Inhalar el gas del mechero: la muerte de la joven Natalia revela una práctica cada vez más extendida

La joven toledana falleció este viernes tras inhalar isobutano, aunque se investiga si la causa final de la muerte fue un golpe tras marearse
Cada vez son más comunes los casos de accidentes y muertes relacionados con la inhalación de gas de objetos de uso común
Alertan del aumento de casos de daños neurológicos por consumir el 'gas de la risa'
Natalia, 16 años, perdió la vida el viernes en Corral de Almaguer (Toledo) tras inhalar el gas del recargador un mechero. Ocurrió en el Parque Municipal de la localidad, donde se suelen reunir los jóvenes los fines de semana. Allí sus amigos y compañeros la recuerdan ahora ante un altar de velas y fotos: "Siempre estarás en nuestros corazones”, reza uno de los mensajes. “Nati, que el recuerdo de tu risa llene el vacío que nos dejas”, añade otro, firmado por sus profesores.
Natalia, estudiante de cuarto de la ESO, se encontraba con sus amigas a última hora de la tarde. Estaban rellenando el recargador de varios mecheros. “Luego la vi que estaba inhalando uno de ellos por la boca -cuenta una testigo-. Entonces se levantó, se puso a andar. Le faltaba el aire. Luego se cayó y se golpeó contra el suelo”,
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Cuando llegaron los servicios de emergencia solo pudieron certificar su muerte. Estaba en parada cardiorrespiratoria. La Guardia Civil investiga las causas del deceso: si fue por el golpe o como consecuencia de la inhalación del gas.
Ese gas que inhaló Natalia se conoce como gas azul o isobutano. Es el que se utiliza para recargar los mecheros. Los botes de recarga suelen costar sobre cinco euros. Al inhalarlo, genera pequeñas alucinaciones pero si se consume en grandes cantidades puede provocar una hipoxia, una rápida bajada de oxígeno en el cerebro. “Primero te da un colocón, luego te falta aire y luego te mareas”, cuenta uno de los jóvenes. "Es una práctica habitual entre los chavales de la localidad porque es barata”, explica otro. El objetivo es buscar emociones rápidas, pasajeras y económicas.
Es algo que se ha extiendido entre los jóvenes en los últimos años: la inhalación de gases procedentes de objetos habituales para colocarse rápidamente. Hace un par de semanas la policía local de Villarreal (Castellón) alertó en redes sociales sobre el uso de cloretilo, usado habitualmente como aerosol para mitigar los dolores musculares. Al parecer se estaba utilizando como droga durante las fiestas del municipio.
Caso aparte merece el óxido nitroso, conocido popularmente como gas de la risa. Es un gas que se utiliza para la sedación y el control del dolor, y sus efectos son la aparición de euforia, entumecimiento del cuerpo, sensación de sedación, mareos, risa incontrolada, descoordinación motora, visión borrosa, confusión y cansancio.
Estos síntomas van directamente asociados a la inhalación del gas, por lo que desaparecen de manera inmediata en unos 3-5 minutos después de suspenderlo. Estados Unidos e Reino Unido son los países donde más han aumentado los casos. De hecho, el primero ha prohibido la venta de botes de nata montada a menores de 21 años.