Karkubi, la 'droga de los pobres' que España exporta a Marruecos

Se elabora con restos de hachís y ansiolíticos para multiplicar su efecto
Las mafias compran los medicamentos para la mezcla de forma ilegal en España y las envían a Marruecos
La Policía Nacional ha decomisado 200.000 pastillas ilegales destinadas a las mafias del karkubi
La sustancia es conocida como la “droga de los pobres” por su importante nivel de consumo entre los jóvenes de las familias más desfavorecidas de ciudades como Casablanca. Su nombre oficial para las autoridades internacionales es karkubi, aunque en las calles marroquíes recibe toda suerte de nombres: cartucho, recarga, ampolla roja o incluso Guadalupe, en referencia a una telenovela colombiana que triunfó en suelo marroquí.
En su elaboración se utilizan los restos de la elaboración del hachís, que se mezclan con harinas para realizar después un compactado llamado maajun. Después esa pasta se combina con ansiolíticos y el cóctel resultante, que se consume en cápsulas, multiplica el efecto de la droga hasta conseguir un cuelgue rápido y barato, pero con importantes efectos secundarios.
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Es en esta segunda fase donde España se ha convertido en un país proveedor para el karkubi, donde las mafias de la droga intentan conseguir grandes cantidades de medicamentos para meterlos después de forma ilegal en Marruecos. En ocasiones, la ruta se convierte en un tráfico por partida doble: la misma red que introduce hachís en España trafica después con pastillas en dirección a Marruecos.
La importancia de este tráfico ilegal ha llevado incluso a las administraciones españolas a alertar a las farmacias sobre los incrementos repentinos de peticiones de medicamentos concretos, con principios activos como el clorazepan. En España, la Policía Nacional ha desarrollado desde el pasado mes de septiembre y en cuatro fases una operación para acabar con una red de tráfico ilegal de medicamentos. Hay ocho detenidos y 200.000 pastillas de benzodiacepinas decomisadas.

Según la Policía Nacional, la red asentada en Lleida compraba de forma ilegal la mayoría de los medicamentos a un proveedor de Alicante por medio de facturas falsas. Después, las pastillas eran enviadas a Ceuta, desde donde pasaban a suelo marroquí para terminar en la ciudad de Casablanca, donde se ubicaban los laboratorios de fabricación del karkubi
Pastillas dentro de un horno
Fue en junio del pasado año cuando las autoridades marroquíes detectaron por primera vez la actividad de esta presunta mafia, que operaba desde Cataluña. En esa fecha, localizaron en Marruecos una furgoneta de alquiler de una empresa local, pero contratada por una sociedad abierta en Lleida. Dentro había cuatro kilos de cocaína y 361.672 comprimidos de un medicamento utilizado para elaborar karkubi.
El pasado mes de septiembre los agentes españoles detectaron un nuevo envío, esta vez oculto en dos hornos que fueron remitidos a Ceuta, para pasar después por la frontera de Nador hasta Marruecos. Lo que parecía un envío comercial ocultaba en realidad 80.000 pastillas, ocultas en el doble fondo de los hornos que servían como cebo.

En una segunda fase, los investigadores detectaron un cambio en la forma de actuar de esta mafia, que trató de pasar de nuevo la mercancía, esta vez oculta en un coche desde el puerto francés de Sete, donde el correo tomaría un ferry con destino a Nador, para llegar después a Casablanca. En el vehículo con matrícula española los agentes galos localizaron otras 70.000 pastillas. Algo similar pasó en noviembre, cuando la Policía española volvió a detectar 62.000 comprimidos dentro de una maleta en un vehículo.
En diciembre, los agentes desarrollaron la última fase de la operación, registraron cuatro domicilios particulares y detuvieron a los principales implicados. En casa del presunto cabecilla, localizaron 27.000 euros y 300 pastillas.