La policía no impidió los botellones en Mallorca porque "así no se dispersaban por la isla y no contagiaban"


Hablamos con Sergi Torrandel, Jefe de la Policía Local de Llucmajor: "Sabemos que se reúnen en ese lugar para beber, pero consideramos que es el mal menor"
"Si están allí, no se dispersan por la isla, no contagian y no molestan a los vecinos"
Los organizadores del viaje aseguran que pidieron a la policía que no permitiera los botellones: "La policía no custodia actividades ilegales, como el botellón"
El macrobrote que ha originado en toda España una serie de viajes de fin de curso a Mallorca pone de relieve las responsabilidades que hubo en los escenarios clave donde pudieron suceder los contagios, que ya rondan el medio millar.
Uno de ellos es la especie de botellódromo que se creó en Llucmajor. Cuando terminaban las actividades organizadas, los jóvenes no volvían al hotel. Miles de ellos se daban cita en la explanada de El Arenal durante las madrugadas y allí bebían, sin mascarillas ni distancia, ante la presencia de la policía, que no lo impedía. "Bebían, fumaban y bailaban sin control. Podría haber allí cerca de 4.000 chavales. Le dijimos a la policía que no permitiera esas reuniones pero no hicieron nada", cuenta uno de los organizadores.
En NIUS hemos hablado con Sergi Torrandel, Jefe de la Policía Local de Llucmajor, para conocer su versión sobre lo sucedido. Explica que todos los años, cuando llega el mes de junio, se enfrentan al mismo problema: jóvenes de diferentes comunidades que viajan a Mallorca para celebrar el fin de curso. Este año, además, con el problema añadido de la pandemia de covid.
"Este años hemos tenido el problema del covid, pero todos los años nos enfrentamos a miles de jóvenes bebidos que lo único que buscan es fiesta. En la explanada de El Arenal salen varios autobuses que les llevan a los diferentes eventos, y es a la vuelta cuando los chavales se quedan en la explanada haciendo botellón. Al estar cerrada la zona de bares y de los hoteles, no pueden ir allí", explica Torrandel.
Un mal menor: "Sabemos dónde están y lo que hacen"
El jefe de policía explica por qué no intervinieron. "La policía no custodia actividades ilegales, como el botellón. Tenemos conocimiento de que unos 2.000 jóvenes se reúnen en este lugar para beber, pero consideramos que es el mal menor. Sabemos dónde están y qué están haciendo", explica Torrandel a NIUS.
Argumenta el jefe de policía que el hecho de que estén allí, localizados, en esa especie de botellódromo, evita que se dispersen por la isla y puedan ser fuente de contagio, en caso de que haya algún infectado. "Es un grupo "burbuja" que ha llegado a la isla, y se pasan toda la semana juntos. Eso supone que, si están allí, no van por otros lados y no hay riesgo de que contagien a los residentes. Sería una catástrofe para el turismo balear. No se dispersan por la isla, no contagian y no molestan a los vecinos", asegura.
Las agencias organizadoras de estos viajes culpan al Gobierno Balear de permitir esos botellones, custodiados por la policía. Torrandel lo desmiente, y explica, además, por qué no se les sancionó. "En ningún caso la policía les ha llevado allí, ni hemos estado vigilando la zona. Van con las botellas en la mano, en bolsas, si no consumen no se les puede multar".