Se encierran con los ancianos de su residencia en Alicante: "No saldremos hasta que llegue la segunda dosis"


Las cinco empleadas tratan así de evitar contagiar a los ancianos ahora que la incidencia se ha disparado
La residencia Mare de Déu de la Soledat de Ondara no ha tenido ningún caso de coronavirus desde el inicio de la pandemia
La segunda dosis de la vacuna está prevista que se ponga a ancianos y trabajadores del centro el próximo día 29 de enero
Cinco empleadas de la residencia Mare de Déu de la Soledat de Ondara (Alicante) han decidido confinarse junto a los 20 ancianos que cuidan para evitar transmitirles el virus, mientras esperan la llegada de la segunda dosis de la vacuna. “Nos confinamos este lunes y vamos a permanecer en la residencia hasta el día 29 que está previsto que nos pongan la segunda dosis”, señala Paqui Ferrando, directora del centro.
La idea surgió de las auxiliares del centro ante el incremento de la incidencia acumulada del virus en la localidad, que alcanza los 1.250 casos por cada 100.000 habitantes. “Esto es como una gran familia y todos los trabajadores llevamos meses sufriendo por si entramos nosotros el virus en la residencia. Somos el único vector de entrada porque las visitas de los familiares están muy restringidas. La decisión de confinarnos es voluntaria y supone un gran alivio psicológico”, explica la directora.
Desde que comenzó la pandemia ningún residente, ni ningún trabajador se ha contagiado y pretenden seguir así a pesar de la negativa evolución de la pandemia. Para conseguirlo, el personal de lavandería y cocina, que no se ha confinado, trabajaran con normalidad, pero evitando cualquier contacto con las personas que se encuentran en el interior de la residencia. “Está todo perfectamente organizado. Entran por una puerta separada y no hay contacto. Además, nosotras ocupamos unas habitaciones que están libres para descansar estos días”, señala.
La decisión de estas ejemplares trabajadoras ha contado con el respaldo de sus familiares. “Ellos veían lo que estábamos sufriendo, lo entienden y nos apoyan completamente”, asegura la directora del centro.
Además, esta generosa iniciativa ha sido aplaudida por los ancianos, los familiares y por el propio alcalde de Ondara, presidente de la fundación propietaria de la residencia.