda de bisutería en Valencia.
Eliminación casi total del virus
Un estudio realizado por el Departamento de Medicina Molecular de la Universidad de Padua (Italia) ha demostrado que este plasma no térmico o frío es capaz de descomponer la Covid-19 con un 99,99% de efectividad tanto en el ambiente como en superficies.
Esta tecnología se basa en una forma de ionización del aire capaz de oxidar y descomponer cualquier contaminante, ya sea químico o biológico (bacterias, mohos, microorganismos, virus y olores), al mismo tiempo que no produce ningún daño para la salud.