"Basta de saltos y carreras": la queja de algunos vecinos por el ruido que hacen los niños confinados por el coronavirus

Algunos padres denuncian públicamente que sus vecinos se quejan de que sus hijos hacen ruidos
Colectivos de padres y administradores de fincas piden empatía y ponerse en el lugar del vecino
Lucía vive en un barrio joven de Madrid capital, en la típica urbanización con parque, piscina y muchas parejas jóvenes con hijos. Su piso no tiene más de 15 años, y sus hijos 2 y 4. Los niños llevan 33 días encerrados. Su marido y ella hacen lo que pueden para teletrabajar mientras entretienen a unos niños demasiado pequeños como para jugar solos mucho rato. Y desde hace dos semanas a ese estrés Lucía le añade una sensación muy desagradable: su vecino no deja de protestar porque, según él, los niños hacen mucho ruido.
Lucía no es el nombre real de esta joven madre, y no quiere que se publique tampoco su barrio, porque no desea tener más problemas de los que ya ha tenido. Pide más comprensión por parte de sus vecinos, y se justifica constantemente: "Reconozco que hacen ruido, hemos sacado todas las alfombras que tenemos, hasta las de goma de bebés, para amortiguar. Se duermen temprano por la noche y se echan siesta... más no puedo hacer".
Decenas de críticas a los niños
No es el único caso. El Club de las Malasmadres, una comunidad virtual de maternidad, ha publicado en sus redes sociales la nota que ilustra este artículo, y ha recibido cientas de respuestas contando situaciones parecidas.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Malasmadres (@malasmadres) el 15 Abr, 2020 a las 2:19 PDT
Caterina, la madre que recibió esa nota, se sintió "triste y decepcionada". El escrito llegó a su buzón sin firma, y ella ha contestado en redes sociales que "creemos que está totalmente fuera de lugar esta queja. Obviamente que caminan y se mueven por casa, pero os aseguramos que no hacen ni un 1% de lo que querrían ya que no les dejamos para no molestar. Nos entristece mucho esta poca empatía".
Bastante hacemos los padres con sobrevivir, como para que encima nos increpen los vecinos", se lamenta Laura Baena, del Club de las Malasmadres
Laura Baena, fundadora del Club de las Malasmadres, opina que "esto es una muestra más de que la sociedad no tiene en cuenta a los niños, y se hacen las normas y se crean expectativas centradas solamente en los adultos. Es un problema social de fondo". Baena ha recibido muchos mensajes parecidos de otras familias a las que sus vecinos también han recriminado el ruido que hacen sus hijos: "Bastante tenemos con sobrevivir, si encima nos increpan los vecinos...", se lamenta.
La ley: primero mediar
Lo cierto es que más allá de las normas de sentido común en cuanto a convivencia, hay una ley de ámbito nacional que regula las actividades que se realizan en comunidades de vecinos. Es la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), que en su artículo 7.2 expone: "A los propietarios u ocupantes del piso no les está permitido desarrollar actividades prohibidas en los estatutos que resulten dañosas para la finca".
Una clasificación muy ambigüa que se suele completar con normas autonómicas y, sobre todo, con ordenanzas municipales que regulan música, obras e incluso nivel de decibelios permitidos en los domicilios particulares.
El Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Madrid explica que ante conflictos vecinales hay varios pasos previstos en esa ley:
- Apercibimiento formal y por escrito del presidente de la comunidad para que medie en el conflicto.
- Si, tras las amonestaciones, el problema persiste, los propietarios reunidos en junta podrán tomar medidas legales entablando una acción de cesación (obligar, a través de los tribunales, al causante de las molestias a acabar con su actitud).
Administradores de fincas: "Empatía"
Patricia Briones, la abogada del Colegio, apela al sentido común y a la empatía, y aclara que estas protestas de vecinos están siendo "casos muy puntuales" y que en la mayor parte de las comunidades la convivencia sigue siendo cordial.
"Un niño corriendo por el pasillo no es un nivel de ruido ilegal. Pero eso no quiere decir que no moleste. Hay que ir más allá de la norma", opina la abogada del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid
"Esta situación excepcional no está regulada con ninguna normativa", explica la experta, que pone un ejemplo: "Un sonómetro no va a registrar un nivel de ruido ilegal por un niño corriendo por el pasillo en el piso de arriba. Pero eso no quiere decir que las carreras continuas no molesten", y por eso insiste en que "hay que ir un poco más allá de la normativa y ponerse en lugar del otro".
Ruidos regulados por franjas horarias
Ya que la ley estatal no especifica qué ruido se puede hacer, aquí va un ejemplo, el del Ayuntamiento de Madrid. La ciudad establece un límite de decibelios permitido por franjas horarias.
- Periodo día, comprendido entre las 7 y hasta las 19 horas: 35 decibelios.
- Periodo tarde, comprendido entre las 19 y las 23 horas: 35 decibelios.
- Periodo nocturno, entre las 23 y las 7 horas: 30 decibelios.
Pero, ¿cuánto son 35 decibelios? No tantos: Si usted entiende sin dificultad la conversación de su vecino, o su televisión, es que está superando el nivel de decibelios permitido. Pero antes de denunciar, o intimidar con notas en el buzón, piénselo dos veces y póngase en el lugar del otro.