Mezquitas cerradas y rezos en casa: así se celebra el Ramadán en la España confinada

La Comisión Islámica de España publica una guía para orientar a los musulmanes en estas circunstancias especiales
“Va a ser un Ramadán doloroso y complicado”, lamentan algunos comunidades islámicas
El Ramadán, mes sagrado de los musulmanes y uno de los cinco pilares del Islam, comienza este jueves, en pleno confinamiento. Las medidas de seguridad y sanitarias, decretadas por el estado de alarma, impiden la apertura de mezquitas y las relaciones sociales, principales ejes de esta celebración. Ante esta perspectiva, ¿cómo afronta la comunidad islámica su fiesta, en tiempos de pandemia?
Para orientar a los más de dos millones de musulmanes que hay en nuestro país, la Comisión Islámica de España(CIE) ha difundido una guía con una serie de recomendaciones sobre aspectos que no se podrán mantener, como otros años. Para empezar, dado que las mezquitas están cerradas, sugiere “donar, de primera mano, los alimentos a quienes les haga falta”, o bien, contactar con un restaurante con servicio a domicilio o asociaciones que brinden asistencia.
Lo que no cambia es el ayuno o 'sawn', durante las horas de sol. Mohamed Ajana El Ouafi, secretario de la Comisión, recuerda que “es un deber religioso personal, individual e íntimo”. Al igual que el rezo que, descartados los lugares de culto, se mantiene en las casas, en la intimidad de las familias. Para garantizar que los imanes puedan estar en comunicación con los fieles, la CIE aconseja utilizar las redes sociales.
Una de las comunidades islámicas más numerosas en España es la de Andalucía, con 340.000 musulmanes. Yihad Sarasúa, presidente de la Mezquita Ishbilia de Sevilla, reconoce a NIUS que viven "con dolor estas circunstancias especiales y extrañas”, de la misma forma que lo han sufrido, recuerda, los cristianos con la Semana Santa”.
Sarasúa nos explica que el ayuno, en sí, es “una experiencia individual, de uno consigo mismo” que no va a notar apenas diferencias por el confinamiento, sin embargo, lo complicado, dice, será su ruptura. “Es el momento de celebración colectiva, de reunión con familiares y amigos, de visitas,... y eso, no se va a poder sustituir”, se lamenta. Para los musulmanes, la ruptura del ayuno, cada noche, es el momento de reencuentro con los hermanos. “Es reunirte con los que están pasando lo mismo que tú y sentirte comprendido”, apunta Sarasúa.
El presidente de la Mezquita Ishbilia de Sevilla reconoce que se va a extrañar “la parte social y comunitaria” de la celebración. Al igual que el 'Tarawih', el rezo nocturno y colectivo que se hace, cada día, en el lugar de culto. “Lo haremos en casa, pero va a ser complicado porque el Ramadán es un acto introspectivo, pero también de encuentro y generosidad con el otro”. Eso sí, este musulmán se queda con la parte positiva de las circunstancias. “Este año, no será solo un ayuno de alimentos, también de otras tentaciones”.
Ibrahim Allilou, imán de la mezquita An-Nur de Jerez de la Frontera (Cádiz), es uno de los líderes espirituales que está poniendo en práctica hacer el apoyo virtual. “Si alguien necesita algo, hablamos a través de WhatsApp u otras aplicaciones de videollamada”, explica a NIUS. Allilou insiste en que será un momento “especial, de vivir con la familia”. Incluso, para los muchos musulmanes que aprovechaban la fecha para pasar el Ramadán en Marruecos. “Con el cierre de fronteras, se han tenido que quedar aquí y estamos ofreciéndoles ayuda para que sientan que aquí también están en familia”, señala. Un Ramadán diferente que, sin embargo, mantiene su esencia.