Desmantelada una red criminal dedicada a la trata de seres humanos y explotación sexual de mujeres chinas


Cinco mujeres han sido liberadas: la denuncia de una víctima dio comienzo a la investigación
Las mujeres eran obligadas a ejercer la prostitución en condiciones de semiesclavitud
La red de Bilbao utilizaba empresas pantalla para obtener permisos de residencia temporal para los clientes
Un compatriota se encargaba de captar a las mujeres en aldeas de China para explotarlas sexualmente en pisos de citas de Zaragoza. Les prometían una vida mejor en Europa y eran trasladadas a España, donde ejercían en condiciones de semiesclavitud. Tenían conexión directa con otros miembros de la red en Vizcaya, que se encargaban de regularizar la situación de estas personas. La organización estaba muy jerarquizada y estructurada.
El comisario Carlos Río-Miranda Iglesias -jefe de la Brigada Central de Trata de Seres Humanos de la UCRIF Central de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras- ha resaltado la dificultad de investigar este tipo de delitos: "Las víctimas no hablan el idioma, ni conocen las costumbres, por lo que desconfían incluso de la propia Policía".
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La líder llevaba 14 años residiendo en España. Había sido detenida en Barcelona anteriormente por hechos similares. Residía en Zaragoza, donde también ofrecía sus servicios sexuales. Dirigía uno de los pisos y controlaba a las chicas que ejercían en otros. La investigación comenzó en mayo a raíz de la declaración de una víctima, a la que un cliente acompañó a dependencias policiales.
63 personas han sido detenidas y la Policía Nacional da por desarticulada esta organización criminal. Les acusan de explotación sexual de mujeres, favorecimiento de la inmigración irregular y tráfico de sustancias estupefacientes. El entramado criminal estaba estructurado en dos ramas diferenciadas y coordinadas.
Dos ramas delictivas
La declaración de una de las víctimas permitió corroborar la existencia de un entramado criminal de origen chino, con dos ramas diferenciadas y perfectamente coordinadas a través de sus respectivos cabecillas.
La rama de la organización ubicada en Zaragoza captaba a mujeres de su misma nacionalidad y se encargaba de traerlas a España, donde eran obligadas a trabajar en condiciones de semiesclavitud, en habitaciones insalubres, sin medidas de protección y con disponibilidad total los siete días de la semana. Además, eran obligadas a vender a sus clientes todo tipo de sustancias estupefacientes antes o después de los servicios sexuales. Para conseguir su liberación, debían pagar deudas inasumibles.
La segunda rama desarticulada estaba asentada en la provincia de Vizcaya y se dedicaba a tramitar los permisos de residencia en nuestro país de aquellos compatriotas que contrataban sus servicios. Les cobraban entre 8.000 y 10.000 euros para obtener los papeles. El día que la Policía explotó la operación descubrieron a una mujer que había llegado desde Barcelona con 8.500 euros en efectivo encima, han señalado los investigadores.
Utilizaban empresas pantalla y pisos controlados por la organización, el entramado generaba contratos de trabajo falsos y empadronamientos ficticios con los que solicitaban las autorizaciones de residencia temporal y trabajo por circunstancias excepcionales para sus clientes. Gracias a esta actividad ilegal, se calcula que la organización habría obtenido un beneficio aproximado de 5.000.000 de euros.
63 detenidos y 5 mujeres liberadas
La operación policial ha finalizado con la liberación de cinco mujeres y la detención de 60 ciudadanos de nacionalidad china, dos españoles y un pakistaní. En los 15 registros domiciliarios realizados – ocho en Zaragoza, seis en Bilbao y uno en Madrid- se han incautado más de 115.000 euros en metálico, sustancias estupefacientes, diversos dispositivos electrónicos, y gran cantidad de documentación relevante para la investigación.