Sin noticias de 10 españoles atrapados en el Donbás: “No podemos sacarlos; están tirando a matar"


La ONG española Help to Ukraine ha ayudado ya a sacar a 41 españoles de Ucrania desde que comenzó la guerra
"El Ejército ucraniano se niega a seguir sacando españoles si no les damos equipamiento de protección”, asegura Javier Fernández, fundador de esta organización
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Diez españoles están atrapados en Járkov y Mariupol –las dos ciudades ahora mismo más golpeadas por el Ejército ruso, ambas al este de Ucrania, en la zona del Donbás- y no hay forma de sacarlos de ahí. "Llevamos ocho días intentando hablar con ellos y es imposible. Sus teléfonos no dan ni siquiera señal telefónica. Además, no podemos meter allí a nadie; están tirando a matar y sería muy peligroso. El Ejército ucraniano se niega a seguir extrayendo gente si no les damos equipamiento de protección", confiesa Javier Fernández, el español residente en Praga que ha ayudado junto a Carlos Fernández a sacar a 41 españoles y a unos 400 ucranianos de ese país desde la invasión de Putin hace casi dos meses.
Fernández asegura que ha sido el propio Ministerio de Exteriores español el que les ha pedido ayuda para sacar a estos españoles a través de su ONG Help to Ukraine, en la que actualmente colaboran unas 80 personas en zonas calientes de Ucrania, y en el que todos los gastos corren a cargo de ellos y de las donaciones que reciben. "El ministerio contactó con estos españoles al principio de la guerra, pero nosotros solo tenemos sus teléfonos, porque todavía no nos han mandado su geolocalización, pero nadie nos coge”, explica Fernández. "Tampoco desde la unidad de crisis de Exteriores, por lo que me han dicho, han podido contactar con ellos desde hace unos 13 días".
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Ayuda del Ejército ucraniano
La forma de actuar de esta ONG es siempre parecida. "Cuando tenemos la geolocalización y un transporte, contactamos con el Ejército ucraniano o la brigada territorial para que les ayude a sacarlos de donde estén, igual que hicieron recientemente con el turista catalán David López, encerrado durante 38 días en un sótano, sin luz y sin agua, en Gostomel, (a ocho kilómetros de Bucha, donde se han encontrado casi 400 cadáveres)", cuenta Fernández. "Pero ahora el Ejército ucraniano ya nos ha dicho que hasta que no tengamos cascos y chalecos y se calme un poco la cosa en la zona del Dombás, no van a hacer más extracciones. En una zona de guerra, cuando sales a la calle hay un francotirador ruso que te pega un tiro".
Sacar a estos españoles de la zona del Donbás es prioridad máxima. "A mí se me cae el alma", reconoce Fernández. "Antes de sacar a David López de Gostomel, estuve 10 días sin poder contactar con él, porque los rusos tiran las torres de comunicaciones y ponen inhibidores para que nadie se pueda comunicar, y había días que no dormía porque pensaba que se había muerto. Me lo tomé como algo personal", asegura. "Cuando finalmente pude hablar con él y me respondió: 'Qué pasa, Javi, cuándo me vas a poder sacar', yo le respondí: 'Joe, macho, estás vivo. Espera que monte el operativo, porque sacar a alguien de una zona tomada por los rusos no es fácil", recuerda.
Red de colaboradores
Cada extracción de un español de Ucrania supone una suma importante de dinero y el trabajo de una compleja red de colaboradores en el país que les ayuda a llevarlos hasta, por ejemplo, una estación de tren. "Sacar a una familia de Jerson (en el sur de Ucrania, a las orillas del mar Negro y junto al río Dniéper) supone coger un taxi en zona de guerra hasta Odesa. Luego un tren-cama que recorra 1.300 kilómetros hasta Lviv, a unos 80 kilómetros de Polonia. Y luego un autobús hasta la ciudad polaca de Cracovia", explica Fernández.
Fernández, 43 años, madrileño y subdirector de tecnología para servicios financieros para Europa de Accenture, vive con su mujer en Praga por trabajo desde hace ocho meses. Allí le nació la idea de ayudar a los españoles atrapados en Ucrania. "El día 28 de febrero escuché en un programa de fútbol de la Cope a un asturiano, Beni Prieto, que vivía en Ucrania contando que quería salir del país. Entonces, llamé al programa para decir que Beni podía acercarse a la frontera y yo le acogía en mi casa. Cuando contacté con Beni, me metió en un grupo de españoles en Ucrania de Telegram. Allí me di cuenta de que había un montón de gente que se había quedado tirada, porque no había podido coger el convoy de la Embajada española desde Kiev para salir del país, y que no tenían ni vehículos, ni medios, ni dinero en una zona de guerra".
Fue entonces cuando Fernández contactó con Carlos Fernández, que vive en Gijón, con vínculos muy fuertes con Ucrania por trabajo. "Ese fue el germen de la ONG Help to Ukraine para sacar a esta gente de ahí. Hemos tirado de toda la agenda posible: colaboradores que trabajaron en el pasado con Carlos, o son conocidos o antiguos clientes. Son ellos los que nos ayudan a dar información real en tiempo real, que en zona de guerra es lo más importante: si hay un tren o no hay un tren; si hay un bombardeo o no lo hay. Además, conseguimos teléfonos de comandantes y tenientes coroneles en el Ejército ucraniano que hablan en inglés a los que hemos convencido de que hay que sacar a estos españoles del país porque están en una situación de desamparo", cuenta.
La primera llamada de Fernández a los españoles atrapados en Ucrania para ofrecerles ayuda siempre es emocionante. "Cuando llamé, por ejemplo, a Eugenio Pérez, al último que hemos rescatado, que estaba en Jerson y llevaba 30 días oyendo bombas, no se lo creía. Te dicen que les ha tocado la lotería, que eres un ángel; y yo les digo: "No, yo no soy un ángel, sino una persona que tengo la posibilidad de sacarte y te voy a sacar".