Las rutas clandestinas de las narcolanchas

En España están prohibidas; se adquieren en Portugal, Polonia, Italia y Holanda
Su precio oscila entre los 250.000 y 300.000 euros
Tras ser intervenidas se almacenan en cuarteles o depósitos autorizados a la espera de ser destruidas
Se conocen como narcolanchas o gomas, embarcaciones neumáticas semirrígidas utilizadas por las mafias que trafican con seres humanos, tabaco o drogas. En España son ilegales, por eso las organizaciones las adquieren de forma clandestina.
Se fabrican principalmente en Portugal pero también en Polonia, Italia y Holanda. Suelen adquirse para asaltos policiales o militares y salvamento marítimo. La cuna en nuestro país está en los municipios de O Grove o Tui, en los astilleros gallegos. Las trasportan en camiones hasta Murcia o Barcelona y luego planean los mares, según se desprende de las investigaciones.
Su precio oscila entre los 250.000 y los 300.000 euros en el mercado negro. Hay que sumar los motores. Algunas embarcaciones llevan hasta cuatro, cada uno cuesta alrededor de 20.000 euros. Además, hay que añadir el combustible, que llevan en garrafas y bidones y equipación tecnológica, con dispositivos de navegación tipo radar o grs.
Los pilotos suelen ser jóvenes criados en el mar, que se van haciendo fama por evitar, esquivar o incluso embestir a las patrulleras de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera que intentan ponerles freno. Cobran entre 30.000 y 60.000 euros por cada viaje.
Tres agentes se encuentran heridos tras perseguir a unos contrabandistas de tabaco por aguas del Estrecho, a los que acabaron pasando por encima y que después lograron darse a la fuga.
Atracción turística
En Sevilla se han hecho virales unos vídeos grabados junto al colegio Tabladilla de Montequinto, junto a la Comandancia de la Guardia Civil. Los vecinos se suben en las cuatro narcolanchas que ya se acumulan, como si se tratara de una atracción turística.
Cuando se intervienen durante las operaciones policiales, estas embarcaciones acaban en los cuarteles o lugares habilitados, a la espera de una decisión judicial. Según contempla la ley, estas planeadoras son un género prohibido y deben destruirse lo antes posible.
Pero la falta de espacio en los depósitos obliga a buscar nuevos sitios. En Málaga, Cádiz y Huelva están saturados. Los continuos golpes al narcotráfico aportan un goteo continuo de lanchas, vehículos y otros efectos que se van requisando como pruebas de sus actividades ilícitas.
Algunos quedan en la calle, accesibles a los ciudadanos o pueden suponer un peligro. El pasado día 4 un depósito salió ardiendo en El Puerto de Santa María (Cádiz) con unas 20 embarcaciones. El recinto se encontraba en el margen izquierdo de la desembocadura del río y pertenece a las autoridades portuarias. Los bomberos tuvieron que intervenir durante horas hasta poder sofocar las llamas, que desprendían una gran humareda negra. Ahora investigan su autoría.
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