El parricidio de Cabanes deja una urbanización en estado de shock: "Mi hija no puede ni asomarse a la ventana"

El hombre, de 40 años, mató a su hijo de 12 años de una apuñalada e hirió de gravedad a su hija de 10
Los vecinos de la urbanización no habían detectado ningún problema en la familia
El ayuntamiento de la localidad ha puesto a disposición de los ciudadanos un servicio de atención psicológica, que necesitarán sobre todo algunos niños
La vida cambió en el complejo residencial Costamar del municipio castellonense de Cabanes en la madrugada de este domingo. Como contó NIUS, Miguel, un hombre de 40 años que veraneaba junto a su familia en la urbanización, apuñaló a sus dos hijos, un niño de 12 años y una niña de 10. Posteriormente se suicidó al tirarse desde su balcón del séptimo piso.
El primero de los menores falleció en el instante y la pequeña se encuentra ingresada en estado muy grave, según ha informado esta mañana el Hospital General de Castellón
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El presunto parricida, además, cometió estos hechos delante de la madre de los dos niños, que necesitó asistencia médica tras sufrir un fuerte ataque de ansiedad. Esta familia madrileña, sobre la que no se ha encontrado relación con denunicas previas por malos tratos, veraneaba todos los años en este pequeño pueblo de Castellón. La Guardia Civil ya ha iniciado una investigación para tratar de determinar si lo ocurrido se corresponde con un suceso de violencia de género.
Una urbanización conmocionada
Un vecino del complejo residencial fue quien avisó al Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) a las 03:46 del domingo. En esa llamada explicó que parecía que una persona se había tirado desde un balcón. "Escuché un grito seguido de un golpe fuerte y estremecedor", recuerda Óscar, que luego encontró el cuerpo de Miguel en la zona común del edificio.
El trágico suceso ha provocado una fuerte conmoción en la urbanización de Costamar, por lo que el Ayuntamiento de Cabanes ha facilitado un servicio de psicología para todos los afectados. "Los mayores estamos mal, pero los pequeños están peor", explica Óscar. Su hija, de 15 años, a quien despertó tras llamar al SAMU, se encuentra en una situación delicada: "No puede ni asomarse a la ventana".
Además, su padre explica que tanto ella como él no pueden dormir, porque les es imposible "quitarse de la cabeza" todo lo sucedido. Como ella, hay más jóvenes de la urbanización que también han solicitado acudir al gabinete psicológico municipal de Cabanes.
Pilar, otra vecina del mismo bloque de casas, explica que nadie vio venir este terrible suceso y que la familia del presunto parricida era "muy normal". Además, añade, casi entre lágrimas, que este hecho les ha superado a todos.
Aunque solo se ven algunas semanas al año, en esta urbanización todos los niños se conocen, señalan los residentes, quienes explican que lo complicado ahora será hacer comprender a los más pequeños lo sucedido. "Los pequeños desayunan, bajan al parque y a la piscina, juegan al pilla pilla, comen y se vuelven a pasar toda la tarde jugando juntos", señala Óscar, que asegura que la situación será muy dificil para todos ellos.
Este lunes se ha guardado un minuto de silencio en la plaza del ayuntamiento de Cabanes como muestra de repulsa al suceso. Al acto han acudido Zulima Pérez, subdelegada del gobierno de la Generalitat, Soledad Ten, subdelegada del Gobierno en Castellón; Lidón Morralla, teniente de alcalde del municipio; y Lola Melero, presidenta del PAI.