"Se produjeron situaciones inhumanas": Médicos Sin Fronteras reclama medidas urgentes en residencias


Entre los problemas más graves detectados, la ONG advierte de que no se priorizó la derivación hospitalaria de residentes
En muchos casos, se negó a los residentes que tuvieran contacto con sus familiares o se movieran por el centro, lo que les afectó psicosocialmente
"Estaban en muy mal estado, confusos, deshidratados y sin poder comunicarse con sus familias". Son palabras de Ximena di Lollo, coordinadora de las residencias de mayores de Médicos Sin Fronteras (MSF). El pasado mes de mayo, di Lollo contó a NIUS lo que habían vivido en su visita a casi 500 residencias en pleno estado de alarma por la pandemia de coronavirus.
Este martes, la ONG ha publicado un extenso informe en el que reclaman la necesidad de medidas urgentes en estos centros para evitar que la Covid-19 provoque otra vez, de cara al reciente aumento de contagios, la alta tasa de mortalidad que se vivió allí durante los meses de confinamiento. Desde la organización advierten que "se produjeron situaciones indignas e inhumanas".
Según el informe, denominado Poco, tarde y mal. El inaceptable desamparo de los mayores en las residencias durante la Covid-19 en Espaka", este elevado número de muertes en los centros revela "problemas estructurales y sistémicos" en cuanto al modelo de residencias en España, además de una grave "desatención" a los mayores.
La organización ha recordado que estiman que el número de mayores fallecidos en estos centros esté en torno a los 27.359 entre el 6 de abril y el 20 de junio. Esta cifra representa, según el informe, el 69% del total de fallecidos por coronavirus en España.
Falta de atención sanitaria
Otro de los principales problemas que ha destacado MSF ha sido la coordinación insuficiente entre las Administraciones competentes y las residencias. Alegan que, durante el pico de la pandemia, estos centros "fueron abandonados sin posibilidad de derivación hospitalaria y sin asistencia adecuada de atención primaria".
Esta situación fue consecuencia, consideran, de que el foco de la respuesta sanitaria se centró en el colapso del sistema sanitario, los hospitales y las UCI. Por ello, las residencias tuvieron que asumir sin preparación alguna una responsabilidad "para la que no estaban preparadas ni dotadas". "Esta combinación hizo inviable responder a la epidemia. Al ser residencias, no disponían de recursos sanitarios y asistenciales, lo que tuvo un impacto directo en la salud de los residentes", ha indicado di Lollo.
Los retos a alcanzar
Para evitar esta situación, que "nunca debería volver a ocurrir", desde MSF piden un cambio profundo: desarrollar nuevos planes de contingencia ante rebrotes de coronavirus para segurar una acción temprana para estas personas de riesgo.
La organización, durante su visita a las cerca de 500 residencias durante el pico de la pandemia, constató diversos problemas a los que hacer frente de cara a las próximas semanas.
- Falta de anticipación y de planes de contingencia, agravada por la
descoordinación entre Consejerías de Servicios Sociales y de Sanidad, Diputaciones, Ayuntamientos, servicios de atención primaria, etc. - Reducido margen de maniobra para implementar las medidas
de aislamiento, cuarentena y distancia. Debido principalmente a que las infraestructuras no se encontraban acondicionadas para conseguir un aislamiento efectivo. - Falta de formación en la utilización de los EPI de un personal nada
habituado al uso de estos elementos. Además, destacan que estos equipos llegaron en muchos casos tarde. - Falta de organización, dirección y recursos humanos en las medidas
de control del contagio. - Limitaciones de los test y falta de capacidad para
actuar según los resultados. - Denegación de derivar a cientos de residentes a centros hospitalarios, lo que obligó a las residencias a mantener alojados a pacientes positivos con pronóstico muy grave. Este fue uno de los problemas más importantes, que causó que el virus se propagara con rapidez y afectara a más ancianos.
- Aislamiento en detrimento de la salud y de los cuidados dignos, lo que tuvo un gran impacto en la salud de los residentes.
- Falta de protocolo para cuidados paliativos, final de la vida,
despedidas y visitas, en parte a causa de la falta de personal experimentado para estos cuidados. - Carencia de atención psicosocial a residentes, personal y familiares.
Equilibrio entre aislamiento, convivencia y cuarentena
El informe de MSF hace hincapié en la necesidad de establecer un equilibrio entre aislamiento, cuarentena y convivencia. "Los responsables de estos centros deben velar por que el aislamiento físico no aísle socialmente a los residentes y se priorice en todo momento su salud tanto física como mental".
Desde la ONG apuntan a que hubo "poca credibilidad de los tests diagnósticos", lo que provocó que se implantaran fuertes medidas de aislamiento, en ocasiones "de forma indiscriminada", y que tuvieron como consecuencia que no se permitieran despedidas, visitas o movilidad dentro del centro. Este hecho tuvo, según la organización, consecuencias físicas y psicosociales graves para los mayores que además no contaban con apoyo emocional.
Flexibilidad para proponer alternativas sanitarias
MSF considera, además, que se debieron proponer con una mayor flexibilidad alternativas a los medios y recursos disponibles durante los momentos más agudos de la pandemia. Esto podría haber permitido que, especialmente los pacientes más graves, pudieran haber sido trasladados a hoteles medicalizados, hospitales privados, etc., ya que en estos lugares "hubo plazas libres" incluso en pleno pico de contagios.
Reclama, por ello, que ante el aumento de contagios, se desarrolle un sistema de indicadores de calidad orientado hacia el bienestar y la calidad de vida de las personas mayores en residencias.