La Policía investiga el salto de las bandas juveniles de los machetes a las armas de fuego

Dos jóvenes han sido asesinados en Madrid este fin de semana con armas de fuego. Uno, el sábado, en la localidad de Alcorcón y otro la madrugada del lunes en Fuenlabrada. La Policía Nacional investiga ahora lo ocurrido y busca a los responsables. Creen que pertenecen a alguna banda juvenil violenta y que pudieron emplear pistolas reales aunque desvincula el primero de los sucesos con su pertenencia a grupos organizados y lo circunscribe a una pelea por asuntos personales a la salida de un local de ocio nocturno.

Este incremento del uso de armas detonadoras preocupa especialmente a los agentes especializados en la investigación de este tipo de crímenes. La Delegación del Gobierno puso en marcha un plan específico para acabar con estos pandilleros, que ahora se están rearmando. La Policía Municipal ha detectado la compra masiva de armas blancas en tiendas militares y a través de internet durante los últimos meses. El número de incautaciones también ha aumentado en calles, parques y zonas de ocio. La Policía Nacional ha puesto en marcha además un dispositivo para controlar la comercialización de estos productos en las zonas calientes donde se asientan o actúan estos grupos.

En las últimas operaciones llevadas a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para desmantelar estas organizaciones criminales, se han intervenido escopetas de caza, fusiles de guerra, armas cortas reales y otras simuladas, con sus correspondientes municiones. Las adquieren en armerías a nombres de terceros, en el mercado negro o a través de la Darknet. En ocasiones pagan pequeñas cantidades a drogodependientes para que compren a su nombre en armerías réplicas de airsoft, difíciles de distinguir con un arma real. Se ha detectado que el dinero que generan mediante estafas como el phising termina destinado a la adquisición de armas.

Bori tenía 19 años y era venezolano. Recibió dos tiros en la cabeza cuando caminaba por la avenida Torres Bellas de Alcorcón, a las seis de la mañana del domingo. Había salido de la discoteca Diverso, donde antes del cierre se había producido un enfrentamiento, al parecer porque un joven había tocado el culo a una chica. Los agresores le dispararon desde un coche y después se dieron a la fuga. Otro chico de 26 años también recibió un disparo. La Policía Nacional ha detenido a tres personas por su presunta implicación en estos hechos y considera que el tiroteo se produjo como represalia a la pelea anterior.

24 horas después, Sailen Huraldo Mesa moría tras recibir un tiro en la sien a las puertas de la discoteca Caña Brava, en el número 95 de la calle de Luis Sauquillo, en Fuenlabrada. A otro hombre de 31 años una bala le dio en un hombro. Según su versión, caminaba por allí cuando se produjo el tiroteo. También resultaron heridos dos marroquíes, ambos residentes en Getafe, uno de ellos en un centro de menores. Dos disparos alcanzaron en la pared de un supermercado. Según algunos vecinos pudieron escuchar hasta ocho detonaciones.

Un testigo ha relatado que vio a un dos encapuchados bajarse de una furgoneta blanca, que circulaba por la calle Extremadura. Apenas fueron unos segundos. Iban vestidos de negro, uno llevaba una pistola y otro un bolomachete. Agentes de la brigada científica estuvieron realizando una inspección ocular en la zona para recabar vestigios. Buscaron casquillos y huellas en un coche de la marca BMW de color azul que estaba aparcado a pocos metros, y en el que al parecer los asaltantes se apoyaron antes de darse a la fuga.

En el local se había celebrado un concierto del cantante dominicano Rochy RD, vinculado a los Trinitarios. Todo hace pensar que los atacantes eran de un grupo rival, posiblemente miembros de los Dominican Don't Play (DDP) que sabían que sus enemigos se iban a reunir allí. El fallecido tenía, además de los disparos, varias heridas de arma blanca en un costado, lo que hace pensar a los investigadores que Sailen era el objetivo de un ataque premeditado, aunque el hermano del difunto asegura que no pertenecía a ninguna banda. El joven llevaba solo tres meses viviendo en España, era hijo del ex alcalde del municipio de Tamayo y exdiputado por la provincia de Bahoruco, en la República Dominicana y jugador de béisbol profesional y ahora trabajaba como DJ en un local.

