Testigos de la explosión de Madrid: "Pensábamos que era un atentado"

Vecinos y trabajadores de los edificios colindantes cuentan a NIUS cómo han vivido la explosión
"Si había alguien justo en frente es imposible que haya sobrevivido", aseguran
Ocurrió minutos antes de las tres de la tarde en el centro del Madrid más castizo. Los alumnos del colegio La Salle, al lado del edificio donde se registró la explosión, acababan de terminar de comer. Afortunadamente, estaba lloviendo y todavía quedaban restos de la nevada, por lo que no salieron a un patio ahora repleto de cascotes. Se salvaron del impacto, aunque no del susto. Muchos vieron cómo las ventanas de varias clases saltaron por los aires.
En ese momento, Rodrigo estaba terminando de preparar la comida, como muchos vecinos del barrio. En su caso, a pesar del frío, estaba con la ventana abierta por lo que sintió aún más si cabe la sacudida. "Fue tan fuerte que mi novia y yo pensamos que se trataba de un atentado", explica a NIUS. "Luego ya nos enteramos de que fue una explosión de gas".
Llamas, heridos y cascotes
Una nube negra de humo cubrió la calle Toledo de inmediato. Rodrigo estaba en el 104, a tan sólo seis números de distancia del 98, donde tuvo lugar la explosión. "Bajamos corriendo a la calle por miedo a que se derrumbara el edificio". No es de extrañar. Muchas de las construcciones de esta zona de Madrid son centenarias, con estructura de madera. "No sabíamos qué es lo que estaba pasando. El escenario era apocalíptico. Las llamas. Un repartidor en moto herido. Cascotes por toda la calle y, desde luego, si había alguien reciclando basura en los contenedores situados frente al lugar de lo explosión, es imposible que haya sobrevivido", cuenta Rodrigo dos horas después.

"Ha sido de pesadilla", relata G.B.S. a NIUS. El joven lleva una semana alojado en el hotel que se encuentra justo en frente del lugar de la explosión. Su habitación está en la parte interior del edificio y aún así sintió cómo retumbaba todo "con un estruendo muy grande", explica. "Lo primero que pensé es que había sido un colapso por la nieve y la lluvia. Había humo y saltó la alarma de incendios así que salimos a la calle. Lo que vimos era dantesco. Todo lleno de escombros. Policía. La llegada de los servicios de emergencia. Los ancianos de la residencia que está justo al lado siendo desalojados. Los pobres estaban desorientados".
Ha sido la iglesia al lado de la residencia de tercera edad y están evacuando los ancianos pic.twitter.com/ldPytldTKC
— CAFÉ PAVÓN (@CafePavon) January 20, 2021
En ese momento, en la recepción del hotel se encontraba trabajando Laura que vio perfectamente cómo caían los cascotes de la casa del arzobispado donde tuvo lugar la explosión. "Lo vi a través de la cristalera –relata a NIUS- el derrumbe de la fachada del edificio y todos los cristales rotos, así, de golpe". "Los sanitarios –asegura- se llevaron a una persona en camilla".
Testimonios similares llenaron en cuestión de minutos también las redes sociales. Personas que con sus móviles grabaron los momentos posteriores a la explosión y sus fatales consecuencias.
Me pasan este vídeo impresionante de los primeros momentos tras la explosión en la Calle Toledo en Madrid pic.twitter.com/BbgwKthjxS
— Leonardo Vélez M. (@leo23velez) January 20, 2021
Testigos que coinciden en señalar que la tragedia podría haber sido mucho mayor. En el colegio que está justo al lado, los niños acababan de retomar las clases tras unas vacaciones de Navidad alargadas por la gran nevada. Estaban en el recreo de después de comer. Afortunadamente, llovía y no salieron al patio, cubierto por los restos de la explosión. Varias ventanas saltaron por los aires. El centro no tardó en llamar a las familias para que fueran a recoger a los alumnos. El alivio de los padres al ver a sus hijos sanos y salvos fue mayúsculo.
También tuvo suerte Tania. Se encontraba un poco más arriba de la calle Toledo, paseando a su perro. Fue "brutal". "Sentí como que algo me empujaba por la espalda y cuando me di la vuelta ya estaba todo destrozado. Humo, cristales, bloques, coches, gente… todo lleno de restos. Al principio pensé que había sido un coche bomba o un atentado. Desde luego, si me pilla 100 metros antes me hubiera reventado", asegura a NIUS, todavía con la incredulidad en el cuerpo.