Descartes, pistas falsas y contradicciones hasta cazar al Chicle


Tras 36 horas detenido y cuando su mujer tiró por tierra su coartada, el Chicle confesó la autoría de los hechos el 30 de diciembre de 2017
El posicionamiento de los teléfonos fue clave para llegar a él, y tres meses después de desaparecer Diana Quer ya era el principal sospechoso
No era una investigación inicialmente sencilla. No había un cuerpo. No existía la certeza de que se hubiese cometido un delito. No se sabía si Diana Quer había decidido marcharse voluntariamente o si alguien se la había llevado por la fuerza.
No fue fácil llegar hasta José Enrique Abuín, alias el Chicle. Pero tras 16 meses de pesquisas y un análisis ingente de datos, la Guardia Civil logró detenerlo y resolver el caso. Así se cazó al Chicle.
Agosto de 2016: Diana salió de A Pobra en un coche
La investigación comenzó muy pronto. El mismo día que la madre de Diana denunció su ausencia. Eran las 12:24 del 22 de agosto de 2016, menos de 12 horas después de la última conversación por Whatsapp. Agentes de la Unidad Central Operativa se desplazaron desde Madrid hasta A Pobra do Caramiñal (A Coruña) porque la desaparición de la joven era inquietante.
Primero, se centraron en el entorno más cercano. Investigaron a la familia y a los amigos de Diana. Pero rápido descartaron su implicación. El rastro que dejó el teléfono de la joven en las antenas de telefonía les proporcionó, en esa primera fase de la investigación, la pista más valiosa: Diana había salido de A Pobra en un vehículo. Había que averiguar si lo había hecho voluntariamente o por la fuerza.

Octubre de 2016: el hallazgo del teléfono apunta al secuestro
Con esa información, los investigadores centraron sus esfuerzos en analizar, minuciosamente, las cámaras y radares de la zona. Unos 40. Sin embargo, la oscuridad de las imágenes no permitía distinguir ni modelos, ni matrículas de vehículos.
Dos meses después de la desaparición, el 27 de octubre de 2016, un acontecimiento marca el devenir de la investigación: un mariscador encuentra el teléfono móvil de Diana en la Ría de Arousa. El Iphone 6 de la joven estaba enterrado en la arena, bajo el cuarto pilar del puente de Taragoña (Rianxo) y a unos 15 kilómetros de A Pobra. Los agentes apuntalan la teoría del secuestro. Saben que Diana y quien se la llevó cruzaron ese viaducto a las 02:58.

Noviembre de 2016: estrechan el cerco en torno al Chicle
Saber el momento exacto en el que Diana y su captor cruzan el puente permite, en noviembre de 2016, estrechar el cerco en torno a tres vehículos sospechosos: uno de ellos es el de el Chicle.
Comprueban, además, que la señal de su teléfono y la del de Diana coinciden espacio y temporalmente en buena parte del trayecto. Pero hay algo que no les encaja: las antenas telefónicas determinan que salieron de A Pobra por carreteras diferentes. ¿Cómo puede ser que salgan por vías diferentes si van en el mismo coche? Meses después encontraron la respuesta. Pero, en ese momento, el Chicle ya era el sospechoso número uno.
Noviembre-diciembre de 2016: el Chicle declara como testigo
No les sorprende que el Chicle pueda estar implicado en la desaparición de Diana. Tiene antecedentes judiciales y policiales que demuestran una tendencia al delito. A finales de noviembre de 2016, empieza el trabajo operativo sobre él. Agentes de la UCO le siguen. Él se da cuenta.
Decide entonces ponerse en contacto con un agente de la Guardia Civil que conoce. Le cuenta que está preocupado. Que nota que alguien le está siguiendo. Pero en ese intento de saber qué saben de él, el Chicle comete un error: intenta desvincularse de la desaparición de Diana diciendo que esa noche estuvo con su mujer precisamente allí, en las fiestas de A Pobra.
Pero seis días después se contradice. El 30 de noviembre de 2016, la Guardia Civil lo llama a él y a su mujer a declarar como testigos. Ambos dicen que aquella noche salieron juntos a robar gasolina, pero aseguran que no pusieron un pie en A Pobra.
Además, en un intento por mostrarse colaborativo con la investigación, el por aquel entonces sospechoso accede a dejarles su teléfono móvil. Sin embargo, lo entrega reseteado.

Abril de 2017: la investigación, en punto muerto
El 19 de abril de 2017, el juez instructor sobresee el caso. Los investigadores no tienen pruebas contundentes contra el Chicle. Sin embargo, siguen vigilándole. Además, el 5 de julio de 2017 una empresa alemana logra desbloquear el teléfono de Diana. Eso permite acceder a datos más exactos de lo que la joven hizo aquella noche.
Agosto de 2017: Diana y el Chicle sí pudieron salir juntos de A Pobra
En agosto de 2017, en el primer aniversario de la desaparición, decenas de agentes se desplazan a A Pobra para hacer una reconstrucción. Querían tener una foto en 2017 de lo que había ocurrido en 2016. Y de esa recreación sacaron una información esencial: sí era posible que el Chicle y Diana saliesen por el mismo sitio de A Pobra. La saturación de las antenas de telefonía en un día de fiesta, con cientos de personas en el municipio, provocaba que las señales rebotasen de unos repetidores a otros. La pieza que no encajaba, ahora sí lo hace.
Además, en noviembre de 2017, gracias al trabajo de una empresa especializada en la reconstrucción de accidentes, consiguen certificar que el coche que sale de A Pobra a la misma hora que Diana es el del Chicle. El minucioso análisis de las imágenes de una gasolinera lo avala.
Diciembre de 2017: el Chicle vuelve a actuar y su detención se precipita
Mientras los investigadores se afanaban en finalizar sus informes para entregárselos al juez, el Chicle vuelve a actuar. El 26 de diciembre de 2017, una chica denuncia que un hombre ha intentado secuestrarla en Boiro (A Coruña). La descripción física del sospechoso coincide con la del Chicle. También los datos del coche en el que intenta llevársela. Le enseñan una foto. Nada más verla, la chica no tiene dudas: es él.
Una filtración en prensa obliga a la Guardia Civil a precipitar los acontecimientos. El día 29 de diciembre el Chicle es detenido a las 10.15 horas en una clínica de fisioterapia de Boiro. Cinco minutos después, detienen a su mujer, Rosario Rodríguez, en la casa familiar ubicada en Taragoña (Rianxo).

30-31 diciembre de 2017: el Chicle confiesa
36 horas después de su detención, los agentes consiguieron que el Chicle confesase el paradero de Diana. Lo hizo tras quedarse, primero, sin la cobertura de su mujer. Rosario Rodríguez había confesado que su marido había salido de casa solo aquella noche. Tras comprobar que su versión era cierta, los investigadores la dejaron en libertad.
El 30 de diciembre, un día después de ser detenido, el Chicle admitía su autoría. Relataba que había arrojado el cuerpo de la joven al mar tras atropellarla de forma accidental. Sin embargo, horas después y ya de madrugada, decidía cambiar su declaración y guiar a los investigadores al pozo de Rianxo.
497 días después, con el hallazgo del cadáver de Diana, se resolvía el caso.