'Chemsex' y "fiesta blanca": las prácticas sexuales detrás del crimen de Marta Calvo

El presunto asesino de Marta está siendo investigado por su posible implicación en el fallecimiento de otras cuatro mujeres
Drogas y sexo. O mejor dicho, drogas utilizadas para prolongar de forma artificial las relaciones sexuales e intensificar el placer. Eso es lo que los expertos denominan chemsex y entre estas prácticas, reina la llamada fiesta blanca, el uso de cocaína como dinamizador de la relación sexual, que según las primeras investigaciones, pudo estar detrás del crimen de la joven valenciana Marta Calvo. Su presunto asesino, Jorge Palma, un traficante de nivel medio que era cliente de servicios servicios sexuales, está siendo investigado además por su posible relación con otros cuatro fallecimientos. Todos ellos se produjeron del mismo modo: por una sobredosis al introducir importantes dosis de droga en los genitales de las víctimas.
De una forma básica, el chemsex consiste en la utilización de cócteles de drogas capaces de favorecer sesiones de sexo maratonianas, Entre estas sustancias, la cocaína es una de las más utilizadas, y se utiliza tanto por su poder estimulante como por una particularidad, sus consecuencias sedantes en contacto con determinadas partes del cuerpo. Utilizadas en los genitales, son capaces de retardar el orgasmo, por lo que según los expertos, suelen ser combinadas con sustancias como la Viagra, un medicamento para la disfunción eréctil de fácil adquisición en el mercado negro.
Además, los usuarios de este tipo de prácticas emplean GBH (un químico que se consume líquido y es capaz de causar euforia en dosis bajas), mefedrona (empleado más por mujeres al afectar a la capacidad de erección masculina) ketamina, que se suele conseguir tras procesar con calor sedantes veterinarios, el MDMA o el Popper, que tiene un efecto vasodilatador. Según el informe elaborado por Sanidad sobre el Chemsex, el 15% de los entrevistados que reconocían realzar esta práctica afirmaban además que ya solo mantenían relaciones sexuales consumiendo sustancias estupefacientes. Es por ello que muchos especialistas consideran el chemsex como un problema de conducta sexual, además de de salud pública.
Un lucrativo negocio
El chemsex se ha convertido en un negocio alternativo y muy rentable también para las redes de prostitución. Son comunes los anuncios donde las personas que ofrecen servicios de prostitución reflejan también la posibilidad de hacer "fiesta blanca". Es decir, que la persona que se prostituye puede suministrar también la cocaína, lo que incrementa notablemente el precio del servicio y se ha convertido en un lucrativo negocio que mezcla, todavía más, la prostitución con el tráfico de drogas.
En el caso de Marta Calvo, el principal acusado y descuartizador confeso de la joven era usuario común de servicios de prostitución femenina. Los testimonios de varias de las mujeres que tuvieron contacto con él reflejan su propensión a que sus parejas consumieran grandes cantidades de cocaína y se la introdujeran en sus genitales, una de las zonas con más terminaciones nerviosas del cuerpo.
El pasado mes de abril, una mujer brasileña falleció por una sobredosis tras mantener relaciones con Palma. El hombre no fue acusado al considerar los investigadores que el fallecimiento fue un accidente producido por la ingesta de drogas. El consumo de estupefacientes en la intimidad no está considerado como un delito en el ordenamiento jurídico español y por eso Palma, de nacionalidad colombiana, con 38 años e investigado por tráfico de cocaína en Italia, no fue imputado por delito alguno.
Ahora, según ha confirmado hoy el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, la Policía investiga la posible relación de Palma con otros cinco crímenes cometidos de la misma forma. Cinco muertes de mujeres por prácticas sexuales con cocaína tanto en España (Comunidad de Madrid y Cataluña) como en Italia.