Trilla, epidemiólogo del Hospital Clínic: "Solo evitaremos el confinamiento si el resto de medidas funcionan"

"Si el toque de queda y el cierre de la restauración fuesen efectivos, dentro de dos o tres semanas se reducirá un poco la presión en los hospitales", augura
En caso de ser necesario un nuevo confinamiento, apuesta por mantener trabajos esenciales y la actividad escolar hasta bachillerato
El jefe de epidemiología del Hospital Clínic prevé que "toda Europa y todo el mundo va a sufrir esta segunda ola"
La epidemiología copa las portadas de diarios e informativos desde hace ocho meses en un esfuerzo constante de los expertos por explicar la naturaleza de la covid-19 y los retos que supone. Y la voz de Antoni Trilla es una de las más escuchadas y leídas dentro de la virología.
Ahora que España ha aplicado las primeras restricciones drásticas de la segunda ola y valora ir más allá, al tiempo que también lo hacen el resto de países europeos, el jefe de epidemiología del Hospital Clínic y asesor del Gobierno en la primera ola de la pandemia ha vuelto a atender a NIUS. En uno de los patios de este hospital barcelonés, responde a las preguntas de este diario.
Pregunta: ¿En qué situación nos encontramos?
R.: La situación es complicada porque el número de casos va en aumento. Esto supone mayor presión para el sistema asistencial del país y es una situación inestable porque no podemos decir si la cosa se va a frenar más rápidamente, o al contrario, si va a seguir acelerando. Hay que ser prudentes y ver cómo evoluciona la situación día a día. Pero estamos en cifras de alta incidencia en la práctica totalidad del país.
P.: ¿Cuándo deberíamos ver una mejora en los datos diarios de contagio?
R.: Las medidas, normalmente, si tenemos que evaluarlas por el número de ingresos, ya sea de la UCI o no, tienen un retraso de 14 días más. Hoy, después de 14 días, tiempo en el que se han producido nuevas medidas como el cierre de la restauración, tendríamos que esperar que la tendencia de los contagios hubiera bajado, pero las cifras pueden variar de un día para otro. Es verdad que en esta situación cualquier indicador que parece que mejora es una buena noticia, pero es importante ver que estos datos se consolidan a la baja.
Si el toque de queda y el cierre de bares y restaurantes fuesen medidas efectivas, dentro de dos o tres semanas se reducirá un poco la presión
Si el toque de queda y el cierre de bares y restaurantes fuesen medidas efectivas, que ojalá lo sean, significaría que dentro de dos o tres semanas se reducirá un poco la presión. Ahora mismo estamos viviendo el aumento de casos que se produjeron hace siete días. Nos contagiamos mucho entre nosotros. El número de casos cada día aumenta y los números cada vez son más altos, a la larga significa más casos graves, más casos en los hospitales, más casos en la UCI, y desafortunadamente, más personas que fallecen por esta enfermedad.
P.: ¿Es inevitable volver a un confinamiento total?
R.: No debería ser inevitable si las estrategias de contención, es decir, el rastreo o el refuerzo de la atención sanitaria, se hubiera llegado a números más contundentes. Esto no es así y podemos lamentarnos, pero lo que tenemos que hacer es actuar. La única receta válida si el resto de recetas no han funcionado bien, ya sea porque no lo hayamos hecho bien o por otros motivos, son los confinamientos. Esta medida no significa un cierre absoluto, cada vez hay que ser más selectivo, intentar que sea por un período corto de tiempo, valorar la utilidad de este confinamiento con cifras al cabo de un tiempo. También es muy importante explicar por qué se adoptan dichas medidas y qué se espera obtener con ellas. Hoy por hoy, estamos más cerca de unas medidas más restrictivas que de seguir con la estrategia actual, que sigue acelerando el virus.
Hoy por hoy, estamos más cerca de unas medidas más restrictivas que de seguir con la estrategia actual, que sigue acelerando el virus
P.: Ya sabemos las consecuencias de un confinamiento total y las estamos sufriendo… ¿Cómo debería ser el próximo para evitar un impacto mayor pero manteniendo su efectividad?
R.: No creo que haya una opinión clara, o al menos yo no la tengo. Cuando hablamos de un cierre completo, siempre interpreto que el trabajo esencial y todo lo que se pueda de la economía se tiene que mantener, y especialmente, a diferencia de la primera oleada, habría que intentar preservar la enseñanza de los más pequeños hasta bachillerato, por lo menos. En estas condiciones hay gente que dice que cerrar 15 días, prácticamente todo lo que se puede cerrar, puede resultar útil para la salud y para la economía. Si todo el mundo hiciéramos las cosas perfecto seguramente el confinamiento no sería necesario.
