Una granada y metralla: el artefacto que puso en jaque al centro de Hortaleza no habría explotado

Todo hace pensar que se trata de una réplica de una RG-42 que llevaba adosada un paquete con metralla
Los educadores manifiestan su malestar: "Es un hecho muy grave, como poner una bomba en un colegio"
Piden a los políticos que "no utilicen la situación del centro en su interés"
Una bolsa de plástico dentro de una papelera llama la atención de un vigilante de seguridad del centro de primera acogida de Hortaleza. Al abrirla encuentra una granada de mano con un paquete adherido. Llama a la Policía. En unos minutos los agentes desalojan el centro y acordonan la zona para mantener la distancia de seguridad.
Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) detonan el artefacto de manera controlada. Ahora la Brigada de Información de la Policía Nacional investiga quién está detrás de este ataque, en una residencia para adolescentes convertida en los últimos meses en el epicentro de la polémica.
Todo hace pensar que se trata de una réplica de una RG-42. La original es una granada de mano fabricada en Rusia y utilizada durante la Segunda Guerra Mundial. Su carga original era de 200 gramos de trinitrotolueno (TNT), un compuesto químico que al explotar tiene gran potencia y hubiese sido letal para cualquiera que se encontrase a menos de 10 metros.
Estas imitaciones pueden adquirirse legalmente en tiendas de coleccionistas o por internet por un precio de unos 10 euros. Al parecer esta granada tenía la anilla de seguridad abierta y el pasador liberado, por lo que según los expertos, no hubiese podido explotar por sí misma sin ser manipulada aunque hubiese sido real.
Además, en un pequeño paquete habían adherido metralla, como solía hacer la banda terrorista ETA para multiplicar sus daños. Al explotar la carga, los tornillos salen disparados como si fuesen miles de balas. Pero en esta ocasión no estaba adosada al explosivo, por lo que tampoco hubiese sido efectivo.
El equipo educativo manifiesta su malestar y asegura que "es un hecho muy grave, como poner una bomba dentro de un colegio". El último incidente de una larga lista en los últimos tres meses, "un hecho que no se puede considerar aislado".
No es un centro específico de ese concepto deshumanizado llamado mena", dice el equipo educativo del centro
Este miércoles por la tarde emitieron un comunicado para dar a conocer la situación de muros para adentro: "Trabajamos con toda la infancia madrileña entre 15 y 17 años con problemática de riesgo de exclusión social y/ o desamparo. No es un centro específico de ese concepto deshumanizado llamado mena. Conviven aquí en torno a 100 chicos en un espacio concebido para 35 y con un proyecto educativo para 35, adolescentes de ambos sexos e indiferente de su procedencia geográfica. El centro lleva soportando esta masificación de adolescentes y jóvenes desde hace 4 años. Se han creado medidas, que a la vista está, han sido insuficientes. En la actualidad es imposible realizar este proyecto, no podemos observar, valorar y emitir un informe psicosocial educativo. Los primeros damnificados son los jóvenes que están en nuestro centro, a la vez que un equipo de profesionales tanto educativos como de otras ramas saturados a niveles de estrés laboral continuado".
En sus manos está el destino más inmediato de jóvenes, españoles y extranjeros,"con diferentes patologías mentales, conductuales, con dependencias a tóxicos y otras problemáticas de riesgo". Además, a ellos permanecen vinculados muchos chicos que acaban de cumplir los 18 años y "deambulan por los alrededores al no tener otro medio de acogimiento y ser nuestro Centro su única referencia."
Estos profesionales se niegan a que "esta situación sea utilizada por diferentes grupos políticos en su interés" y piden ayuda para sacar adelante a estos adolescentes y poder desempeñar correctamente sus funciones.