El primer español en recibir la vacuna Pfizer: "Fue como si hubiera cogido una gripe"


Miquel Fernández ya ha recibido dos dosis de la vacuna desarrollado por Pfizer para luchar contra el coronavirus
En su caso, ha tenido dolores de cabeza, malestar y fiebre de manera puntual, que se vieron incrementados con la segunda dosis de la vacuna
Fernández: " "No creo que haberme vacunado me dé derecho a comportarme de forma distinta a los demás"
Miquel Fernández, catalán de 39 años y afincado en Norman (Oklahoma), se ha convertido en el primer español que forma parte del ensayo clínico de la vacuna Pfizer para luchar contra el coronavirus. Hasta el momento, la del laboratorio estadounidense constituye una de las vacunas más avanzadas, después de que los propios productores anunciaran que los resultados provisionales habían revelado una eficacia de más del 90%.
Mientras el Hospital Can Ruti de Badalona (Barcelona) ya ha iniciado la búsqueda de voluntarios para testar estudios de vacunas contra la COVID-19 en fase 3 en España, Fernández es de momento el único español que puede hablar en primera persona de los efectos secundarios de la vacuna Pfizer.
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"Al día siguiente de la primera dosis empecé a sentir malestar general, dolor de cabeza, fiebre... al principio muy leve y luego se disparó. Con fiebre bastante alta, parecía que en ese momento había cogido una gripe. Me duró unas cinco horas, al cabo de ese tiempo se fue como había venido", cuenta Fernández.
Él decidió participar en el estudio después de ver un anuncio de uno de los laboratorios que formaba parte de los ensayos en la ciudad de Norman. Entró en la web, rellenó un formulario, levantó el teléfono y empezó a formar parte de la lucha contra el coronavirus.
El pasado 1 de septiembre recibió la primera dosis. Antes, se habían sucedido las llamadas para conocer los requisitos, ser mayor de edad, y el historial clínico. Tres semanas después de la primera vacunación, recibió la segunda dosis.
Síntomas más severos con la segunda dosis
"Ya me advirtieron de que los síntomas podrían ser mas severos, si en la primera dosis ya había tenido algunos efectos. Así fue, esa misma tarde me empecé a encontrar fatal, mucho peor que la primera vez. La zona del pinchazo en esta ocasión se inflamó bastante y no podía casi mover el brazo. Sólo fue cuestión de una noche al día siguiente me levanté sin fiebre, cansado, pero mucho mejor", explica.
Tras la segunda dosis, tuvo que realizarse un análisis de sangre que perseguía observar si se había producido generación de anticuerpos. De momento, la próxima consulta llegará en el mes de marzo.
Mientras espera la cita acordada, semanalmente recibe un formulario a través de una aplicación móvil que vigila la evolución de los síntomas. Según explica, en caso de volver a sentir algún efecto, recibe una llamada para conocer el estado del paciente.
No obstante, este catalán no sabe con certeza si ha recibido la vacuna o el placebo: "No te indican si tienes la vacuna o no. te dicen que por cada persona que tiene la vacuna otra recibe el placebo. Ya nos indicaron que el placebo era un salino, no hay principio activo. Al tener síntomas, supongo que habrá sido la vacuna lo que yo recibí".
"No me costó dar el paso"
En total, son 43.000 voluntarios los que han probado ya la vacuna de Pfizer. Los expertos advierten de que serán necesario muchos más participantes en todo el mundo para poder testar la fase 3 de las diferentes vacunas que se encuentran en esta etapa. Según ha apuntado Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa y jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Can Ruti de Badalona, cada centro necesitará cómo mínimo 300 personas para probar cada uno de los estudios que vayan llegando.
"En mi caso no me costó dar el paso. Sí consulté con un amigo inmunólogo los detalles de la vacuna ARN. Me indicó los riesgos, pero imagino que la gente de Pfizer sabe lo que está haciendo. Al final es poner en una balanza el riesgo económico, la crisis sanitaria y vivir en esta situación tan anormal, y poder, quizás, recuperar una cierta normalidad, asumiendo un cierto riesgo que lo tienes cuando tomas cualquier medicamento", apunta.
El hecho de estar vacunado no ha cambiado, según explica, su actitud ante la pandemia: "No creo que haberme vacunado me dé derecho a comportarme de forma distinta a los demás. Sigo llevando la mascarilla, trabajo desde casa y mantengo la distancia social".