Trump 'pasa' de la recomendación de su Gobierno (y de su mujer): no se tapará la cara

Los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) revierten su posición anterior y ahora han empezado a recomendar que todo el mundo se cubra la cara. No tanto para no contagiarse como para no contagiar. 

“Sabemos por recientes estudios que un número significativo de infectados por coronavirus que no tienen síntomas o que los desarrollan después pueden transmitir el virus a otras personas antes de que los síntomas se manifiesten. Esto significa que el virus se puede propagar entre personas que se mantienen próximas -por ejemplo, hablando, tosiendo o estornudando- aun cuando esas personas no muestren síntomas”.

A raíz de la nueva información sobre el coronavirus, los CDC “recomiendan taparse la cara con tela en aquellos lugares donde sea difícil mantener la distancia social” de dos metros. No se trata, añaden, de mascarillas quirúrgicas, que escasean y deben reservarse para el personal sanitario. Los CDC recomiendan el uso de una simple tela y explican en un vídeo cómo se pueden fabricar estas protecciones caseras.

Pese a la recomendación de su propia administración, Donald Trump no está dispuesto a cubrirse la cara. “Los CDC recomiendan el uso de una tela no sanitaria como medida voluntaria y adicional”, ha dicho el presidente. “Es voluntario y yo no lo voy a hacer”. Horas después, la mujer del presidente, Melania Trump, recomendaba en Twitter cubrirse la cara con una mascara facial. No es la primera discrepancia de la pareja presidencial a lo largo de su mandato.

En la rueda de prensa de la Casa Blanca, Los periodistas han preguntado al presidente por qué no quería dar ejemplo usando una mascarilla. Trump considera que daría una imagen poco 'presidencial' : “Simplemente no quiero usarla. Dicen que es una recomendación, yo me siento bien”, ha replicado Trump. “No quiero sentarme en el Despacho Oval, detrás del bello y magnífico escritorio Resolute, llevando una máscarilla mientras saludo a presidentes, primeros ministros, dictadores, reyes, reinas… No sé, como que no me veo con una. Puede que cambie de idea, pero esto pasará y pasará rápido”. 

El escritorio Resolute del Despacho Oval de la Casa Blanca fue un regalo de la reina Victoria en 1880 al entonces presidente Hayes. Está hecho con el roble del buque británico Resolute que durante dos años quedó atrapado entre los hielos del Ártico durante una expedición en busca del mítico paso del Noroeste.