El contador de pasos de su iPhone revela que el investigado por el crimen de Traspinedo habría mentido a la Guardia Civil

El teléfono tenía activado el modo deportivo, capaz de contar los pasos y que refleja actividad de madrugada, cuando el investigado aseguró estar en casa durmiendo
El bluetooth de su coche demuestra también que el vehículo se activó en dos ocasiones esa noche, cuando se supone que Óscar había dejado ya a Esther López
Los agentes lograron ubicar el móvil de la joven junto a la casa del investigado gracias a la información de tres routers particulares, propiedad de varios vecinos
Un teléfono capaz de medir los pasos de quien lo lleva, un coche capaz de registrar las veces que su dueño se sube al volante y una cuenta de correo capaz de guardar toda la información del móvil de Esther López en una carpeta en la nube, cuya contraseña solo conocía un buen amigo de la joven atropellada en Traspinedo y abandonada después en una cuneta. Esos son los ingredientes más importantes que la Guardia Civil maneja para pensar que Oscar S. M, el principal investigado en la causa y la última persona que vio a la chica con vida mintió en sus últimas declaraciones, pasó la noche con Esther y terminó participando, presuntamente y de alguna manera todavía no clarificada, en su fallecimiento. Ayer, tras declarar de nuevo ante el juez, el empresario vallisoletano quedó en libertad.
Según su versión, Óscar dejó a Esther en un cruce de caminos la madrugada del 12 al 13 de enero. Ante la Guardia Civil, aseguró que él quería irse a dormir mientras ella quería llegar a casa de otro vecino para seguir con la noche. Ambos discutieron y ella se bajó del coche. No se supo más de ella hasta que su cuerpo apareció el cinco de febrero abandonado en una cuneta, cerca del pueblo. La autopsia confirmó que la joven habría sido atropellada pero murió después, a causa del abandono y el frío.
MÁS
La autopsia determina que Esther López no sufrió agresión sexual y pudo haber sobrevivido al atropello
La investigación sobre Esther López mantiene la tesis del atropello, aunque considera que murió por hipotermia
El sospechoso de la muerte de Esther López mantiene su versión y la jueza le deja en libertad
Los expertos de Tráfico de la Guardia Civil informaron a sus compañeros de que algo no cuadraba. El bolso de la víctima tenía el asa izquierda rota, pero estaba justo al lado del cuerpo, cuando lo normal por sus años de experiencia en accidentes de este tipo, es que el objeto hubiera quedado esparcido y a varios metros de distancia tras el impacto. Con el teléfono móvil pasó algo parecido. Estaba a un metro y medio escaso del cuerpo, detrás de ella, y los agentes no encontraron una sola huella sobre él. Algo más extraño si cabe cuando hablamos de un dispositivo táctil.
Solo dos antenas en la zona
Los agentes trataron entonces de ubicar a Esther gracias a su teléfono móvil la noche de su desaparición. Según los informes de la Guardia Civil, el teléfono repetía solo en dos antenas de la zona, ubicadas en las localidades de Santibánez de Valcorba y Tudela del Duero. Eso aportaba una ubicación poco concisa. Pero hubo un golpe de suerte.

Al consultar el terminal, los agentes de la Guardia Civil descubrieron que el teléfono de Esther estaba registrado con un correo electrónico que no era de ella. Según supieron después, el móvil había sido regalado por un amigo, que no había quitado de él ni sus datos personales ni el correo de Google que seguía registrado en el teléfono. Al obtener la contraseña, que tampoco había cambiado, los agentes pudieron hacer un volcado de todos los datos que esta cuenta de Google guardaba, y entre ellos, estaban los registros de conexión del wifi del teléfono de Esther.
Esa fue la clave con la que los agentes lograron ubicar el teléfono de la joven a solo 48 metros de la casa donde se supone que Óscar había dormido esa noche, después de dejarla en un cruce. El informe presentado en el juzgado no es todavía definitivo, pero ante la importancia de los datos, la Policía Judicial presentó un avance al magistrado. Según sus datos, el teléfono de Esther se intentó conectar esa noche a tres routers distintos, identificables por una especie de matrícula cibernética llamada dirección MAC (Media Access Control). Dos de los dispositivos eran de la marca Huawei y el tercero estaba fabricado por la firma Tp-Link. Y los tres eran propiedad de vecinos de la zona donde estaba la casa en la que Óscar durmió esa noche.
Los intentos del teléfono de Esther por obtener conexión reflejaron que el móvil de la chica estuvo en esa zona a las 3:26 de esa misma noche, casi una hora después de que supuestamente, se bajara del coche de su amigo. Por eso los agentes consideran que esa versión es falsa.

