Salvador Illa: "El Gobierno no se engaña a sí mismo"

El ministro de Sanidad desmienten rotundamente que se esté ocultando el número real de fallecidos
El confinamiento provoca desorientación. Uno no sabe si es Domingo de Ramos o Viernes de Dolores. El general Villarroya acertó de pleno cuando dijo aquello de que ahora "todos los días son lunes".
El trágico recuento diario de casos y fallecidos contribuye a que estas jornadas parezcan inmóviles. También que todos los días a cierta hora de la tarde aparezca el ministro de Sanidad para informar de la situación de la epidemia.
Los mensajes, inevitablemente, son los mismos: "Se confirma la ralentización de la epidemia", "Hacemos 20.000 test al día, llevamos ya 600.000", "No es momento de relajarse"...
- ¿Se va dar por terminado el curso escolar? "No hay decisión tomada, ni se va a tomar, vamos a ver cómo evoluciona la epidemia".
- ¿Se va a confinar a los positivos en hoteles 'Arcas de Noé'? "Hemos pedido lista de equipamientos públicos o privados donde aquellas personas que den positivo puedan, si así lo desean, estar durante el período de aislamiento. Es un ejercicio de anticipación. No hay decisión tomada".
- ¿Mascarillas para todos? "El Gobierno no va a exigir nada que no se pueda cumplir".
- ¿Tienen garantías de que no volverá un rebrote cuando se reabra la economía? "Vamos a actuar como siempre, en base a la evidencia científica y con el criterio de los expertos. Certeza absoluta no la ha habido nunca ni la habrá".
El principio de incertidumbre fue un invento científico que el ministro de Sanidad, de formación filosófica, no tiene complejos en invocar: "Hay que insistir siempre en que este es un virus desconocido y hay muchas cosas que no conocemos". ¿Volverán las medidas anteriores después de su relajación si hay un rebrote? "No se puede descartar nada. El Gobierno contempla todos los escenarios. No hay uno más probable ni uno menos probable. Entiendo que quieran conocer lo que va a pasar, no lo sabemos".
El ministro Illa es un hombre tranquilo, educado, contenido e impasible. No se mete en charcos ni deja escapar el más mínimo gesto de irritación cuando los periodistas repiten la misma pregunta (incluso en ingles) una y otra vez y un día tras otro: "Muchas gracias por sus tres preguntas".
Tan tranquilo que "por la noche las ovejas le cuentan a él", que decían de Gene Hackman en El último golpe. A la misma pregunta, la misma respuesta: "El Gobierno actúa guiado por la prudencia, la evidencia científica y el respeto a los derechos y libertades"
Pero el tono se vuelve firme cuando sale a relucir la sospecha de que los muertos por el coronavirus no se estén contando bien. "Este tema es muy serio. Nosotros no nos engañamos a nosotros mismos. Toda persona que da diagnóstico positivo por coronavirus y fallece se cuenta como víctima del coronavirus".
Hasta tres veces ha salido el asunto en la rueda de prensa. ¿Tal vez en Castilla-La Mancha no se están contando todos los fallecidos? "Tenemos la definición de caso más exigente y rigurosa de Europa. Toda aquella persona diagnosticada positivamente es computada como fallecida por coronavirus. He mantenido una conversación con el consejero de Castilla La Mancha y los datos son conformes con esta definición de casos y son correctos".
Por cierto, hace tiempo que los ministros no comparecen solos en la vacía sala de prensa de Moncloa. Hoy al de Sanidad le ha acompañado el de Cultura y Deporte, también de la línea filosófica del Gobierno y abonado a la incertidumbre.
¿Se van a suspender los festivales de este verano?: "¿Qué va a pasar? No lo sabemos. Haremos lo que marquen los expertos sanitarios. Lo que sí voy a hacer es mandar cartas a las televisiones para que intensifiquen la programación cultural española y europea". ¿Volveremos a ver El séptimo sello en horario de máxima audiencia? El confinamiento no sólo provoca desorientación, también regresión temporal.
Ah, mañana el ministro Illa, al mediodía en el Congreso. Otro lunes que cae en miércoles.