Rescate en helicóptero de un hombre y su hijo de 3 años tras perderse en el monte Gorbea

Esta zona del Gorbea es un mazo que representa una situación laberíntica. Es un entorno cárstico con muchas cuevas
“Nos indicó que se había extraviado, que había perdido las señales que indican los senderos de esa zona y que se había quedado enriscado en una zona de rocas”, explica Pablo Izaguirre, Jefe del grupo de montaña UVR de la Ertzaintza
“Si demora esa llamada, lo que hace es complicar el rescate. El helicóptero no puede salir de noche y los rescatistas tienen que ir de noche a esa zona con el riesgo que conlleva”, nos cuenta Zigor Eguía, presidente de la Federación Vasca de Montaña
Lo que iba a ser un tranquilo día de monte se convirtió en una auténtica pesadilla. Y si no que se lo digan al hombre de 36 años que este pasado fin de semana se encontraba disfrutando del sol y el aire libre en pleno parque natural del Gorbea, en Vizcaya, cuando se perdió en lo alto del macizo de Itxina. Junto a él se encontraba su hijo de tres años. Ambos acabaron en una peligrosa zona de riscos con acantilados pronunciados tras dar vueltas en vano para encontrar la ruta de salida.
El montañero, ante el miedo a seguir adelante con el niño y a pesar de encontrarse en buen estado, decidió llamar al servicio de atención de emergencia y explicar la situación. No quería asumir ningún riesgo ya que la posibilidad de despeñarse era muy elevada. “Nos indicó que se había extraviado, que había perdido las señales que indican los senderos de esa zona y que se había quedado enriscado en una zona de rocas”, explica Pablo Izaguirre, Jefe del grupo de montaña UVR de la Ertzaintza.
MÁS
Durante la llamada, consiguió mandar la ubicación. “Nos mandó las coordenadas, también señalizó la zona con una manta térmica que desde el helicóptero se ve rápidamente, entonces los rescatadores y la tripulación consiguen ubicarle de una manera muy rápida”, nos cuenta el agente.
Rescate de vértigo

Una vez ubicados padre e hijo, se procedió a dejar un rescatador en tierra, en este caso en la zona de campas de Arraba, al lado del refugio. Después el helicóptero se dirigió de nuevo al lugar y un efectivo del equipo de salvamento fue descendiendo poco a poco en una polea hasta el punto donde se encontraban. En un primer momento, extrajeron al niño y regresaron al refugio. Allí “decidieron y con acierto, además, que como el primer contacto fue con la rescatadora y el crío estuvo muy tranquilo que se quedara con ella”, explica. De vuelta a la montaña, el padre también fue rescatado sano y salvo y se pudo reencontrar con el pequeño que descasaba bajo la sombra de un árbol.
Decisión correcta
Según los expertos y, a pesar, del dispositivo desplegado, la decisión tomada por el padre fue la adecuada ya que si no llega a llamar y “demora esa llamada, lo que hace es complicar el rescate. El helicóptero no puede salir de noche y los rescatistas tienen que ir de noche a esa zona con el riesgo que conlleva”, nos cuenta Zigor Eguía, presidente de la Federación Vasca de Montaña.
Esta zona del Gorbea es un mazo que representa una situación laberíntica. Se trata de un entorno cárstico con muchas cuevas y “a nada que te salgas de los senderos que están marcados y que se marcan, precisamente, para evitar esas pérdidas y esos extravíos, es muy fácil desorientarse”, alerta Pablo Izaguirre. De hecho, es una zona en la que “los senderos no están balizados, hay que conocerla bien, incluso con buen tiempo, por lo que la progresión no es sencilla”, matiza Zigor Eguía.
Planificación previa
Sea como fuere, siempre que vayamos al monte tenemos que tener en cuenta que “la ruta que vayamos a hacer tiene que estar acorde con nuestra experiencia, con nuestra forma física y no sólo con la nuestra, con la del grupo que vayamos a llevar también”, informan desde la federación vasca de montaña. Por lo que es de suma importancia conocer la zona, el recorrido, así como nuestra experiencia y formación.
“Hay niños que, con cuatro, cinco o seis años están capacitados porque han estado más veces y pueden practicar ciertas actividades y niños que no. Igual con niños que con mayores”, asegura Zigor.
Desde la Ertzaintza, además, nos dan un último consejo: “Hacemos hincapié en que hay que llevar colores vivos a la montaña para que, si pasa algo, nos localicen rápidamente. Con esa manta consiguió una rápida ubicación”.