Dos llamadas a una persona desconocida todavía
Además, hay una nueva fuente de datos, que esta vez provienen del teléfono del investigado. Y en concreto del “modo deportivo” de su Iphone, que cuando se activa es capaz de contar los pasos de la persona que lo lleva encima. Según el registro de actividad de la aplicación Salud del terminal, el investigado no se fue a dormir esa noche, sino que mantuvo actividad, sobre todo entre las 3:14 y las 3:35 de esa misma noche. El programa en cuestión refleja movimiento en el terminal al menos hasta las 5:24 de esa madrugada, lo que se contradice de forma directa con la versión aportada por el amigo de Esther en su declaración.
Como cuarto elemento probatorio, la Guardia Civil analizó la centralita del coche de Óscar, tras conocer que el vehículo estaba dotado con un sistema de comunicaciones que tenía su propia tarjeta SIM, de la misma forma que un teléfono. Pero los datos importantes los aportó el sistema de Bluetooth, el protocolo de conexión entre un determinado teléfono móvil y el propio coche, que solo se activa cuando el vehículo está encendido.
Y según los registros, también sucedió esa madrugada, primero entre las 3:14 y las 3:22 de la noche y después entre las 3:29 y las 3:40. Aquí llega otro momento clave, ya que los agentes saben que durante ese tiempo, Óscar realizó dos llamadas a un terminal que todavía no ha sido identificado. Una fue a las 3:33:25 y la segunda a las 3:34:09. Después de eso, realizó una llamada por WhatsApp a un terminal antiguo de la propia Esther, en una conducta que desconcierta más si cabe a los investigadores.
Modo avión activado
Durante ese tiempo, según los informes del caso, los teléfonos de Esther y Óscar presentan datos que parecen parejos. Tanto es así que a las 6:53 el terminal del investigado fue activado en “modo avión”, es decir, sin capacidad de tener conexión de datos o llamadas, lo que evita también que pueda ser localizado por su tráfico de antenas. Algo similar sucede entonces con el terminal de Esther, que tampoco recibió tráfico en ese momento. A las 8:55, los agentes registran un nuevo movimiento del coche, que se realiza en dos tandas hasta las 9:12. En ese momento, el terminal del investigado dejó de estar en modo avión. El móvil de Esther se apagó de forma definitiva sobre la una de la mañana de ese mismo día.
Lo mismo sucede al día siguiente entre las 15:23 y las 15:37, cuando con el modo avión del teléfono activado según los informes, Óscar coghe su coche. Cuando activó de nuevo la línea, fue a lavar su coche. Al menos eso creen los agentes. El terminal le posiciona en la gasolinera y la cámara de seguridad de una instalación de Iberdrola aledaña grabó a esa hora un coche similar al suyo. Esa misma noche se produce otra dicotomía. El coche refleja un viaje de una hora y 10 minutos pero el terminal del investigado no se movió de su casa en Valladolid. La tesis de los investigadores es que pudo volver a la casa del pueblo sin el Iphone para no ser detectado.
Con estos datos sobre la mesa, los agentes creen que el investigado pudo estar con Esther al menos hasta las 5:25 de la madrugada, lejos de las horas declaradas en un principio por el investigado, y que pudo volver a la casa del pueblo al día siguiente sin ser detectado, además de lavar su coche. Además, los agentes no descartan la participación de terceras personas todavía sin identificar.