Residentes del colegio mayor de Valencia con un brote de covid: "El foco no ha sido solo por la fiesta en la azotea"

Los alumnos residentes aseguran que no existían medidas de control para evitar los contagios en el centro
Llevan siendo el foco de la noticia desde que la semana pasada se destapara el brote que ha afectado a 168 estudiantes residentes en un colegio mayor de Valencia tras una fiesta organizada en la azotea del edificio. Pero, ahora, estos alumnos aseguran que el centro pudo haber evitado esta fiesta. "No había ningún tipo de seguridad, si la hubiera habido, esto no hubiera pasado”, asegura Manuel (nombre ficticio).
El colegio mayor insiste en que el control en la residencia de estudiantes es continuo: la recepción esta atendida las 24 horas del día, los siete días de la semana. El día que se produjo la fiesta, el guardia de seguridad de ese turno entró a trabajar a las 21:00 horas y media hora después la fiesta terminó. El guateque había comenzado a las cinco de la tarde.
Pero los alumnos defienden que "el foco del brote no fue solo la fiesta". Algunos han contado que los protocolos establecidos por el centro, como el de llevar mascarilla y guardar la distancia, no se cumplían. "En el comedor estábamos apretados y sin separación entre las mesas", afirma Manuel, quien acaba de enterarse que también es positivo. "No firmamos ningún documento con las medidas anti-covid del centro", señalan los estudiantes. Desde el Colegio Mayor aseguran que ese documento sí que se firmó por todos los alumnos junto con el contrato de residencia.
Diego (nombre ficticio también), residente del Colegio Mayor, también es positivo pero con la particularidad de que él no estuvo en esa fiesta. "Me contagiaría en las instalaciones. En el comedor, las colas eran largas y todos estábamos amontonados", relata. Unos y otros aseguran que la fiesta se celebró por la falta de seguridad en el centro: "Hay seguridad pero por las noches, a la hora que se celebró la fiesta, no".
Pero, ¿cómo se organizó esa fiesta?. "Estaba programada desde antes de la pandemia", asegura Manuel. Según los estudiantes, de ello se encarga el consejo de estudiantes.
A la azotea del edificio se accede a través de una puerta que suele estar abierta salvo los fines de semana. Los estudiantes aseguran que esa puerta estaba abierta, mientras que el centro lo pone en duda y desliza la posibilidad de que los jóvenes accedieran por la puerta de emergencia que siempre esta operativa. "Si hubiéramos visto que la puerta estaba cerrada, no hubiéramos entrado", asegura Manuel.
Diego reconoce que para acceder al edificio nadie controla el acceso. "Somos 700 personas, las recepcionistas no pueden preguntar a cada uno que entra quién es", señala.
Ahora los 700 estudiantes están confinados. Tres médicos del Colegio Mayor les hacen un seguimiento con test antígenos cada dos o tres días.