Anatomía de una foto: una narcolancha averiada, unos bañistas indiferentes y unos espontáneos ladrones

La Guardia Civil les seguía la pista desde el jueves. Los narcos no se decidían a desembarcar la droga que portaban en su imponente y veloz lancha por la presión y vigilancia de los agentes. Y en esas idas y venidas se les averió un motor. Fracaso absoluto.

Ha ocurrido este sábado por la mañana. Los narcos decidieron entonces abandonar la embarcación en la playa de Caños de Meca, en el término municipal de Barbate, Cádiz, sin importarles la presencia de bañistas. Mejor era eso que arriesgarse a ser detenidos, pese a que el abandono de la lancha supone una pérdida de miles de euros para los narcos, que equipan estas 'gomas' (como se las conoce en el argot policial) con potentes motores para lograr más velocidad en sus trasiegos de droga y continuas huidas de las fuerzas del orden.

Pero la escena playera ha tenido otros protagonistas inesperados: de la nada han aparecido varias personas decididas a 'saquear' la lancha varada, a robar al criminal, como si se tratara de unos espontáneos en un campo de fútbol. Han hurtado sobre todo material electrónico del interior de la embarcación, ya que de la droga no quedaba ni rastro.

La Guardia Civil ha conseguido detener a uno de los tres tripulantes de la narcolancha. Y ahí ha acabado la historia. El animado día de playa ha seguido para los indeferentes bañistas.