La biodiversidad del Estrecho de Gibraltar en peligro por culpa del sargazo

El sargazo es una macroalga que está poniendo en peligro la biodiversidad del Estrecho de Gibraltar
Fue avistada por primera vez en Andalucía en 2015
Es de color dorado oscuro, desprende un desagradable olor porque libera ácido sulfhídrico, ataca al ecosistema y está empezando a perjudicar al turismo. Es el sargazo (Rugulopterix okamurae), una macroalga que ha llegado a las costas de Cádiz procedente del Pacífico Norte.
Se cree que pudo venir en las aguas de lastre de los buques mercantes, es decir, aquellas aguas que los barcos toman en sus depósitos para facilitar su estabilidad, y que luego expulsan de nuevo al mar al llegar a su destino.
Pero en su sola presencia no está el problema, porque el sargazo también proporciona alimento y da sombra y refugio a diversos animales marinos. Las complicaciones aparecen cuando sus dimensiones comienzan a ser desmesuradas. En Andalucía fue avistada por primera vez en 2015 y su llegada fue una “invasión críptica”, nos explica la bióloga Candela Sánchez, responsable de campaña de la Asociación Algas del Estrecho. Se trata de una planta muy parecida a otras especies de la zona y cuando se dieron cuenta de su aparición ya era demasiado tarde.
Las algas autóctonas también han perdido su lugar por culpa del sargazo
Las especies marinas han sido totalmente desplazadas por el sargazo (por ejemplo, el erizo de mar, al que rodea y colapsa). Las algas autóctonas también han perdido su lugar. Un lugar que ha ocupado esta especie invasora (aunque aún no reconocida como tal oficialmente) que cada vez va ganando más terreno. Además, posee tal cantidad de sustancias químicas en su organismo que ninguna especie animal quiere alimentarse de ella.
Su invasión y proliferación en las costas andaluzas ha sido veloz y dañina
“Las invasiones de algas son muy difíciles de tratar”, nos alerta la bióloga. No se sabe bien aún por qué se ha extendido con tanta rapidez y consistencia, pero se sospecha que la química oceánica puede haber cambiado y que eso facilita su crecimiento. El uso de fertilizantes, la poca conciencia medioambiental y la imparable deforestación del planeta han hecho que muchos productos no deseados lleguen al mar y alteren su idiosincrasia.
Economía en riesgo
La biodiversidad del Estrecho de Gibraltar está en juego, pero también su economía. Todavía no se han cuantificado las pérdidas económicas presentes y futuras, pero los pescadores del Estrecho ya piden que se declare la zona como víctima de “catástrofe medioambiental”.
José Luis Quiñones mira impotente cómo las algas se han apropiado de su red cuando llega a puerto. Volvieron de faenar a las ocho de la mañana y, cinco horas después, todavía continúan intentando arrancar el sargazo. “Limpiarlas nos va a llevar por lo menos un par de días”, comenta resignado este patrón de barco de Tarifa, en Cádiz.
Los fondos marinos están llenos de esta macroalga y cuando salen a pescar las capturas no son las esperadas; sus redes se llenan de algas y, si la mala suerte los acompaña, se rompen por el peso.
Hacen daño en el fondo del mar y en la superficie.
- Su presencia ha reducido el turismo notablemente.
- Los chiringuitos están al 50 %, aseguran varios de los dueños.
- Cuando los turistas llegan a la playa y ven que el azul ha quedado oculto por una capa oscura, huyen.
- Las reservas hoteleras, que a estas alturas de verano deberían rozar el 90 %, apenas superan el 40.
- El ayuntamiento de Tarifa ha reservado una partida del presupuesto para empezar a limpiar las algas de las playas en unos días.
Una solución momentánea que no convence a nadie.
Conquista mundial
Su invasión silenciosa no se queda en nuestro continente. El Caribe y el norte de América del Sur llevan años sufriendo su presencia. Allí se ha multiplicado de tal forma que está colapsando el ecosistema porque:
- Consume una enorme cantidad de oxígeno en el agua del mar.
- Está causando daños irreparables en las especies autóctonas.
- Dificulta, por ejemplo, la llegada de las crías de tortugas al mar, que se quedan enredadas en él.
- Ahora además se ha constatado que se está expandiendo hacia África atravesando el Atlántico.
Es una especie necesaria en nuestros océanos, pero que no para de expandirse y que irá a peor si no se remedia. Porque ya lo enunció Aristóteles, la virtud es un término medio entre dos extremos.