El presunto asesino de Dana Leonte se echó al monte y se fugó de la Guardia Civil

Aparcó el coche en una zona donde podía vigilar las investigaciones, se llevó comida y seis botellas de agua
Los informes de la Guardia Civil dicen Sergio Ruiz escapó de ellos por el monte
Después le dijo a su familia que en realidad se quería suicidar
La escena se vivió el 27 de junio del pasado año, un día después de que los agentes de la Guardia Civil registraran la casa de Sergio Ruíz en busca de algún dato sobre la desaparición de su pareja, Dana Leonte. La chica llevaba ya 12 días sin dar señales de vida, y aunque su pareja mantenía que se había marchado de forma voluntaria para escapar de una deuda, los agentes tenían la sospecha, confirmada después al encontrar un fémur, de que la Dana había muerto cerca de su casa.
Pasaron casi dos semanas desde que se denunció la desaparición hasta que los agentes decidieron registrar la vivienda que Sergio Ruíz compartía con ella y con la hija de ambos. En ese momento, los agentes había balizado el coche del novio, que parecía el principal sospechoso y que esta misma semana ha sido puesto en libertad bajo fianza tras pasar en prisión preventiva desde el pasado mes de septiembre. Los autos judiciales mantienen que por el momento hay pruebas en su contra, pero que todas son circunstanciales.
La investigación del caso no concreta todavía la forma o el lugar en el que falleció la joven Dana. Pero sí refleja los comportamientos cada vez más extraños de su pareja. Tango como para echarse al monte y escapar corriendo de la Guardia Civil. Algo que sucedió ese 27 de junio según el sumario del caso

Un espejo y unas pinzas de depilar
La Guardia Civil detectó un movimiento extraño en el coche de Sergio Ruiz esa misma mañana. El vehículo estaba balizado ya que los agentes esperaban algún movimiento extraño del novio de Dana tras aumentar la presión sobre él con el registro de su vivienda. Y lo hizo. A las diez de la mañana y según una llamada telefónica de la noche anterior, Sergio tenía intención de poner rumbo a su trabajo. Pero no era verdad. En lugar de eso se dirigió a un comercio de Torre del Mar y compró dos utensilios. Un espejo y unas pequeñas pinzas de depilar. Elementos importantes, más cuando el joven le dijo después a su familia que esa mañana tenía pensado suicidarse. ¿Quien compra unas pinzas de depilar momentos antes de quitarse la vida?
Después de pasar por la tienda y según los informes de la Guardia Civil, el principal sospechoso puso rumbo a la zona del Castillo de Bentomiz, donde aparcó el coche sobre las 12 de la mañana, hora en la que debía estar trabajando. "Hay que indicar que si ya de por si la zona de Arenas, al tratarse de un pueblo pequeño con poco tráfico de vehículos y todos conocidos, es una zona que dificulta en gran medida el control de cualquier objetivo por el procedimiento de seguimientos convencionales, la zona en la que estacionó Sergio lo es mucho más; ya que a la misma debía accederse utilizando pistas sin asfaltar, siendo el lugar en el que estacionó aislado sin ninguna referencia próxima", explican los agentes en sus informes.
Desde donde aparcó el coche, el investigado tenía "visión completa tanto de los alrededores como de su propio domicilio, por lo que podía controlar con ciertas garantías los movimientos que los agentes [...] los cuales en esos momentos se encontraban batiendo las zonas próximas al domicilio tratando de localizar a Dana". Los informes de la UCO destacan además que desde ese paraje se divisa y se controla la zona en la que apareció el hueso de la pierna que pertenece a la joven desaparecida.
Los agentes estaban convencidos de que Sergio se había marchado allí para vigilarles. Era la única explicación lógica ya que la zona no tiene siquiera una edificación techada donde encontrar sombra en mitad del verano malagueño. La Guardia Civil localizó el coche pero no al sospechoso. Así que pensó que se había escondido al detectar la presencial de los agentes. En ese momento, Sergio comenzó a hablar por teléfono con su hermana, a la que le dijo que estaba pensando en suicidarse. Los funcionarios aumentaron entonces el dispositivo para localizarle y evitar que se quitara la vida. Lo encontraron, pero el joven escapó. "Dicho operativo dio sus frutos cuando pudo ser detectado a gran distancia, aunque no pudo darle alcance porque Sergio se dio a la fuga corriendo por las laderas, lo que ponía de manifiesto que era un gran conocedor de la zona y que sabía transitarla y esconderse".
Batidas junto a su casa
El principal sospechoso volvió a dar señales de vida a las 14:47 del día siguiente, cuando cogió una llamada telefónica. Le dijo a su hermana que se había quedado dormida en un cortijo. "A pesar de que Sergio le manifestó a su hermana que pretendía suicidarse cuando se encontraba por las inmediaciones del Castillo de Bentomiz, los agentes desplegados en dicha zona pudieron observar cómo éste se había llevado al monte 6 botellas de agua de un litro y medio y una bolsa con comida, lo que no parece casar con la idea del suicidio", concluyen los informes de la Guardia Civil.
Los agentes relacionan directamente esta conducta con las pesquisas realizadas la mañana anterior, en la que los expertos en Criminalística se llevaron varias muestras de la vivienda para analizarlas y las batidas que en ese momento se estaban realizando en la zona cercana a su domicilio.