Sevilla se vuelca con las hermanas de la Cruz que padecen un brote con 76 casos

Las Hermanas de la Cruz son una institución en la ciudad de Sevilla. En una ciudad dualizada en el fervor divino y social, las monjas de la Orden de Santa Ángela de la Cruz provocan un especial cariño entre todos los sevillanos, tanto de la capital como de su provincia e, incluso, del resto de Andalucía.

El pasado miércoles se decretó un brote en el interior de este convento que sumaba 40 casos confirmados por PCR o test de antígenos. Sin embargo, cuatro días después, el número de casos ha aumentado a 76 positivos, una situación que ha provocado un intenso revuelo en la ciudad.

Redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram se han llenado de mensajes de ánimo hacia las “hermanitas”. Multitud de personas han querido rendir homenaje a unas monjas cuya misión es ayudar a los más necesitados, tanto acompañando, como cuidando o alimentando.

Desde que se conociera el brote, las puertas de su convento han permanecido cerradas, una situación inverosímil para muchos de sus vecinos que veían agolparse frente a su entrada a multitud de personas con carencias económicas acudiendo a por comida. Sin embargo, ahora en la puerta se lee un cartel que indica: “En estos días no se puede atender a nadie, perdonen las molestias”.

Los sevillanos no han querido dejar solas a “sus religiosas” y han aparecido mensajes de apoyo, flores y estampas tanto en la Casa de Santa Ángela como en redes sociales. En este sentido, una frase que pronunciara una de estas monjas ha dado, literalmente, la vuelta al mundo mediante internet: “Esta enfermedad es la Cruz del mundo y nosotras somos las Hermanas de la Cruz”.

Gran devoción ciudadana

Las Hermanas de la Cruz son parte de la idiosincrasia sevillana y patrimonio inmaterial de la capital andaluza. Es por ello que el propio Ayuntamiento de Sevilla quiso otorgarles la Medalla de la Ciudad, un gesto que agradecieron pero reclinaron como ejemplo de la humildad que las caracteriza.

Además, esta casa madre es lugar de peregrinación de numerosos devotos que acuden a diario a venerar el cuerpo incorrupto de Santa Ángela de la Cruz y de la también santa María de la Purísima. Desde su obligado confinamiento las hermanas mantienen el templo cerrado.