Ahora hay que intentar restringir la movilidad. Puede ser durante un período limitado, como por ejemplo el fin de semana, puede tener cierta efectividad. También se recomienda habitualmente, desde un punto de vista teórico, los cierres más controlados y selectivos durante periodos cortos, como un cierre de 15 días.
P.: Uno de los principales indicadores de la situación es la capacidad de camas de UCI, ¿cómo de cerca está Cataluña de que su sistema sanitario colapse?
R.: Los modelos que maneja el sistema catalán de salud indican que probablemente, en 7 o 10 días, llegaríamos a una capacidad de UCI cercana a la máxima que podemos gestionar con facilidad. Probablemente en 15 días o tres semanas llegaría a niveles de ocupación muy alto difícil de gestionar. Hay que intentar anticiparse y que esto no suceda y haremos todo lo posible para evitar el colapso del sistema. Si se produjese significaría que no tendríamos capacidad de atender a los pacientes y, al menos, no pasó de forma generalizada en la primera ola.
El factor crítico para poder soportar esta situación es que tengamos suficiente personal y justo lo que más nos falta es personal sanitario. Las enfermeras y enfermeros son un bien extraordinario en estos momentos y aumentar el personal nos ayudaría a aguantar mejor un ataque masivo en los próximos días.
P.: ¿Es este segundo arreón del virus parecido al de marzo, abril y mayo?
R.: Probablemente estamos viendo una segunda ola distinta en algunos aspectos. Registramos muchos más casos leves y asintomáticos. Quizás el tipo de ascenso nos hace pensar en una ola más parecida a una montaña con subidas y bajadas más prolongadas, sin un gran pico y una gran bajada.
P.: Y, en este caso, el invierno lo complica todo…
R.: El invierno no es un buen aliado para nosotros porque los virus tienen más capacidad de transmitirse. Puede que llegue una epidemia de gripe, ojalá no sea así, pero no lo sabemos, y esto añadiría más estrés en el sistema sanitario. Nos esperan meses difíciles hasta que vuelva el buen tiempo, quizás tres, cuatro, cinco meses. Ojalá podamos controlar la situación sin tomar una medida drástica, pero no es el mejor momento del año desde el punto de vista epidemiológico. Tenemos que ser especialmente cuidadosos.
Nos esperan meses difíciles hasta que vuelva el buen tiempo, quizás tres, cuatro, cinco meses.
P.: Parece que el nuestro era el país más azotado por la pandemia en Europa, pero ya hay muchos que también están decretando fuertes restricciones…
R.: De hecho, hace unas semanas o meses, España tenía el dudoso honor de ser el país con peores cifras de Europa, pero poco a poco se ha visto que esta ola está arrasando en numerosos países. El caso de Francia es muy parecido al nuestro, Bélgica más de lo mismo. Muchas partes de Inglaterra y Holanda tienen incluso cifras perores que las nuestras. Aquellos países que partían de niveles muy bajos porque han hecho las cosas muy bien o han tenido más suerte en verano. Es el caso de Italia y Alemania, cuyas cifras también se están acelerando. Pero al partir de cifras menores les da un cierto margen de maniobra, a pesar de que en Italia se empiezan a plantear medidas muy drásticas.
Desafortunadamente esto va a afectar a todos más o menos igual, cada uno lo defenderá lo mejor que pueda, unos con más éxito que otros, pero toda Europa y todo el mundo va a sufrir esta segunda ola.
P.: ¿El SARS-COV2 es ahora más virulento que antes?
R.: El virus siempre está cambiando, es esencialmente el mismo, pero cambia muy poquito. No es ni más virulento ni menos virulento. Hay algún virus más circulando en Europa que es un poco más contagioso. Esto significa que estamos asistiendo a los cambios naturales de cualquier virus de estas características. Lo conocemos mejor, bastante bien, tenemos algunos tratamientos que no sirven, y que ya no utilizamos. Mis compañeros de las unidades de cuidados intensivos tienen una gran experiencia desafortunadamente en tratar estos pacientes que no teníamos hace unos meses. La posibilidad de llegar antes al hospital, estar menos grave o sobrevivir a una situación grave en la UCI es mucho mejor ahora que en la primera ola. Estas son de las pocas cosas buenas que tiene la pandemia en estos momentos. Pero faltan vacunas, mejores tratamientos, más pruebas diagnósticas, pero hay que tener esperanza.
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