Los pandilleros utilizan principalmente armas blancas en sus ataques o caídas: bolomachetes, navajas de mariposa, catanas, puñales o cuchillos. Suelen portarlas los menores de edad, que las esconden entre sus ropas, en los arbustos, papeleras o debajo de los coches. De esta manera las tienen a mano por si se encuentran con sus rivales. Suelen provocar cortes en la cabeza y amputaciones de manos, brazos y piernas, a veces con consecuencias letales y como prevención para no ser identificados, suelen envolver los mangos con algún tipo de cinta para poder eliminar sus huellas en caso de tener que abandonar el arma.

Los líderes se encargan de adquirirlas y de custodiarlas para "proteger a su familia", como entre ellos mantienen. Un arsenal que a menudo exhiben en las calles y en las redes sociales. Así pretenden demostrar su poder e intimidar a sus adversarios. En España suelen adquirir este tipo de cuchillos militares, cazadores o coleccionistas. La tenencia y utilización de estas grandes armas blancas está contemplada en el reglamento de armas, donde se consideran de 5ª categoría. Solo las personas mayores de edad pueden adquirirlas.

Pero además, cada coro o bloque intenta hacer acopio de armas de fuego. Algunas son simuladas y tienen una apariencia muy parecida a las reales. Están catalogadas dentro de la modalidad lúdico deportiva, igual que las de perdigones o balines. En el reglamento se especifica que no se consideran juguetes, ya que pueden confundirse con las de verdad y por eso, tienen una regulación específica. Algunas legislaciones internacionales, como la de EE.UU., obligan además a que este tipo de réplicas, que suelen estar fabricadas en países asiáticos, tengan elementos distintivos que faciliten su identificación como armas simuladas por los agentes, como por ejemplo una terminación en la bocacha de los cañones de color naranja.

En el caso de las armas de airsoft, la tarjeta de propiedad puede sacarse a partir de los 14 años aunque está prohibido venderlas a los menores de edad en las tiendas especializadas. El propietario debe presentar su documento nacional de identidad y los trámites deben hacerse en la Policía Local, donde corroboran el número de serie de cada una y el arma queda ingresada en una base de datos.

Estas se accionan por muelle, resorte, aire o gas comprimido y llevan como munición unas pequeñas bolas de PVC, por lo que su papel para estos grupos es más bien intimidatorio al ser complicado distinguirlas a simple vista con un arma de fuego real. Las bandas suelen adquirirlas a nombre de terceros, a los que pagan, en muchas ocasiones toxicómanos. Además, hay una amplísima oferta en las páginas de segunda mano donde se adquieren ilegalmente. Jaime Guerrero Messouri, alias Pepe, llevaba una escondida en su chaqueta cuando fue asesinado a las puertas de una discoteca en Atocha el pasado 5 de febrero. Tenía 15 años y estaba vinculado a los Trinitarios.

En otras ocasiones, compran armas de fogueo que manipulan ellos mismos o torneros profesionales para poder utilizar balas reales. Como la que encontraron el pasado 5 de junio, dentro de la mochila de un joven que fue detenido por disparar a un camarero en la sidrería El Tigre, en el barrio de Chueca. Iba acompañado por otro chico, ambos miembros de los Dominican Don't Play, cuando irrumpieron en el local. Les habían ordenado que acabaran con su víctima, un ex miembro de los Trinitarios.

Las escopetas también pueden adquirirse fácilmente en páginas de segunda mano, incluso con licencia. Después las manipulan, recortando los cañones con el fin de infringir el mayor daño posible a sus víctimas. A principios de septiembre la Policía Nacional detuvo a 66 personas, entre ellos nueve hackers y 19 miembros de los DDP por realizar estafas bancarias por todo el territorio nacional. Empleaban técnicas de ingeniería social como el phishing para obtener grandes sumas de dinero, que luego empleaban para financiar la compra de armas y estupefacientes. En los registros se intervinieron varias armas de fuego.

Los investigadores de la Guardia Civil han podido constatar que uno de los ejes de los DDP era el coro de Seseña (Toledo), uno de los más violentos y con presencia continua en la capital. Sus miembros han protagonizado ataques conjuntos con los del coro de Villaverde, otro de los más activos. Están relacionados con la muerte a puñaladas del rapero Isaac López y con el crimen de Diego Fernández en Usera.

Durante un año los agentes estuvieron siguiéndoles la pista y pudieron constatar que el líder mantenía relaciones con armeros para comprar pistolas. "Tengo algo que atraviesa chalecos antibalas", ”Makarov 9mm 9 balas, 1.500 euros”, son algunos de los mensajes que encontraron en su teléfono móvil. Su objetivo era especializarse en el tráfico de armas para atacar a sus rivales y abastecer a otros grupos delictivos generando grandes ingresos con los que financiarse.