El detenido confiesa que mató a Manuela Chavero: "Fue un accidente, me asusté y enterré el cuerpo en un pinar"

Se llama Eugenio Delgado, aunque los vecinos le conocen como "el de los cerdos". Es un agricultor y ganadero que vive a dos casas de la de Manuela Chavero en Monesterio (Badajoz), en la calle del Cerezo 29. Tiene dos fincas en el municipio, una a la entrada del pueblo y otra en la zona del Culebrín.

Los investigadores de homicidios de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil lo han interrogado en el cuartel de Zafra. El hombre, de 28 años, siempre había negado su implicación en los hechos pero esta vez se ha derrumbado y ha reconocido que acabó con la vida la mujer de 42 años, desaparecida en julio de 2016.

Asegura que se trató de un accidente. Se golpeó en la cabeza. "Me asusté y enterré su cadáver en un pinar", ha confesado. Ahora esperan que diga por qué estaba con la víctima aquella madrugada, qué fue lo que ocurrió y dónde ha ocultado el cuerpo. Ha asegurado a los investigadores que les conducirá hasta ese lugar. Ese es ahora el principal objetivo para dar por resuelto este crimen.

El joven fue detenido este jueves por la tarde. En un coche camuflado, los agentes le dieron el alto y le trasladaron hasta su domicilio, una casa blanca con un muro de ladrillo, donde creen que acabó con la vida de la mujer.

Un equipo de criminalística y perros especializados en la búsqueda de restos biológicos se han desplazado desde Madrid y han estado inspeccionando la vivienda. También se han llevado su coche para analizarlo. El hombre ha permanecido cuatro años en silencio. Pero los investigadores tienen indicios suficientes para probar su autoría.

Desde primera hora de la tarde de este viernes varios coches de la Guardia Civil han llegado a una finca cercana a la localidad pacense de Monesterio para buscar el cuerpo de Manuela Chavero, después que el detenido presuntamente relacionado con su desaparición hubiera confesado que enterró el cadáver en esta zona.

Varios coches patrulla se han desplazado hasta este esta finca, denominada 'La dehesa' y situada a unos kilómetros de Monesterio. Los agentes estarían acompañados por el detenido, así como por el juez que investiga el caso en las labores de busqueda.

Eugenio ya había sido arrestado en alguna ocasión. Tenía varios antecedentes por hurtos en el municipio. Buscaba pareja en redes sociales como Badoo, donde se declara amante de los deportes de motor, del verano y de la cocina. Es un fanático del fútbol. En su Facebook puede vérsele junto a sus perros, caballos y potros en el campo. También son numerosas sus fotografías en barbacoas y en comidas con amigos.

Sus padres se habían divorciado. El hombre se quedó en Monesterio con él y su madre se fue a vivir a un pueblo de León con otra hija. El progenitor falleció en extrañas circunstancias hace unos años y también la pareja de éste, que fue encontrada muerta en la bañera de su casa en diciembre de 2013. Desde entonces Eugenio vivía solo.

Emilia, la hermana de la víctima, ha atendido esta mañana a los medios de comunicación por teléfono: "¡Qué sangre más fría lo que ha hecho!, ¡qué dolor mas grande!. Ha destrozado una familia y ha dejado a dos hijos sin una madre. Todo este tiempo sospechábamos que podría ser él hablaba con unos y con otros e intentaba desviar lo que había sucedido hacia otras personas. La UCO nos ha confirmado que fue él. Ahora estamos esperando a que diga dónde esta el cuerpo", ha señalado dolida pero aliviada.

Isabel Guerrero es su vecina de al lado. Esta mañana ha escuchado a Emilia salir muy temprano. "Pensé que se iba a trabajar. Luego me he enterado de lo que estaba pasando. No me esperaba esto. Me ha pillado por sorpresa y me he quedado impactada. ¿Quién iba a pensar que estaba tan cerca?. Yo siempre he visto la casa del hombre cerrada, creo que llevaba un tiempo en venta", relata. Ahora la casa del sospechoso permanece cerrada a cal y canto, con precintos en las puertas. Aparcado frente al garaje hay un todoterreno que está a nombre de su tío y en el exterior, muchos curiosos.

La familia de Manuela recibió una carta anónima a finales de agosto, que incluía algunas pistas del paradero de la víctima. Unos días después los investigadores regresaron al domicilio de Manuela e hicieron mediciones de espacios y tiempos tratando de reconstruir los hechos. Ya intuían que estaban cerca de arrestar al asesino, al que tenían desde el primer momento en el punto de mira.

María Cintado es otra vecina y amiga de Manuela. Hoy se siente aliviada pero muy triste. Fue la última en ver a la víctima con vida. Ya había señalado a los investigadores que sospechaba del detenido: "Aún así pensaba que un chico de 24 años no podía hacer esa barbaridad y luego seguir haciendo su vida tan normal, como si nada. Pero tiene una mirada agresiva, seria, que a mí me da miedo y yo me cambiaba de acera si me cruzaba con él. Estábamos deseando que llegara este momento para saber dónde está ella y poderle poner unas flores aunque nunca habíamos perdido la esperanza de poder encontrarla con vida".

Mientras, la familia de Manuela ha viajado hasta Sevilla para comunicarle el trágico desenlace a la madre de la víctima. Aguardan impacientes noticias de los investigadores y esperan después de cuatro años, que encuentren sus restos mortales para poder despedirla.