Quiénes son los cinco millones y medio de españoles sin vacunar: treintañeros y veinteañeros, los más reticentes


Los expertos señalan tres causas: miedo a la vacuna, indiferencia y, en menor medida, negacionismo
Pese a los buenos datos aún quedan más de cinco millones de personas sin inocular completamente
De los 50 países más poblados del mundo España es el primero en vacunación, según Our World in Data
España ha conseguido el logro de tener a un 70% de población vacunada con pauta completa para otoño. El objetivo final es más alto, según explicó la ministra de Sanidad, Carolina Darias. Todavía quedan sin vacunar alrededor de cinco millones y medio de personas mayores de 12 años —grupo diana—. Aunque tienen porcentajes altos, los grupos etarios más rezagados son los treintañeros y los veinteañeros.
Las primeras suposiciones apuntaban a las vacaciones de verano como causa del frenazo. Pero el tiempo está demostrando que no era así. Entrados en octubre, la franja de 39 a 30 años (74,5%) y la de 29 a 20 años (74,4%) presentan los valores más bajos, según los datos del Ministerio de Sanidad.
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Incluso los adolescentes los han superado con un 78%, pese a comenzar más tarde su inoculación. Tener todos los conjuntos a vacunar por encima del 90% es primordial. De dicha manera el porcentaje de población con pauta completa sería superior al 80%, que muchos expertos consideran el mínimo para la inmunidad de grupo.
"Hay hipótesis de por qué puede estar sucediendo. La primera es la disminución de la percepción del riesgo en los jóvenes. Al caer es menos necesario para ellos vacunarse", explica a NIUS el presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amos García.
Al igual que en otros ámbitos, dentro de los no vacunados existen perfiles de comportamiento. Los principales son tres: personas con miedo, polizones o pasotas y negacionistas. Los dos primeros "normalmente terminan vacunándose". Con los terceros "no hay nada que hacer", pero son muy pocos en España.
Miedo e indiferencia
En cuanto al factor miedo, García apunta directamente a las redes sociales y a los bulos: "Cómo no van a tener miedo si se meten en ellas y les ponen los pelos de punta". La receta para ellos es "empatizar, hablar, escuchar y transmitirles el discurso científico" antes que optar por otro tipo de medidas.
El grupo de polizones es muy particular por su nivel de indiferencia a la situación: "Piensan equivocadamente en esperar a la inmunidad de grupo, así quedan protegidos gracias a otros". En el ámbito económico, de donde parte el término, también son conocidos como consumidores parásitos o free riders. Son personas que disfrutan de un bien colectivo (inmunidad de grupo) sin aportar su granito de arena (vacunarse). Los negacionistas también podrían incluirse. No obstante, esta parte atiende a personas indiferentes a la problemática que no niegan la ciencia.

"A esta gente hay que decirle que estamos ante la mayor crisis sanitaria de los últimos años", prosigue García. El problema de mostrar una actitud pasiva es que no hay nada asegurado: primero, porque algunos expertos no ven posible la inmunidad de grupo; segundo, mientras aguardan a la recompensa pueden infectarse y acabar hospitalizados o muriendo.
Alergia y embarazo
Uno de los grupos minoritarios es el de alérgicos a algún componente de las profilaxis. "Más allá de esta situación no hay condiciones clínicas que impidan vacunarse", asevera el catedrático de Inmunología de la Universidad de Valladolid Alfredo Corell.
Ambos expertos coinciden que con este grupo no es posible hacer nada. La única vía es que estén protegidos por los inoculados y que estos cumplan medidas como la mascarilla. Los sueros actuales no previenen del todo el contagio, pero sí reducen la carga con la que un infectado vacunado propaga el virus.
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica estima que en España hay 10 casos de anafilaxia —reacción alérgica grave— por millón de vacunados. También destacan que todos se han recuperado.
"Si han tenido una reacción anafiláctica con la primera dosis no deben ponerse la segunda", sigue Corell. Esto es algo que igualmente señala el Ministerio de Sanidad, que pide revisar el listado de ingredientes antes del pinchazo.
La vacunación no está contraindicada para alérgicos a animales, alimentos, pólenes, etc. Únicamente lo está para los que sí lo sean a algún componente del suero. Quienes lo sean a otras profilaxis o medicamentos deben informar de su situación.
Por último quedarían las embarazadas, grupo también minoritario. "Existe una falsa creencia de que la vacuna le va a llegar al bebé y le va a hacer un daño irreversible", señala el inmunólogo. Ante el aumento de mujeres en periodo de gestación hospitalizadas que hubo en verano, tanto Sanidad como consejerías autonómicas las urgieron a vacunarse. Varios estudios han comprobado que las profilaxis son seguras para ellas.