Vivir con la tierra temblando bajo los pies: un "infierno" que en Granada puede durar meses


Los expertos reconocen que la zona nunca había sufrido una serie sísmica con tantos terremotos de magnitud 4 tan seguidos y señalan que puede durar “semanas o meses”
El parque inmobiliario, edificado desde finales de los 60, está proyectado según las normas “sismorresistentes", según los arquitectos de Granada
Ante el miedo, los psicólogos recomiendan asumir que no se tiene el control de la situación
Primero, llega el sonido. Un rugido constante que avisa de lo que viene, apenas un instante después. Un temblor largo y fuerte. La sensación de que la tierra se mueve bajo los pies y el horizonte se borra. Unos segundos que se hacen eternos mientras todo, alrededor, vibra violentamente. Y entonces, el miedo y esa angustia de no saber qué va a venir después.
Jesica Cara, vecina de Santa Fe, uno de los epicentros de los terremotos de Granada, sabe bien de esa sensación. Los temblores han provocado que se caiga parte del techo de su vivienda, una edificación muy antigua, que está completamente agrietada. Ella, su pareja y sus tres hijos están desalojados, desde hace días. Los mismos que llevan sin apenas pegar ojo. “Esto es un infierno. Vives pensando que va a llegar uno peor”, cuenta a NIUS desesperada.
MÁS
Lleva toda la vida en Granada. Sabe de la actividad sísmica de la zona por la aproximación, continua, a razón de 4 ó 5 centímetros al año, de las placas tectónicas eurasiática y africana. Pero como lo vivido, estos días, dice, nada. “En 39 años que tengo, no he sufrido esta situación nunca y, con la angustia, de no saber cuándo va a terminar”, se lamenta.
¿Hasta cuándo? Semanas, incluso meses
Es la pregunta que se hacen todos. ¿Hasta cuándo pueden durar los temblores? La respuesta, poco precisa. “No lo sabemos”, reconoce a NIUS Mercedes Ceviche, técnico del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos (IAGPDS). Aquí, se detecta, analiza y procesa la actividad sísmica ocurrida en la comunidad, mediante la monitorización. Lo normal, nos explica esta experta, es que dure “semanas, incluso meses”, según la tendencia habitual de las series sísmicas.

Es lo que los expertos denominan ‘enjambre sísmico’. Un conjunto de eventos de esta naturaleza en un área específica, durante un periodo de tiempo relativamente corto. Ceviche recuerda que es algo normal en la zona. “Lo extraordinario de esta serie, más que la actividad”, reconoce, “es que se hayan producido tantos terremotos tan seguidos de magnitud 4”.
¿Cómo afrontar el miedo? El primer paso, asumir que no se tiene el control de la situación
El miedo ante un terremoto es una reacción psicológica que se produce ante un riesgo o amenaza. Algo que no se puede controlar y, por tanto, no se puede hacer nada para evitarlo. Esto puede generar en la población angustia, ansiedad, estrés, pensamientos recurrentes (va a volver a pasar), alternaciones del sueño o pérdida de apetito, señalan los expertos en psicología. Sensaciones que se puede reflejar, así mismo, en reacciones fisiológicas, como un aumento de la presión cardíaca, sudoración, descenso de la temperatura corporal, temblores o tensión muscular.
El primer paso, señalan desde el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental, es asumir que no se tiene el control de la situación y que ello puede generar miedo. Pero ese temor, argumentan, no tiene por qué ser malo, si se sabe cómo afrontarlo. Especialmente, en una situación de pandemia en la que los sentimientos están ya debilitados.

“No te centres en los pensamientos catastróficos, no te dejes llevar por todo lo que escuchas. Deja de ver las imágenes del terremoto si te producen ansiedad”, recomiendan. En este sentido, los especialistas piden no hacer caso de noticias no oficiales, sobre todo, aquellas que son sumamente negativas.
En situaciones como esta, buscar un lugar que nos aporte seguridad, es fundamental. También hacer caso a las señales que nos manda nuestro cuerpo puede prevenir la ansiedad. “Si sentimos que nuestra respiración se acelera, podemos hacer 3 ó 4 respiraciones lentas y profundas a la vez que nos decimos mensajes tranquilizadores”, señalan.
El principal temor, ¿son seguros los edificios?
Durante estos días, se hace inspección de las consecuencias de los temblores en los edificios, especialmente, de las zonas más afectadas como Santa Fe. Es el caso de Jorge Durán, del Consorcio Provincial de Bomberos de Granada, que ya ha perdido la cuenta de los avisos recibidos. Caída de chimeneas, grietas, fisuras exteriores. “Es casi todo superficial. Son daños que no afectan a la estructura”, nos cuenta.

Es lo que más preocupa a las personas que viven en zonas de terremotos, sobre todo, cuando los temblores se hacen continuos y los posibles efectos se van acumulando en las edificaciones. Los expertos tranquilizan: el parque inmobiliario de Granada, edificado desde finales de los años 60, está proyectado con exigencias y prescripciones de normas "sismorresistentes".
Se trata de una normativa de carácter obligatorio que se ha ido aprobando hasta la actualidad (PDS-1, NCSE-94, NCSE 02) y que, según el Colegio Oficial de Arquitectos de Granada, pretende evitar el colapso de las estructuras de los edificios y, en la medida de lo posible, daños personales a sus habitantes.
"Se trata de que la estructura soporte el movimiento ocasionado por el terremoto, minimizando aquellos daños materiales que puedan producirse en el resto de elementos constructivos de carácter secundario, como instalaciones, tabiques, fachadas, pretiles, cornisas o revestimientos", aclara el colegio.
La rigidez de esta últimas a veces "no es compatible" con las oscilaciones sísmicas y provocan roturas o caídas a vía pública. Por ello, en el caso de abandonar un edificio, se aconseja alejarse lo más posible y permanecer en espacios abiertos y protegidos de caídas de los citados elementos constructivos.