La gata que llegó a España en patera en brazos de una niña: "Dejó todo atrás menos su mascota"


La pequeña, de diez años, viajaba con su familia y fue trasladada a la costa de Motril (Granada) por Salvamento Marítimo
El animal, que llegó deshidratado y malnutrido, se recupera en el centro de rescate del Zoo de Castellar de la Frontera (Cádiz)
Tras el drama de la inmigración y de las frías estadísticas, hay historias que emocionan. Es el caso de una gata y su dueña, una niña de 10 años, que no ha dudado en traer a su mascota entre los brazos durante la travesía en patera de Marruecos a España.
La pequeña, que llegaba a Motril con su familia y sus tres hermanos, se negó a dejar atrás a su amiga felina. “Ha abandonado su tierra, pero no a su mascota. Qué triste y, al mismo tiempo, qué bonito”, cuenta a NIUS Javier Morales del Zoo Castellar de la Frontera, un centro de recuperación de animales que se ha hecho cargo de la gata.

El animal está actualmente en cuarentena en las instalaciones del centro. "Se está recuperando de diferentes patologías porque llegó muy mal, deshidratada, mal nutrida y con diarreas. Afortunadamente, va mejorando pero pensábamos que no iba a salir adelante”, reconoce.
El animal, de color blanco y negro y con ojos verdes, tiene entre 5 y 6 meses. “Ni siquiera le hemos puesto nombre por prudencia, no sabíamos cómo iba a evolucionar”. El estado en el que llegó, dice, da idea de lo dura que tuvo que ser la travesía de más de 15 kilómetros, a través del Estrecho de Gibraltar.
Fue a mediados de enero, cuando Salvamento Marítimo trasladaba al puerto de Motril a 59 personas de origen magrebí, tras rescatarlos de seis pateras en aguas del mar de Alborán. Entre ellos, la pequeña que, durante las horas que duró el viaje, estuvo abrazada a su gata. "Se veía en ellos una conexión brutal que llamaba la atención", cuentan a NIUS uno de los miembros de Cruz Roja que participó en la asistencia. "La pequeña no quería separarse de la gata, se te partía el alma verla". Y reconocen que nunca habían vivido un caso como éste.
“Ojalá puedan volver a estar juntas, sería lo justo”, piden desde el Zoo de Castellar. Y así la historia de la niña que trajo a su gata, en patera, con la esperanza de vivir juntas un futuro mejor, tendría un final feliz.