Detenidos dos atracadores reincidentes en Madrid: "Cuando salga de la cárcel volveré a hacerlo"


Les acusan de asaltar seis hoteles, encapuchados y amenazando a los empleados con armas de fuego
El cabecilla pasó unos años en prisión pero no ha conseguido reinsertarse
Héctor del Amo Rodríguez y José Moreno Martínez fueron detenidos hace unos días por la Policía Nacional, acusados de perpetrar seis robos con violencia e intimidación en hoteles de Madrid. En uno de los asaltos encerraron a una víctima en un despacho y cortaron las líneas de teléfono para impedir su comunicación con el exterior, hasta que pudo ser liberada por un coche patrulla.
En menos de diez días estos atracadores se hicieron con un botín de 12.000 euros: dinero en efectivo, joyas y diferentes enseres. Este miércoles se han sentado en el banquillo de los acusados en los juzgados de Getafe. Ya han ingresado en el centro penitenciario de Soto del Real, por donde ya habían pasado anteriormente.
Uno de ellos fue arrestado en agosto de 2015, también por atracos a hoteles. A los investigadores les dijo:"en cuanto salga de la cárcel volveré a hacer lo mismo" y así ha sido. Los robos son su forma de ganarse la vida. Estos delincuentes dificilmente consiguen reinsertarse.
La investigación
El pasado mes de enero Héctor y José atracaron un hotel ubicado en el distrito madrileño de Hortaleza. Amenazaron a un empleado con un arma de fuego y se apoderaron de dos mil euros en efectivo y algunos efectos personales de la víctima.
Después han dado otros cinco golpes más en distintos hospedajes del distrito de Hortaleza, San Blas y en las localidades de Getafe y Cercedilla. Según los investigadores, "a medida que iban sumando ilícitos, se mostraban cada vez más agresivos ante las víctimas, llegando a amordazar y encerrar a los empleados para conseguir sus objetivos. Tomaban medidas para no ser localizados", explican los agentes.
Pero los dos eran viejos conocidos y consiguieron identificarles gracias a las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad. Tienen unos rasgos físicos muy característicos. Fueron sorprendidos mientras intentaban deshacerse de las prendas de vestir que utilizaron en algunos de estos asaltos para eliminar posibles pruebas. Conocen a la perfección las leyes y sus recovecos.
Modus operandi
Estos ladrones siempre actuan de madrugada, siguiendo el mismo modus operandi. El cabecilla ya había sido detenido en agosto de 2015 por perpetrar ocho robos con intimidación. Pasó unos años en la cárcel pero de poco le han servido. Al salir retomó su actividad, tal y como había advertido a los investigadores durante su arresto.
Actúan con el rostro cubierto, empleando armas de fuego y escogen establecimientos ubicados a las afueras, para poder tener una vía de escape rápida y fácil. Antes de abandonar el lugar se llevan los teléfonos para evitar que las víctimas puedan pedir ayuda y ganar tiempo en la huida.
La cárcel y la reinserción
Estos dos atracadores han ingresado provisionalmente en la prisión de Soto del Real, donde el cabecilla ya pasó unos años, en el módulo terapeútico que gestiona Proyecto Hombre.
En este departamento los internos se autogestionan y los funcionarios supervisan e intervienen cuando hay algún problema. "Cuando entran se nota quien ha pasado ya por la cárcel. Saludan a otros reclusos y se mueven sin miedo. Saben que solo pasarán entre dos y cinco años entre rejas si cumplen con las normas establecidas", señalan fuentes penitenciarias.
Para entrar en estos módulos de respeto, los reos deben firmar primero un acuerdo. Son departamentos poco masificados, en los que los internos se dividen en grupos y se reparten las tareas, que van rotando por meses. Ellos mismos se evalúan.
El objetivo es que estos reos aprendan a gestionar sus labores para favorecer su reinserción en la sociedad. Tienen prioridad a la hora de solicitar permisos, salidas programadas o el tercer grado.
Los internos con un amplio historial delictivo conocen perfectamente este funcionamiento y se aprovechan de los resquicios del sistema. "Para los psicólogos es difícil distinguir cuando estos internos están realmente reinsertados o si solo están siguiendo un rol, disimulando su trayectoria", explican los trabajadores.
Al salir a la calle, muchos de estos delincuentes retoman su habitual forma de vida. Están acostumbrados a ganar dinero fácil y se niegan a trabajar. Por eso vuelven a delinquir. Estos atracadores saben que como mucho pasarán entre dos y cinco años en la cárcel y luego volverán a quedar libres.